La noticia inesperada

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Dos meses habían pasado desde aquel momento en donde Sora y Léon habían interpretado la Técnica Angelical junto a sus demás compañeros del elenco. La emoción en el escenario no era para menos. Cada función llena de espectadores que no fallaban; entradas agotadas y el insomnio y la emoción de cada presentación era inigualable.

Con las siguientes semanas se vino la obra que Mía le había presentado a los demás, llamada " La princesa que no podía sonreír", una obra maestra interpretada por Rosetta Passell (princesa) y Sora Naegino (príncipe) y a Léon... Un bufón. ¿Tenía eso algún sentido? Él era, por dios... ¡Él era Léon Oswald! El mejor acróbata masculino con que el escenario Kaleido contaba, y aunque pareciera extraño, no le molestó cuando se le asignó su papel, de hecho estaba aliviado de no tener que volver a interpretar un protagónico, ya que "El lago de los Cisnes" le había llevado tanto trabajo mental que a penas era capaz de reconocer a Sora cómo compañera, y lo más alucinante, la semejante actuación que había logrado a su lado. De todas maneras, debía pensar en volver cómo protagonista y ser el centro de atención. Sora ya estaba encaminada en su carrera como la estrella de ese escenario y consideraba que su trabajo ya estaba hecho. Además, la promesa que le había hecho a su hermana Sophie también estaba completa. ¿Existía alguna razón más para quedarse...? "No" pensó. Esa era la verdad, y aunque "tal vez" le entristecía aceptarlo, no dejaba de ser un "tal vez". - "Ah..." - Lanzó un suspiro.

- ¿Qué ocurre joven Léon? - Indagó la muchacha mirándolo fijamente.

Ah, y ahí estaba. Aquellos ojos caramelo preocupados hasta por su respirar. ¿Qué podía decirle a esa niña que se esforzaba tanto en cada presentación que realizaba? No por el bien suyo, ni mucho menos el de él... sino por quienes quería, sus amigos, compañeros... y sobre todo el público, a quienes lo que menos quería era decepcionarles. - Nada. - Dijo sin explicar... nada, él era similar a una estatua de cemento. No cambiaba mucho su cara, y el verlo suspirar era toda una novedad.

 - Mmm... a mí me parece que algo le pasa. - Continuó siguiéndolo por detrás por el largo pasillo hacia el escenario.

- Eh dicho que no me pasa nada. - Habló con más franqueza cerrando sus ojos de cansancio. - Mejor vete a entrenar. Mañana será el cierre de esta semanas de la obra de tu amiga. Si no lo hacen bien, no tendremos una cantidad de público decente para las siguientes obras.

- S -Sí... cómo usted diga.

La observó irse corriendo hacia el escenario y no pudo evitar de nuevo suspirar. Las cosas no se tornaban fáciles cuando esa chiquilla andaba cerca. Desde que decidió acompañarla y verificar que todo vaya en orden, nada iba fácil. Una hora podía estar repartiendo volantes en la costanera y a la siguiente haciendo piruetas sobre algún acantilado. Era impresionante, y a la vez digna de admirar. *Suspiro*

- Te eh visto hacer lo mismo unas cinco veces hoy, y eso que te estoy siguiendo desde sólo unos minutos. Si no haces algo comenzará a ser evidente. Mírate, hasta Sora se ha dado cuenta.

La sorpresa en el acróbata no le pasó desapercibida al dueño. Es más, ni siquiera se esperaba esa reacción. Se giró para verle a la cara con aire desganado aparentando tranquilidad. - No sé de qué hablas...

- Ve a ladrarle a otro de esa manera. Eres muy ostensible cuando te portas así.

Léon se quedó con la palabra en la boca. Podía engañar a quien sea con ese rostro medio muerto que mantenía, pero bien sabía que esa era la ultima manera de mentirle al dueño. Ni él mismo se creía que su intento por lucir bien fuera tan obvio. Se mantuvieron las miradas. "¿Sería bueno decirle?" "¿Sería bueno renunciar ahora que las cosas eran estables?" "Después de todo ya no sería dificil encontrar un buen reemplazo a Sora si él decidía irse..."- Yo...

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⏰ Última actualización: Sep 07, 2017 ⏰

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