One

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En un día nublado como aquel ni siquiera quería levantarme de la cama. Al contrario, me gustaría resbalar por debajo de las sabanas y dormirme para siempre.
Mi madre entró en la habitación y me despertó a su manera de siempre, lanzándome una chancla.
Me levanté de la cama con cara de pocos amigos y me fui directamente al baño.
Mi cara de mierda sigue en su sitio. Que lástima. Ha-ah, si Jimin me oyese, seguramente me diría que soy una idiota y que tengo mi autoestima por los suelos.
Salí y me vestí lo más rápido que pude. A continuación, entré en la cocina y robé una tostada del plato de mi padre. Este se giró y me dijo:

-Deberías aprender a comer bien por las mañanas.

-Perdón, pero prefiero dormir.- digo sonriendo y salí de mi casa, no antes de darle un beso en la mejilla a mi madre.

Mi mochila pesaba como un maldito rinoceronte.
Necesito dejar libros en la taquilla, tendré escoliosis como siga así. Mierda, las llaves.
Me di cuenta de que no tengo las llaves así que llamé a mi hermano para que me las tirara desde el pasillo.

Salí corriendo del apartamento y por poco perdí el autobús, otra vez.
Hace unos pocos meses me persigue la desgracia. Digamos que no tengo mucha suerte últimamente.
Por ejemplo: ahora, se supone, que soy la puta de la clase solo con romper con Dangull. Solo para que os hagáis la idea del bullying que me hacen y solo tener un amigo de la infancia no ayuda mucho. Dangull era el típico idiota, con más músculos que cerebro. Aparte de que me pegaba cuando no hacía todo lo que me pedía.
Claro, luego vinieron los lloriqueos como: "Oh, Polina. Quédate conmigo. Yo te quiero mucho y no te pegaré más." Y va Polina y se lo cree.
Me pregunto que es lo que me harán hoy. Ya me han tirado los libros, pegado, tirado agua, me habían dibujado en la ropa con permanente... ¡Ah! Todavía no me han quemado con silicona.
Todo eso me daba igual. Al que no le daba igual era a Jimin. Ni siquiera era de su incumbencia, pero igualmente estaba ahí, diciendo que debía darles una hostia a cada uno. Yo soy muy pasiva, así que adivinad que es lo que le dije. "Nah... otro día. Vamos a comer."

Salgo del autobús y en lo que me fijo en que nadie se acercó corriendo a mi con cubos de agua helada.
En vez de eso, se acerca corriendo un chico asiático, alto y muy atractivo, con el pelo rubio y ropa que tenía pinta de ser muy cara pero cómoda. Este chico es Jimin.
Se acerca corriendo, y detrás de él, un montón de chicas igual de atractivas. Al ver que el chico se acercaba a mi, en sus caras se pudo notar el asco. Como ya no podía soportar sus caras de mierda, les saqué la lengua con una expresión burlona. Estás abrieron la boca y se fueron caminado hacía la entrada del instituto.

-¿Cómo está mi Polina en el día de hoy?¿Huh?- me pregunta el chico y me abraza, saludándome.

-Pues igual que siempre, muy bien y con el autoestima en los cielos.

-Y con el sarcasmo igual de alto, por lo que veo.

-Buena observación, joven Padawan.

-Espera...¿Padawan? ¡Soy yo tu maestro!

-¿Quién dijo eso...?- dije yo intentando no reírme.

-Pues el hecho de que soy mayor que tú y por que me presenté ante ti primero.

-Vale, vale. No me eches mierda por la mañana.- dije. Esta vez si se me escapó una risilla.

Jimin me acompañó a mi clase. Dangull se acercó en ese momento y me dijo:

-Que, ¿con el novio, Polina? - y me empujó contra la puerta de la clase.
Jimin me sostuvo para que no me cayese.
Jimin iba a decir algo a Dangull, pero yo me adelanté.

-Si. Te iba a preguntar por la tuya, pero tu ya no tienes, ¿me equivoco?

Sus amigos dejaron escapar un "uoh". Sabía que a Dungull no le gustaba perder, y menos en un argumento.

-Tsk, tsk. ¿Y tú que sabes?

-Sé más de lo que crees.

-¿Quieres dejarlo en paz ya? Ya no estáis saliendo.- dijo Yoonri. Yoonri estaba encima de Dongull cuando todavía estábamos saliendo.

-¿A ti también te falta atención?- le contesté indiferentemente y me dispuse a caminar a mi asiento.
Nadie se opuso y me pude sentar en paz.
Estaba harta de que todos me tratasen así. Definitivamente estaba hasta los cojones. El único que no se reía de mi y me hacía caso y el que verdaderamente me escuchaba era Jimin.

Jimin somos amigos de la infancia. Nuestras madres estaban en el mismo hospital.
Jimin era mayor que yo solo por una semana, pero se comporta como si fuese mi padre. Siempre me está intentando proteger, y cuando le dije sobre Dangull y sobre que me pegaba, vino a mi casa con mi película favorita y helado. A decir verdad, me gustaba Jimin desde hacía mucho tiempo.
De hecho, cuando éramos más pequeños soñábamos de que cuando creceríamos nos casaríamos, pero ahora como adolescentes no le damos mucha importancia.
Pero apareció otra en la vida de Jimin.
Desde ese momento me hablaba muy poco y casi no quedábamos nunca.

Ahora estaba sola. Totalmente sola.

And there we go again.-Park JiminWhere stories live. Discover now