Camino buscando alguna señal del supuesto comité de bienvenida que debía ayudarme a instalarme recién llegara a Toronto, pero no había nada.
Tenía una hora caminando con mi equipaje por el aeropuerto (el cual debo aclarar, no es para nada ligero) y seguía sin encontrar a los chicos que supuestamente debían estar aquí.
Tras golpear a alguien accidentalmente con mi bolso decidí que lo mejor sería tomar asiento, no creo que estaría a gusto recibiendo más miradas como la que me había dado aquella señora de saco rojo segundos antes.
Tomé mi celular y llamé una vez más a Lucy, la encargada del comité, pero como las cinco veces pasadas no tuve respuesta.
-¡Kylie!- escuché una voz femenina, giré y pude ver en la entrada a una chica castaña con gafas tomar aliento mientras dos chicos se colocaban a sus lados, todos escaneando el lugar y luciendo agitados, como si hubieran corrido un maratón , me puse de pie y los tres pares de ojos cayeron a mi. Los tres se acercaron apresurados y los dos chicos tomaron mi equipaje -lamento el retraso, a la camioneta se le pinchó una llanta y olvidé mi celular en mi casa, en verdad lo lamento, soy Lucy- sonrió la castaña tendiendome la mano.
-Soy Kylie- sonreí tomando su mano- no hay problema, supongo que esas cosas pasan.
-Bien, ellos son Josh y Dan- señaló a los chicos- andando- señaló comenzando a caminar a la salida.
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-Deberíamos pasar por una pizza, debes venir hambrienta- sugirió el que creo que es Dan mientras daba vuelta en una esquina.
Dan tenía rasgos asiáticos y hasta donde había entendido, sus padres son de Japón pero se mudaron a Canadá cuando su mamá estaba embarazada de su hermano mayor.
Josh, por otro lado, es rubio y muy delgado, debe de medir unos cinco centímetros menos que yo y vaya que yo soy de baja estatura.
-No tenemos tiempo, debemos ir con los chicos en unas horas y todavía tenemos que alistarnos- Lucy miraba el celular que le había prestado Dan y tecleaba algo con rapidez.
Ella era muy linda, su cabello castaño era lacio y largo, su piel demasiado blanca y su cuerpo era muy delgado como para tener alguna curva, ella sin duda medía más de cinco centímetros más que yo.
-Llegamos a la cueva del ogro- suspiró Josh dramáticamente mientras bajaba, ni siquiera había notado cuando aparcabamos, me había quedado pensando en el gran contraste que había entre Lucy y yo y en lo raro que debía ser vernos juntas.
-No la pongas nerviosa, Harry no es tan malo- reprendió la chica sin levantar la mirada de la pantalla- vamos, te ayudaremos a subir todo.
-¿Tengo que preocuparme?- le susurre a Dan mientras veía a la castaña hablar por teléfono con alguien muy sonriente.
-Harry es el hijo del rector, el chico malo que todas las chicas quieren- dijo haciendo comillas con los dedos- el no quería dar asilo a nadie
-Pero al parecer el se metió en un problema, uno grande, y si a eso le sumamos tu repentina llegada... se vio obligado a aceptarte, no hay muchos departamentos en la zona, era el destino- interrumpió el dramático Josh y yo sonreí nerviosa.
Claro, a mi también me habían avisado con muy poco tiempo, yo no había sido seleccionada para el intercambio pero de último minuto se abrió un espacio para mi y y lo tomé.
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-Wow- suspiré observando la vista que tenía el elevador, se veía toda la ciudad, y con la luz del atardecer se veía increíble.