Parte 1

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Camille despertó con inspiración, se puso a escribir notas y acordes, a tararear en su mente la próxima canción, era increíble su nueva canción, llena de sentimientos.
-Camille, ¿ya despertaste? - su mamá estaba tocando la puerta para asegurarse de que haya despertado para el instituto.- sí mamá!- escondió rápido su libreta y fingió apenas despertar. Camille es una genio musical, pero ni sus padres lo saben, algún día se imaginaron que tendría un talento increíble para algo, pero jamás para la música, el padre de Camille odiaba la musica. Cuando era joven fue un músico reconocido en un pueblito, tocaba en la iglesia y algunas veces en eventos de aquel pueblo pero arruinaron su sueño, lo pisaron y el desde aquel momento odio la música, más tarde conoció a Julie, se enamoro profundamente de ella y así nacieron Sam y Camille. Su padre ocultaba que a veces en su mente escriba millones de canciones para ella y aunque Derek, el padre de Camille no era un genio musical, tenía talento.
Se levanto de su cama y fue a la ducha, tomó un baño largo, donde pensaba si su canción estaba quedando bien, cuando salió su madre le había dejado su uniforme nuevo en la cama. Hace poco se habían mudado a una ciudad por el trabajo de su padre, consiguió un ascenso y lo transfirieron a una sucursal nueva en donde sería el encargado, era una gran oportunidad para todos.  Camille era una hija perfecta mientras su hermano mayor, solo era perfecto para provocar algo, desastres.
Sam era un genio, para provocar desastres, a su hermana, sus padres, a todos, Sam era un tipo guapo, alto de cabello negro, ojos color miel que mataban a cualquier chica que los viera, solo era dos años y medio más grande que Camille pero aparentaba unos 25, y aunque Camille era hermosa todos veían a su hermano primero, los dos irían a un nuevo instituto, Instituto de los Ángeles, una escuela católica donde prohibían la música, era perfecto para dos adolescentes que crecieron en una familia sin música, alguna cancioncita de un camión que vendía algo, pero solo eso se escuchaba en su casa.
-Cariño, llevas todo pasa tus clases?- su mamá era la mejor madre para ellos y una belleza, cabello negro y ondulado, ojos verdosos y una piel perfectamente cuidada, su madre tenía una sonrisa en la que todos caían, era imposible resistirse a esos hoyuelos que se formaban en los cachetes cada vez que sonreía, dos hoyuelos bien marcados que hacían que su sonrisa fuera aún más hermosa y perfecta.- sí, llevo todo...aunque este uniforme es demasiado, como se dice? Revelador.- podría ser una escuela católica, pero para llamar la atención de jóvenes tenían uniformes bastante llamativos, y funcionaba ese año se inscribieron al menos 200 alumnos. Camille era una chica conservadora que prefería todo a la antigua, era mujer de flores y cartas, canciones y amor cursi.- vamos Cam, solo es una falda arriba de la rodilla. No vas como Britney Spears o Madonna.- Sam reía como si su hermana fuera una monja, al contrario de Camille, Sam era de los tipos que se divertía con las chicas, y aunque jamás se ha enamorado, en su mente tiene una pequeña esperanza de conocer a alguien perfecta.- aparte querida hermana, estaré contigo todo el tiempo, no tendrás de qué preocuparte si te ven los golpeare- Sam sonreía y sostenía su puño al aire moviéndolo como si estuviera golpeando a alguien imaginario.- gracias por tu oferta de golpear personas el primer día, pero recuerda que estas un año atrasado, a este paso me graduare primero que tú.- Sam tenía grandes problemas académicos, se involucraba en peleas, faltaba a clases, era grosero con sus profesores así que la directora de el anterior instituto se decidió por expulsarlo después de eso ningún instituto de aquel pueblito lo acepto, no querían tener a un muchacho problemático y esas fueron las palabras del director de cada instituto a el que quisieron que el entrará.-que linda eres hermana ¡qué linda! - dándole un golpe en su cabeza y alborotando su cabello.- muy bien chicos dejen de pelear y váyanse, tienen que llegar antes para hablar con el Padre Harl, y Sam...Camille tiene razón, no te metas en problemas pasamos por mucho para que este instituto no se fijara en tus problemas académicos, tampoco metas en problemas a tu hermana- su madre lo veía con una expresión seria- si mamá pero dile a Cam que no me sermonee en frente de todos, es bastante humillante que mi hermanita sea mi mamá dentro de los institutos.- Sam miro a Camille, pero ella estaba muy concentrada en su celular.
Una convocatoria para compositores y músicos jóvenes de una disquera famosa que buscaba reclutar a chicos con talento, Camille quería participar pero como les diría a sus padres que la música era su vida?
