Keep Her Safe ➳ j.b

Capítulo 27: "Te amo"

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Desperté en una camilla, entre paredes blancas y una fuerte luz potente en el techo. Cables a mis lados, un suero y una máquina qué hacia sonidos raros. Como era de esperarse, estaba en un hospital.

Escuché murmullos afuera de la habitación e intente hacer el más silencio para poder escuchar, pero no había logrado tener éxito en eso.

Mi pierna estaba enganchada a un cable qué tenía una venda, en donde me habían disparado. Dolía y mucho. Mis brazos estaban llenos de moretones y heridas abiertas qué posiblemente cicatrizarían.

Lágrimas comenzaron a bajar de mis mejillas por ver el estado en el qué me encontraba. El dolor físico no se comparaba nada con el dolor en el corazón de ser maltratada por mi propia madre, la mujer qué asesino a mi padre y por la cuál recibí disparo.

Justin también me había mentido. El me había utilizado en su estúpido trabajo. El me había enamorado, había echo de mi lo que quisó, haciéndose pasar por que me quería. La tonta y estúpida fui yo por haberle creído sus palabras y sus mentiras.

¿Quién es tan valiente de mirar a una persona a los ojos y mentirle cada vez que puede? Esa persona es Justin.

Él seguro quería atrapar al qué hizo lo que hizo para asegurar un buen puesto en su trabajo.

Un oficial del FBI (lo pude identificar por su placa) entró tratando de ser silencioso al cerrar la puerta.

- ¿Kylie Jones?

El oficial dijo, sacando una libreta de su bolsillo en el cual traía su arma y otras cosas.

Asentí levemente.

- Queda usted totalmente segura y libre de hacer lo qué sea en un futuro. La persona qué mato a su padre y que intentó matarla a usted, está detrás de rejas sin necesidad de un juicio o una fianza.

El dice, vuelvo a asentir y el oficial sale de la habitación. Dejando mi cabeza echa un lío. Ella estaba en la cárcel, después de tanto daño que ha echo.

- Señorita, necesito darle esto.

Una enfermera de unos treinta años, con una mirada suave, entró. Me sonrió y puso un líquido en el suero. Rápidamente sentí como mi pierna se me dormía y el dolor desaparecía un poco.

- Gracias. - Dije, ella me sonrió y luego volvió a salir después de haber revisado algunos de los cables a mi lado.

Pocos minutos después, la puerta se abre y mi corazón se paraliza al ver a la persona que está allí.

Quiero presionar el botón donde la enfermera o alguien viniese y sacará a este tipo que estaba aquí, pero mis nervios no pudieron ayudarme.

- ¿Qué haces aquí?

Logre decir mientras Justin seguía dando pasos lentamente a hacía mi. El tenía una mirada triste o quizás era otra de sus virtudes por su trabajo.

El traía su informe del trabajo. Una buena chaqueta de seguridad y su correa con su arma y otras proporciones. También estaba su placa, donde de aquí podía ver su nombre.

- Necesitaba saber como estabas.

Dijo, sentándose a un extremo en la camilla. Trate de alejarme pero era imposible el movimiento. Me había adormecido de la cadera hacia abajo.

- Estoy bien pero ahora necesito que te vayas.

Le digo.

- Ya lo sabes, ¿cierto?

Me dice desviando su mirada a otra parte de la habitación.

- ¿Sabes que me utilizaste para caer en tu tonto juego del trabajo? Si, ya me lo han informado.

Le digo tratando de sonar lo más cortante posible. Las lágrimas están por salir de mis ojos.

- Mi trabajo no es un juego. Consiste en proteger a las personas que están en peligro.

El dice sintiéndose orgulloso de su trabajo.

- Me alegra qué te guste tu trabajo pero ahora mismo deberías de estar haciéndolo en otra parte. No se, quizás muy lejos de mi, ¿entiendes?

Le digo, su mirada baja a mis hombros llenos de moretones. Estoy segura de que mi cara está peor.

- Tú no eres así, por favor.

Me dice mientras se acercaba a mi. Miró a mis muñecas y me doy cuenta de que tienen unas marcas muy feas por la tela metálica en donde me ataron.

- Yo no soy así, Justin. Pero creo que tú debiste decirme las cosas tal y como eran.

Le digo, muerdo mi labio al sentir un punzado en mi costilla, presiono esa área para evitar el dolor pero el no se da cuenta.

- Mi trabajo me prohíbe decirlas.

Dice, siento su mano pasar por mi hombro derecho, acariciarla como necesita ser acariciada.

- Me enamoraste y todo resulto ser una mentira.

Le digo mientras mi voz se quiebra y lágrimas bajan por mis mejillas. Él me mira a los ojos y yo no aparto mi mirada de los suyos.

- Los besos, las palabras, las caricias y hacer el amor contigo no fueron mentiras.

Me dice mientras se acerca a mi, su manos están a ambos lados de mi, para no aplastarme y lastimar más de lo que estoy.

- No te creo en lo absoluto.

Le digo, el pone su cara al lado de la mía.

- Tienes que creerme por qué te amo y no quiero separarme de ti nunca más.

Me dice, mi orgullo se va a la mierda y gana mi corazón.

Cuando se acerca a mi, une suavemente sus labios con los míos y yo me dejo llevar por mis sentimientos.

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Chicas, pronto acabara la novela. Quizás uno o dos capítulos más y terminaría. :)