Cicerón, Cicerón Cibeles Milles. Es un chico que, no es por presumir, pero el es un chico inteligente, ingenioso y de suba capacidad de lengua y literatura. Aunque no solo hay una pequeña parte donde falla. El Silencio que guarda porque no es una persona que saque tanta conversación. Ni es una de muchas palabras.
–Ahora, en la página cincuenta párrafo número seis a la trece van a redactar y leerlo con atención, tienen que encontrar palabras claves y palabras que consigan importantes. Pueden comenzar con la actividad. –Dada la orden de la profesora de la materia de física. Los alumnos empiezan a hacer lo anunciado de aquella boca femenina, se siente el tranquilo silencio y el pensar es relajante. Por fin hay silencio y paz, lapices suenan al tocar la delicada hoja de papel. Las lineas ayudan a alinear las letras que se formaban en diferentes caligrafías. Un alma entre todas se levanta y con pasos ligeros y largos llegan a el extenso escritorio de la docente, un cuaderno se posa abierto en el frente de la profesora. Y era el, Cicerón. El chico del silencio.–Era obvió, nunca dejas de sorprender a las docentes. –Una sonrisa abunda de oreja a oreja, las palabras eran leíbles y realmente hermosas.
Cicerón se limitó a asentir para luego tomar aquel cuaderno que ya se había corregido mas de treinta dos veces. Cicerón prosigue a tomar el asiento trasero, al parecer nadie noto que el chico se había levantado, era algo normal para este.
–Muy bien. Salgan, ya es hora de irse a casa.– Comentó la profesora para que luego todos guarden sus cosas. Cicerón se levanta y toma su mochila que pesaba por las enciclopedias. Pero para el estudio nada era un peso, o eso pensaba Cicerón. Salir y bajar dos pisos hacia la biblioteca, se sienta en la silla central de la tercera mesa. Los pasillos se mantienen silenciosos y solo los libros se escuchan al pasar las grandes paginas.
Cicerón abre un cuaderno, un bolígrafo y anota una frase, poco inspiradora, pero si te llega al corazón. No se sabe como pero si te captura.¹
Luego de anotar su pensamiento. Camina a paso lento mientras guarda sus libros. Sale de la biblioteca y se encamina a la salida. No tenia amigos con los cuales quedarse hasta tarde y eso era por no poder hablar tanto, esos eran sus deseos. Hay que respetarlo.
Sale del Blake High School y camina por el largo camino. Era un poco lejos su hogar. Como a unas tres cuadras, no se cansaba ya que estaba acostumbrado. Pero sus pies no decían lo mismo.
Al llegar a su casa, sube a su habitación sin saludar a sus padres, o se podría decir Padrastros. Era hijo adoptado, así que dejaba su mochila y bajaba a comer.
–¿Que tal tu día, Cicerón?–se abre aquella conversación con la madre. Pero no recibe una respuesta. Mas que una simple asentida, ya se había sabido a que se refería. Y era a bien.–Ya veo cariño.–Suspira pesadamente. Y eso llama la atención de el chico.
Luego de una callada cena, Cicerón se levanta de aquella silla y va a su habitación subiendo las escaleras. Al estar al frente de la habitación, gira la perilla y la cierra al estar adentro. Luego se mete a el baño quedando desnudo. Para meterse a la ducha y, allí es cuando todo sus problemas salen, el chico se inca bajo aquella regadera. El agua recorría cada parte de su piel, incluyendo el pequeño hueco que quedaba en el espacio de sus piernas abrazadas y su alejado pecho.
–Hoy fue igual.– Las palabras salen de la boca del chico, suspira como lo hizo su madre, y se levanta cerrando el agua. Sale empapado y toma su toalla. Color rojo secando su piel con delicadeza, ahora se sentía mas fresco que nunca. Y es debido a que a la hora del baño siempre habla consigo mismo.
Al salir se encamina a su habitación para luego quitarse dicha manta mojada y colocarse unos boxers negros seguido de unos shorts de cuadros y una camiseta azul. Toma su toalla y seca su cabello y luego la coloca en su sillón. Camina hasta su escritorio y saca sus cuadernos, ordenadamente.
Revisa uno a uno. Al parecer nada estaba faltante. Y eso le daba oportunidad de dormir de una vez por todas. Y así fue. Se acostó a dormir.
¹[Si peleas contra algo. Da lo mejor, no te quedes de brazos cruzados.]
{Esta historia esta en emisión y sin corregir. Pacifica se quedará cancelada por un tiempo largo. Espero y esta les guste.}
Posdata 2: {Las partes que tengan un numero significan que habrá una frase. cada frase tendrá un significado. Así que te recomiendo anotarlas porque con esa se sacara otro final.}
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Ni Una Sola Palabra.©
Teen FictionCicerón Millen es el chico que se denomina a si mismo, el silencio de los cuatro vientos. El que se sienta de último en el salón. El qué siempre guarda sus palabras, nunca se ha escuchado hablar a el chico, claro, por ser inexistente. ¿Realmente es...