Cuando era niña, su padre le decía que la música era hermosa pero cuando creció, no la dejó escuchar música, prohibiéndole lo que a ella más le gustaba y si se enteraban que ella pasaba su tiempo escribiendo canciones, y tocando guitarra porque era su pasión, no sabía que pasaría.- ¡despierta tonta! - su hermano le gritó al oído provocando un pequeño zumbido en su oído.- ¡que pasa! - gritó Camille molesta.- te estaba diciendo que ya nos vamos, apúrate ¿ya tienes tu bolso?- Camille no le respondió, subió a su recámara por su bolso y bajó a la puerta corriendo, su madre no los llevaba al instituto, ella era una editora de una revista famosa, tenía mucho trabajo así que optó por cumplir un capricho de Sam y regalarle una moto, la moto negra mate que tanto quería y pedía Sam, aunque Sam era muy irresponsable en muchas cosas pero siempre cuidaba a su hermanita. Cuando Camille nació prometió que la protegería de todo y de todos, no dejaría que le pasara nada. Y aún siendo un pequeño,Sam cuidaba a Camille hasta del aire que la tocaba. Por ese motivo manejaba con precaución y hasta le había comprado un casco para moto Rosa con muchas flores, para ella era algo infantil pero Sam todavía creía que era una pequeña.
Camille subió a la moto se colocó su casco y se fueron a aquel nuevo instituto, su madre les decía que escogieron un instituto de élite,  antes no lo creían hasta que lo vieron, ahí estaba "Los Ángeles" enorme y imponente, parecía un castillo de época. Estacionaron la moto en el estacionamiento del instituto y bajaron de ella, los dos se sorprendieron al ver ese enorme edificio, jamás habían visto algo igual, era perfecto y realmente era hermoso.
-¿qué opinas Cam?- le preguntaba sorprendido a Camille.- parece un instituto hermoso, y enorme de verdad, enorme.- Camille cuando se sorprendía siempre tenía una cara de bebe y en verdad parecía un bebe, a diferencia de su hermano y su madre ella tenía el cabello castaño, corto y muy lacio, sus ojos  eran enormes con pestañas largas y su color era igual que los de su hermano, pero a diferencia de el, ella era bajita, en sus cachetes también tenía esos hoyuelos tan característicos de su madre, pero no creaban el mismo efecto que los de su madre. Entraron al instituto, lleno de estudiantes desorientados por el primer día de clase, era el segundo año de los dos pero solo se veía a estudiantes de primer año escondiéndose de las bromas de los de ultimo año, a ellos no les afectaba y aunque eran nuevos en aquel lugar, los de segundo no eran una diversión para los de ultimo. Buscaron la oficina del padre Harl, pero dentro del instituto era un laberinto, lleno de salones y cubículos para guardar tus cosas.
-disculpa, ¿sabes dónde está la oficina del director?- le preguntó Camille a un estudiante flacucho con lentes más grandes que su cara. El la miro sorprendido, sólo miraba los ojos de Camille.-hey amigo! Deja de verla, ¡¿nos puedes decir dónde demonios está?!- Sam se alteraba cada vez que veían a su hermanita, demasiados celos de los hombres que la observaban.- disculpa... Estaba, leyendo... Me sorprendieron, los llevo a la oficina,en este momento los profesores tratan de organizar a los nuevos pero es difícil para ellos encontrar sus salones.- aquel estudiante flacucho hablaba con mucha seguridad, los llevo a la oficina sin ninguna broma ni problema.- me llamo Remy por cierto, espero verlos en algún momento.- solo se dirigía a Camille, ella solo sonreía ya que el chico le parecía lindo. Entraron a la oficina y afuera se encontraba una secretaria sin chiste, con lentes demasiado pequeños para sus ojos.- en un momento los atenderá el director, esperen en las sillas de ahí, no se preocupen por sus clases el profesor que se les asigne los llevará a su primera clase.- decía la secretaria con voz temblorosa como si tuviera miedo de que alguien escuchara.-pasen chicos el padre los veía desde la puerta, esperando a que su secretaria dejara de hablar.-muy bien su madre me explico por qué se mudaron aquí, espero les quede claro que esta escuela busca formar alumnos con metas, así que somos exigentes en los estudios y la religión, no pasaremos un problema por alto-miraba a Sam fijamente- Camille, ¿cierto? Tengo entendido que tienes buenas calificaciones y has participado en muchos clubs dentro de la escuela que estuviste, lectura, poesía, tenis, futbol, canto, arte... Me sorprende porque tu lista sigue y sigue- Camille sonreía orgullosa de sus logros, siempre se enfocó en ser una buena estudiante, disfrutaba ser lo que era.- así que para ti no será un problema adaptarte a los estudios de este instituto, pero Sam... Tú solo participaste en, futbol y algunas clases de idiomas eh informática, tienes malas calificaciones y tengo entendido que te expulsaron por los problemas que causaste dentro y fuera de tu anterior instituto. -Sam en ese momento parecía que quería huir, está a harto que le dijeran de que tiene que ser un estudiante Modelo, y aunque amaba a su hermana le molestaba que lo compararan con ella.- Pero tú madre suplico por un lugar para ti en este instituto, ya que le dimos un lugar a camille por sus logros, espero te comportes por el bien de tu hermana y para no defraudar a tu madre, también espero entiendas que nosotros informamos todo en tu expediente cualquier conducta delictiva o que nos afecte lo escribiremos, y será aún más difícil encontrar una escuela como esta, lo entiendes ¿verdad?- Sam tenía cara de estar harto pero movió la cabeza como respuesta. Salieron de la oficina del director y un profesor los esperaba afuera, era un hombre joven con ojos color azul, alto con cabello quebrado, su piel era bronceada y era difícil no abrir la boca cuando lo veías. - muy bien, él es su profesor y tutor en este año preséntate Drago- tenía un nombre bastante extraño, sonaba como un nombre sacado de un libro de dragones, o de la serie de Juego de tronos.- que tal chicos? Me da gusto tenerlos en mi clase, yo enseño Música y composición, ya escucharon mi nombre pero se los repito, Drago. Ustedes son...- vio la hoja que tenía en las manos con nombres de estudiantes- Camille Y Sam Olborn vengan conmigo.- se dirigía a la puerta y el director lo paro- espera Drago, falta otro estudiante el joven Jessie Martín, lo mando a tu clase.- el director les dio la espalda y cerró la puerta tras el, el profesor siguió su camino y entraron a un salón, lleno de estudiantes, solo estaban 4 asientos disponibles.
