Nathaniel x Sucrette "Tú me cambiaste la vida"

Capítulo 51 'Inseguridades'

Sin soltarme de la mano, me llevó hasta la terraza del instituto.

Sucrette: ¿por qué me llevas aquí, Nath?

Sin contestar mi pregunta, bajó la cabeza.

Sucrette: ¿de verdad quieres hacer estas cosas? -puso un dedo en mis labios como gesto de silencio

Nath: te tengo que contar...algo importante.

Pude notar como su voz se quebraba al intentar hablar. Oh dios mío...Espero que no sea lo que yo creo...

Sucrette: ¿algo bueno o algo malo? -me atreví a preguntarle

Nath: mmm -sacudió la cabeza- puede que esto pueda sonar un poco...Mal, enfermizo, raro que venga de mí...Pero es bueno.

Sucrette: ¿y? ¡Me vas a matar de la intriga!

Nath: no deberia decir que es bueno, puesto que yo soy su...-tosió

XxX: oh dios, oh dios...¡seguro le pedirá que se case con ella!

XxX: ¡y tengan hijos!

Unos murmullos se oyeron de detrás de la puerta donde daba a la terraza.

Suspiré.

XxX: ¡hey, no impujen, idiotas!

Alguien impujó a los alumnos y se cayeron haciendo que los pudieramos ver con claridad. Toda la clase nos estaba espiando. Miré a Nath con la cabeza inclinada y una tristeza me invadió al instante.

Sucrette: necesito que me lo digas ahora, Nath. -apreté su mano, pero el no hizo gesto ninguno, solo seguia mirando a los alumnos tirados en el suelo y se dirigió a ellos a echarles la bronca

Si es lo que yo creo...No sé lo que voy a hacer. Recordé el caso de Rosa y el cuerpo se me paralizó. Puse mis codos en la baranda de la terraza y contemplé la ciudad de arriba abajo e intenté no pensar, pero no fue el caso. ¿Y sino quiere que estemos juntos más? ¿Y si tampoco me quiere como amiga? Mis inseguridades salieron a la luz. ¿Y si todo lo que hemos pasado ha sido para nada? Unas misteriosas lágrimas corrieron y humedecieron mis mejillas. Comencé a llorar en silencio, mientras me imaginaba una vida sin él. ¿Por qué con todo lo que hemos pasado, aún sigo sintiendo éste vacío por dentro?

Nath: ¡basta ya! ¡A vuestra clase! -llegaron a irse

Pude oír un suspiro por su parte. Pero por un descuido, mis codos se resbalaron de la baranda.

Nath: ¡Sucrette! -corrió directamente hacia mi y me abrazó por la espalda haciendo que retrocediera y me sentara en el suelo

Sucrette: Nath...

Nath: ¿estás bien? -miró cada parte de mi cuerpo- ¡no puedo creer que hayas estado a punto de caer!

Tapé mi rostro con mis manos, para que no viera mis lágrimas.

Sucrette: lo siento. -un impulso lo llevó a abrazarme fuertemente

Nath: ¿qué habria hecho yo, si te hubieras caído...? ¿Cómo vas a inclinarte tanto, no ves que es peligroso?

Vi la preocupación en sus ojos, lo que me tranquilizó y me sacó una sonrisa.

Nath: ¿Cómo puedes reirte en éste momento? ¿No ves que si te hubieras caido yo...?

Sucrette: pero no me he caído. Estoy aquí. -para comprobarlo, apretó mi mano hasta el punto de ponermela roja

Gemí de dolor ante el apretón.

Sucrette: agh, Nath, me estás apretando much-

No me dio tiempo de acabar la frase que ya estaba otra vez acurrucada en su pecho.