Parte 1: El regreso.

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—Gracias —le digo al mesonero cuando pone el plato en la mesa. Tomo mis cubiertos y comienzo a comer.

—Buen provecho, señorita—escucho de pronto.

—Igualmente, señor Davis —contesto al hombre frente a mi.

—Puedes llamarme Lucas.

—Prefiero tratar a mis clientes de usted —contesto. Detesto esto, ya me quiero ir.

—¿Usted cree que aprueben el proyecto? —dice Lucas.

—Posiblemente—contesto.

—¿Posiblemente? —¡Santo Dios, déjame comer en paz! Dejo los cubiertos y limpio con la servilleta las comisuras de mi boca.

—Pues si. No creo que la empresa rechace un proyecto tan grande. Ademas, hay mucho dinero de por medio —digo, observando que aun no ha tocado su comida. Vuelvo a tomar mis cubiertos para seguir comiendo.

Detesto esta clase de "citas de trabajo". Las cosas relacionadas con el trabajo se hablan en las oficinas, no en un restaurante al final de la tarde, no se para que acepte esta invitación.

Termino mi comida, agarro la servilleta nuevamente y limpio mi boca.

—Eres rápida —dice Lucas viendo mi plato.

—Las porciones aquí son de niños—digo. Se siente intimidado, normalmente los hombres terminan su comida primero. Ahora se siente lento. Fracturé un poco su ego de hombre.

—Pues, si hubiese sabido eso antes, la habría llevado a otro lugar, y así podría pasar más tiempo usted —¡ay no! por favor, que no vaya a empezar con el coqueteo, se supone que es una cita de trabajo. Sonrío levemente, para no parecer mal educada.

Empiezo a beber el vaso de agua frente a mi. Lucas por fin toca su comida, pero lo hace muy rápido, más de lo que debería.

—¿Qué? —dice mirándome. Ya terminó su comida.

—No deberías comer tan rápido.

—Ah, pues, no me di cuenta—dijo soltando una pequeña risa nerviosa. Definitivamente, se siente intimidado, me divertiré algo con el. Fracturemos más su pequeño ego de hombre.

Busco al mesonero con la vista rápidamente, mientras Lucas se limpia un poco. Lo veo fijamente hasta que voltea a verme, le hago una pequeña seña con la mano para indicarle que se acerque a la mesa, y eso hace.

—Me trae la cuenta, por favor—digo. Lucas esta sorprendido, levanta la mirada y me observa.

—Que audaz, señorita Melanie —dice.

—En eso tiene razón, señor Davis.

—Y muy interesante también —dice, casi con una sonrisa. No comiences con el encanto.

—¿Usted cree?

—Por supuesto. Sabe, es increíble que una mujer tan hermosa como usted, aun este sola. Con su edad, su éxito y su belleza, es extraño que aun no haya decidido, "sentar cabeza" como dicen algunos—¿Me esta proponiendo matrimonio o que le pasa? ubícate amigo.

—Pues, mi proyecto de vida es muy distinto a los convencionales, señor Davis—Llega el mesero, y tomo la cuenta rápido para verla—Ni se te ocurra—dijo Lucas con los ojos muy abiertos—Yo invito—veo el monto. Esta bien lo dejaré pagar, no es mucho, no arruinará su economía, además, no fracturare más su pequeño ego de  hombre.

—Bien, señor Davis, adelante —digo, entregándole la cuenta.

Paga en efectivo y enseguida salimos del restaurante. Allí afuera esta Alfred, mi guardaespaldas, esperando por mi. Llegamos al auto y me volteo para despedirme de Lucas.

Trata de conquistar a la millonaria feminista.Where stories live. Discover now