Capítulo 10

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Albus caminaba por un oscuro y estrecho sendero, totalmente desconocido para el. Lo único que recordaba era su charla con Ethan, después de eso, los recuerdos se presentaban en su mente como un borrón negro. Estaba asustado, obviamente: después de todo, se encontraba en medio de un terrorífico y desconocido pueblo y, la peor parte, era que no sabia como habia llegado alli. Sabía que se trataba de un sueño o, bueno, eso esperaba; no podías desaparecer y aparecer dentro del castillo debido a los hechizos de protección, por lo tanto, un sueño era su única teoría.

 Aunque, en el fondo, Albus sabía que se sentía demasiado real como para tratarse de un simple sueño.

Se dedicó a caminar, a pesar de que, prácticamente, lo único que quería era correr lejos de alli. Sabía que de alguna forma u otra descubrirá finalmente que estaba haciendo allí, y también sabía que no le agradaria para nada, solo esperaba que aquel momento llegase lo más pronto posible asi podia despertar y olvidarse de esto en la mañana.

--¿Podemos dejar de jugar?--Albus se sobresaltó. Un hombre invadió su campo de visión, tres personas venian detras de el. No reconoció a ninguno, como era de esperarse, pero aun asi hubiera sido imposible hacerlo por las máscaras en sus rostros. Albus retrocedió pero pronto pudo darse cuenta, cuando el hombre que encabezaba el grupo pasó frente a él sin siquiera mirarlo, que los otros no parecían notarlo--. El amo nos ordenó que hagamos la tarea con sumo cuidado, pero que también nos apresuremos. Sabes que la profecía está por cumplirse y si no estamos preparados para ese momento, probablemente perderemos la oportunidad y el nos asesinara. 

--No hacía falta la aclaración--contesto la persona a su izquierda, Albus la reconoció como una mujer. Los cuatro avanzaron con las capas ondeando en sus tobillos, Albus los siguió--. Somos muy conscientes de las consecuencias, muchas gracias.

--A veces me pregunto por que continúan dejandote a cargo, Mirhees--continuo uno de los enmascarados, un hombre, apoyando a la mujer. El aludido soltó un gruñido de desaprobación--. Eres un líder, o, bueno, lo eras. Pero eso no significa que debas tratarnos como perros.

--Soy una persona que  suele tratar las cosas por lo que son--replicó Mirhees deteniéndose tan abruptamente que Albus casi choca a la mujer que había hablado anteriormente--. Aquí es.

--¿A las personas por lo que son, dices?--se hizo notar el otro hombre que, hasta ahora, se había mantenido en silencio. Los tres siguieron a Mirhees dentro de la casa--. Entonces, ¿Por qué pareces ser tan amable con Winston? Si mal no recuerdo el fue quien asesinó a tu sobrina.

--El señor tenebroso confía en Winston--contesto Mirhees, Albus  sintió su corazón enloquecer--.Por lo tanto, yo también.

--Que hipócrita--opinó la mujer, dando un paso al frente.

Albus miró en la misma dirección que los demás y se encontró con una pequeña choza, con el jardín descuidado y sin señales de vida por ningún lado. Las cuatro personas avanzaron por el pequeño camino entre los ya muy crecidos setos y Albus los siguió con cautela. 

Con un movimiento rápido de varita, Mirhees derribó la puerta--que estalló en mil pedazos--y entró allí sin siquiera pensarlo dos veces.

--Slughurn sí que lo ideó bien esta vez--Albus sentía haber escuchado aquel nombre antes pero no recordaba de donde, y aquello lo preocupaba y desesperaba aún más--, el amo casi se da por vencido en reclutarlo--añadió la mujer.

--Creo que escogieron la mejor opción--opinó otro de los hombres entrando en la casa, Albus camino detrás de él y maldijo entre dientes cuando tropezó con el umbral de la puerta. Ninguno lo escucho, de todas formas--. Si no se une a nosotros, morirá. Es simple--añadió encogiéndose de hombros, como si estuviera debatiendo sobre el clima.

--Estoy de acuerdo--opino rápidamente Mirhees, la punta de su varita se encendió, iluminando el lugar.

La sala estaba totalmente destrozada, los sillones individuales tenían marcas de, por lo que parecía, garras y había trozos de madera por todas partes. Muchisimas fotografias que antes solían colgar sobre las paredes ahora se encontraban en el suelo, algunas rotas por la mitad y otras con el vidrio hecho trizas. Las cortinas fueron arrancadas.

Parecía que una guerra se había desatado allí adentro. 

--Se que estas ahi, Slughorn--gritó la mujer, nadie respondió--. Y te encontraremos.


Helouuuu

Se  que fue algo corto, lo siento. Pero aun asi me gusto mucho y quise subirlo, para dejarles con el suspenso.

¿Qué les pareció?

EL RETORNO DEL MAL--ScorbusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora