O N E

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Un suspiro apesadumbrado escapó de los labios de Namjoon mientras observaba la pantalla de su celular, donde el último mensaje que le había enviado a su novio brillaba en la pantalla. Las dos solitarias palabras burlándose de él, sin haber obtenido una respuesta a su "Te amo", aún cuando su última conexión había sido diez minutos después de que aquel mensaje fuese enviado, e ignorado.

Apagó el aparato y contempló el cielo, dejándose deslumbrar por el destellante firmamento que se erguía sobre él, casi cubriéndolo por completo.

Se preguntó qué estaría haciendo Yoongi. ¿Habría ido a dormir como le había dicho? ¿Estaría riendo con alguien mas, burlandose del amor que él con tanta pasión le profesaba? ¿Estaría extrañandolo? ¿O pensando en él siquiera?

Namjoon dudaba que eso fuese posible.

Después de que Yoongi había viajado a Daegu a visitar a su familia, la dolorosa distancia que había estado pendiendo entre ambos se había acentuado.

Antes, cuando su pálido novio viajaba a visitar a su familia, las videollamadas nocturnas eran una constante, al igual que los mensajes durante el día. Se mantenían comunicados a toda hora, diciéndose un sin fin de "te amo" y "te extraño".

Ahora, con suerte si recibía dos mensajes al día, uno informándole que estaba disfrutando el tiempo con su familia, y el otro para anunciarle que ya se iría a dormir, justo cuando Namjoon se decidía a enviarle un mensaje en la noche.

Namjoon no quería dejar que los terribles pensamientos sobre infidelidad se colaran en su mente, pero le era imposible no sospechar.

Era como si su relación lentamente se estuviese hundiendo, y él no podía hacer nada para evitarlo. Nada mas que mirar las estrellas y consumirse en aquellas sospechas que lastimaban su corazón.

—Yoongi está engañándome — soltó de repente, sintiendo como su pecho se aliviaba (apenas) al poder expresar en voz alta el temor que había estado carcomiendolo por dentro.

A su lado, su mejor amigo había detenido todo movimiento y lo había mirado como si las palabras que había oído no fuesen comprensibles, como si Namjoon le hubiese hablado en un idioma extraño o le hubiese crecido una cabeza extra de repente. El pequeño shock en el que se había sumergido no le permitió responder, y en cambio continuó mirando a un abatido Namjoon, quien miraba hacia adelante con pesar.

—¿De qué estas hablando?— preguntó una vez que salió de su estupor, su rostro deformándose en una mueca incrédula mientras aguardaba a que el mas alto hablase.

Observó atentamente como Namjoon dejaba salir un suspiro y se encogía en su lugar, abrazando sus rodillas contra su pecho y reposando la cabeza en la pared contra la que estaban recostados. Se barrió el cabello con la mano y entonces volteó a mirarlo, el dolor y pesar refulgiendo en sus pupilas.

—Yoongi está engañándome — dijo por segunda vez, mas lento y pausado, como si estuviese hablando con un niño de cinco años— Apenas si hablamos, y siempre que le digo que lo amo no contesta, y a la mañana siguiente me envía un mensaje diciendo "lo siento, me quedé dormido" o un casto "yo también".

Seokjin se preparó para desmentir lo que su mejor amigo estaba diciendo. Es decir, estaban hablando de Yoongi, el chico que había dejado a su novia por Namjoon. El chico que lo amaba con locura y lo había ayudado en los momentos mas difíciles de su vida.

Ellos eran la pareja mas sólida y afectuosa que había visto, él aún podía ver sus miradas cargadas de amor al mirarse, las mismas miradas que se daban al inicio. Llevaban cinco años saliendo, habían hablado de matrimonio y adoptar niños. Eran la pareja favorita de todo aquel que los conocía, ellos no podían separarse.

2 cigarrettes [Namgi|Yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora