Me desperté cuando las turbulencias en el avión se hacían notar a base de bien. Estábamos a punto de aterrizar ya en Madrid. Miré a mi derecha y vi a Malú leyendo una revista. Aunque bueno, lo de leyendo es un decir, porque parecía estar disimulando para que no me diera cuenta de que me estaba mirando dormir.
-¿Tan mal disimulo?-Demasiado, cariño.- besé sus labios y sonreí. Hay que ver lo mucho que me cansaban los viajes... Había dormido pero parecía que un camión (o más bien unos cuantos) me habían pasado por encima.
Llegamos al aeropuerto y había algunos fans de Malú esperando a que les firmara, por lo que salí fuera. Mi hermana y José habían quedado en venir a recogernos, cosa que les agradecimos bastante. Salí fuera y allí estaba mi hermana, que venía corriendo a abrazarme.
-¿Que tal todo cielo mío? ¿Os lo habéis pasado bien?-Todo genial, ha sido impresionante.- sonreí- ¿Tu que tal por California?
-No sabes cuánto me alegro Alex- sonrió- Pues... Hay algo que tengo que contarte y también algo que tienes que ver- rió. Qué rara estaba mi hermana...
-¡Que bien te ha sentado California eh!- reímos- Bueno, vamos ya que necesito un sofá.- dije al ver que Malú se acercaba hacia nosotras. José esperaba en el coche, por lo que aún no lo había podido saludar.
-¡Hombre cuñado! ¿Que tal todo?
-Pues ya ves cuñada, aquí ando.- sonrió. Llegó Malú, se saludaron y nos pusimos en marcha. Malú y José iban delante y Sofía conmigo atrás.
-Bueno ¿que es eso tan importante que tienes que decirme?
-Pues... tienes que verlo tu, Alex en serio.- Mi hermana no paraba de sonreír, lo cual me sonaba sospechoso.
-¿Me vas a presentar a tu novio o qué?
-Mucho mejor, ya verás.- decía ilusionada.
Llegamos por fin a casa de Malú y nos despedimos de José y Sofía. Quedaron en venir a la hora de comer junto con los padres de Malú. Teníamos exactamente tres horas para descansar y no nos lo pensamos dos veces. Les habíamos pedido a ellos que trajeran la comida, ya que no nos íbamos a poner a cocinar ahora...
Subí con las pocas fuerzas que me quedaban hacia la habitación. Me desplomé en la cama como si de agua en el desierto se tratase.
-¿Tan cansada estás? Anda que... menuda piltrafilla estás echa.- bromeó sentándose en el otro lado de la cama.-¿Vas a decirme que no estás cansada? ¿En serio?- resoplé- No se como puedes, Malú, en serio- reímos.
-Anda, ven aquí que te doy mimos.- Me senté a su lado, apoyadas contra la pared y apoyé mi cabeza en su hombro mientras acariciaba su pelo.
-¿Crees que estaremos bien aquí? ¿Que no nos pasará nada malo?
-Lo creo.- dijo mirando al frente, al igual que yo.
-¿Cómo estás tan segura?
-Porque te quiero.- Y tras estas palabras volví a sentir la misma sensación que la primera vez que la escuché cantar. Un hormigueo en mi estómago me invadía, temblaba, mi piel se erizaba y como no, mis lágrimas recorrían mis mejillas. ¿Pero por qué? ¿Acaso soy tonta? Es increíble como alguien puede hacerte sentir algo tan, tan grande con apenas palabras, gestos, miradas... Y que aunque pase el tiempo no se os vaya ese cariño tan grande que ambas sentís. Eso, eso es insuperable. Tras todo aquello no pude hacer otra cosa que secarme las lágrimas de boba que no dejaban de inundar mis ojos, girarme hacia ella y pararme en sus labios, una vez más de tantas. Aquel fue un beso especial, un beso que abría una nueva etapa. Porque si, llevábamos ya cinco largos años juntas, pero ahora empezaba realmente nuestra vida juntas. Ahora que ya todo era oficial, que volvíamos a Madrid, ahora que iba todo tan bien era cuando empezaba lo importante.
Entre beso y beso nos quedamos profundamente dormidas. Abrazadas casi al borde de la cama pero dormidas como troncos.
Llamaron a la puerta y nos despertamos sobresaltadas.
-Dios, no me digas que ya es la hora.- Dijo Malú desganada por completo. Miré al móvil y efectivamente, era la hora.-Si... ¿Que hacemos? Yo aún no estoy decente -protesté y rió
-¿Alguna vez lo estás cariño?- Me dijo bromeando mientras tiraba de mi para levantarme de la cama.
Me levanté haciendo notar que no tenía ganas en absoluto, me vio las intenciones y corrimos al baño a la vez. Las dos intentábamos que bajara la otra a abrir y... me ganó ella, como no. Abajo no paraban de llamar al timbre y cada vez me estresaba más.
-¡VOOOOY!- Grité mientras bajaba las escaleras a riesgo de matarme. Abrí la puerta y entraron José y los padres de Malú.-¡Hola de nuevo cuñada!
-Hola José- sonreí- Hola Pepi- le di dos besos- Hola Pepe- otros dos besos- Pero pasad, pasad. Malú bajará enseguida- sonreí- ¿Queréis tomar algo?
-Tranquila Alex, sube a buscar a mi hermana que ya sirvo yo.- dijo José. Me extrañó que mi hermana aún no estuviera aquí, pero supuse que vendría luego. Subí las escaleras y Malú seguía encerrada en el baño.
-¿Saldrás algún día? Tengo que vestirme jo- dije con voz de niña pequeña. Salió con una sonrisa de oreja a oreja, que no entendí a que venía.- ¿Ha pasado algo?
-¿Está tu hermana abajo?
-No... ¿por qué?
-Ah no, por nada- sonrió. Y que rara estaba... Ella sabía algo que yo no, pero ahora mismo no importaba, solo quería cambiarme de ropa y bajar.
Me puse una blusa negra de asas, unos vaqueros rojos y unas sandalias negras.
Ya vestida bajé y mi hermana aún no había llegado. Malú hablaba con sus padres y su hermano en el salón. Me llegó un whats app de Sofía, diciéndome que la esperara fuera, que llegaría en nada. Le avisé a Malú y salí fuera a esperarla...
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THE BIGGEST CHALLENGE OF LIFE IS TO LIVE
RomanceHistoria totalmente ficticia entre Alex, cantautora pendiente de descubrimiento y Malú, famosa cantante española.