Llevábamos más de año y medio planeando este viage, sería el mejor de todos hasta ahora, Solas mi madre y yo, las chicas de la família, ya que mi padre y hermano se quedarían en casa solos esa semana, a ver si sobrevivían, en fin ya lo teníamos todo preparado, hasta el nudo de nervios en mi garganta, los sobres para el estómago y no nos olvidemos de las maravillosas pastillas para dormir de mi madre, las que no me dejaba ni mirar, para no enterarse de nada.
En fin, había llegado el día, el gran día.
Ya estaba despierta antes de que sonara el maravilloso ruido de mi despertador, tenía la sensacion de que no habia dormido nada por los nervios que asomaban peligrosamente por mi garganta en forma de nudo intragable. Me vestí adequadamente para un maravilloso vuelo de... nada más y nada menos que... seis horas: me puse una camiseta un poco ancha, que me marcaba un poco; unos tejanos ajustados azul oscuro; y por último unas bambas ajuego con la camiseta; también y por si acabo cogí una de mis sudaderas cinco tallas más grande.
Bajé hasta la cocina, donde encontre a mi madre preparando crepes, mi desayuno favorito. Cuando terminamos el delicioso desayuno, mi madre cogió los platós y los dejó en el fregadero, la mire mal ya que odiaba tener platos que lavar.
-Los tendran que lavar ellos- me dijo con una sonrisa de picardía plasmada en su cara.
Bajamos las maletas las, las subimos al coche y nos dirigimos hasta el lugar que cambiaría nuestras vidas, literalmente.
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Y Si...
Short StoryCuando subes en un avión, siempre tienes dos opciones, vivir o morir; Beth piensa justo eso cuando entra en él, ya que en este viaje pasaran muchas cosas: algunas sorprendentes y bonitas, pero otras trágicas y tristes
