Te escribo esta carta, no con la intención de saber si la leerás, ni siquiera se te va a gustar, se que no te conozco bien, se podría decir que no se nada de ti; eres una total desconocida para mi, pero desde aquella noche en la cual me encontraba más solo que nunca, fue la primera vez en la cual te soñé, tu llegaste a mi mente como un ángel para aguardarme y acompañarme en mis momentos de amarguras, se que físicamente no estás aquí, pero mentalmente te pienso todos los días, a toda hora, eres mi compañía, mi amiga, no fuiste una simple creación de mi basta imaginación.
Sabía que algún día te tenía que encontrar en algún lugar del mundo, he imaginaba ese día en el cual voy a poder mirarte, tocarte, acariciarte y si es posible, robarte el más dulce y tierno de los besos, se podría decir que hablo como un loco soñador, un tonto que fantasía con el amor de su vida, muchos me han dicho que debo dejar esos pensamientos tontos, que solo me va a destruir, que algún día enloqueceré y me va a ir destruyendo poco a poco, pero yo sabia que algún día te miraría por primera vez, y tal como en mi sueño nos querríamos, y que nuestro amor sera una de las historia mas románticas que jamás se haya escrito, sabes te desde aquel sueño te he pensado a diario, a cada instante y a cada hora.
Un día cualquiera sin siquiera imaginármelo, te vi por primera vez, ¡Eras tu!-!Estaba allí!- no podía creérmelo no sabia que pensar, solo recordaba mis pensamientos en los cuales estabas tu, te miraba y no me lo podía creer, me lleno una gran alegría comencé a reírme como un loco, las personas me miraban y me tachaban de inestable mental, ellos no comprendían mi estado de felicidad, pero eso no me importaba, te había encontrado eso era lo que más me llenaba de felicidad en ese momento, no te quite la mirada de encima ni por un segundo por miedo a perderte, y con el miedo de ya no volver a encontrarte, quise salir a saludarte, quería hablar contigo, pero se me seco la garganta, no sabia que decir, comencé a inventar un dialogo rápido en mi mente pero no se me ocurría nada, ligeramente visualice que te marchabas y que si no hacia nada te perdería, sin pensarlo dos veces, me acerque hacia ti, cuando por fin pude reaccionar, yo ya me encontraba frente a ti obstruyéndote el paso, me saludaste con une generosa sonrisa.
-¡Hola!-
Yo me había quedado inmóvil no podía apartar la mirada de tus hermosos ojos, eran azules tal como en mi sueño, seguiste mirándome
-¡Te pasa algo!- preguntaste incómodamente, en ese mismo instante pude reaccionar
-¡No, perdón solo te vi y quise saludarte!- fue una respuesta precipitada, me dije a mi mismo
-¡Ella que va a pensar de mi, le hable como si ya nos conocíamos, cual será su respuesta!
-¡Eres un tanto extraño!-respondió con una hermosa sonrisa.
Sabía que mi saludo estaba muy fuera del contexto
-¡Perdón, fui muy directo pero me pareciste muy linda y me hubiese lamentado si no preguntaba tu nombre!-
No puedo negarlo fui un tanto coqueto, no era mi estilo ser así, pero mis nervios me ganaron en ese momento
-¡Eres muy simpático, no se porque, pero me caíste bien, tienes algo en tu mirada que me se me hace muy familiar!-
En ese instante tu madre te llamó, tenias que regresar pero antes de irte me miraste de frente y me susurraste suavemente al oído
-¡Ariana, es mi nombre y perdón me debo ir, adiós!-
En ese instante una sonrisa invadió mi rostro, sabia tu nombre, pude hablar contigo, me sentía feliz y a la vez un poco desconcertado y melancólico, ya que no sabía si te iba a volver a ver de nuevo, pero son tan grandes casualidades del destino que esa no fue la última vez que te pude ver, sin querer nos encontrábamos en cada lugar, saludábamos conversábamos y mantuvimos una amistad tan grande que ni yo me imaginada que podría llegar a pasar eso, pero como ya expliqué en esta carta, tú me gustas, tal vez no me veas como yo quisiera que lo hagas, pero es más de lo que puedo pedir, prefiero que seas mi amiga, a que te alejes de mi vida por un simple arrebato de amor de parte mía, sabes, esto no es una declaración de amor, solo es una espinita que tengo en mi alma y tengo que sacármela, ya que si no lo hago se puede infectar y moriría al guardar todo esto que tengo dentro de mi, por último, solo puedo decirte que sin esperar una cita a futuro, sin saber si aceptaras a salir conmigo algún día, este tonto corazón te va a querer y te va a esperar hasta que el deje de latir, sabes que el amor que siento por ti me ha dado vida, me a hecho una mejor persona, así que indirectamente debo agradecerte por el cambio radical que a hecho mi vida.
¡CON GRAN AMOR!
TOMAS