-Muy bien chicos- aplaudió para calmar los gritos y risas de los estudiantes.
-tenemos a nuevos estudiantes, Sam y Camille Olborn, espero sean educados con ellos y los ayuden cuando tengas dudas de cómo son las cosas aquí- drago se dirigía a toda la clase, pero nadie le presto atención, todas las chicas de la clase observaban a Sam y los chicos a Camille, como si fueran una especie en peligro de extinción. Camille tenía esa habilidad de ponerse roja en los peores momentos, los colores se le subieron a las mejillas y todos la veían con fascinación. El profesor salió por un llamado del director, Camille escogió un lugar separado de su hermano, mientras Sam se sentaba con una estudiante y ella casi se desvanece cuando el la miro fijamente.
-¡muy bien otro estudiante chicos! Su nombre es Jessie Martín, les repito espero que los ayuden con sus dudas.- Camille no pudo quitarle la mirada a Jessie, sin duda es el hombre más perfecto que pudo ver, tenía el cabello rubio y un poco largo, ojos azules penetrantes, una cara  simétrica, y color más blanco que la leche parecía modelo. Jessie la vio por un momento, y le sonrió, tenía una sonrisa llena de misterio, ella miró hacia otro lado ocultando su cara colorada.
Jessie se sentó alado de ella y la miro.- hola...soy jessie bueno eso lo sabes porque acaban de decirlo pero... Hola- Jessie no sabia que decir, al parecer también le afectó la belleza de Camille, o sus hoyuelos cuando le sonreía a él.- Ho..la me llamo Camille- ella miró hacia otro lado, y vio a Remy sentado adelante del pizarrón, quizás el la había visto cuando entro pero ella no ah el, hasta hace un momento, Remy parecía el más lindo del instituto hasta que vio a Jessie.
Transcurrió el día tranquilo, hasta que llegó la hora de la comida, todos salieron corriendo para ver qué habría hoy en el menú, Sam camino hacia Camille pero ella no le presto atención, se levanto de su asiento y Jessie la seguía con la mirada, Jessie seguía sentado en su lugar al parecer no quería perderlo y solo se recostó en el pupitre, mientras camille salir del salon
-oye Cam, ¿ya viste al que se sentó contigo? Es un tipo desagradable, no dejes que se te acerque no me agrado la forma en que te sonrío.- Camille seguía en las nubes pensando en la sonrisa de Jessie y en un momento recordó la convocatoria para reclutar compositores, tomó su celular y busco la convocatoria.
¡Nos da gusto volver a hacer una convocatoria para reclutar jóvenes con talento!
Regístrate por medio de tu correo electrónico, mándanos tus datos y espera tu respuesta para tu audición con nosotros! Todos tienen una oportunidad.
Empezó a leer  todos los términos y condiciones de la página, y llegó a una parte.
Próximamente, el debut de Jessie Martín
Escucha su música antes del concierto
Camille abrió los ojos, el chico que se sentó junto a ella era un músico, un músico que próximamente sería muy famoso, selecciono escuchar música, tomo sus audífonos  y puso play. Tenía una voz angelical, era una de las voces más hermosas que había escuchado, la letra era pésima, no lograba transmitir nada, pero su voz... Su voz era lo que te hacía sentir y en ese momento, en la cabeza de Camille perfeccionó la canción que escribió al despertar, tomo una libreta de su bolso y escribo las notas.
Ahora su canción están terminada y era perfecta para la convocatoria... Todo lo que la voz de Jessie hizo fue inspirarla, pero la única voz que se escucharía perfecta con su canción era la de Jessie, Camille cantaba como los ángeles, hubo una ocasión cuando estaba en el coro de la iglesia una mujer mayor decía que escucharla era estar en el cielo, pero su padre vio su talento y decidió sacarla. No quería a Camille involucrada con la música.


La Canción de CamilleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora