Cuando eran pequeñas, Camila y Lauren eran mejores amigas. Pasaban todas sus tardes jugando en la terraza del edificio en el que ambas vivían, este estaba situado frente a la costa de la soleada ciudad de Miami.
Un día, Camz, como Lauren la llamaba, se paró frente a la puerta del apartamento de su amiga, con su vestido color rosa pastel, zapatos planos y su tan característico moño.
Tocó la puerta tres veces y al cabo de unos segundos está se abrió, apareciendo tras ella una muy sonriente Lauren, pero en cuanto la pequeña vio los ojos cristalinos de su mejor amiga su sonrisa se desvaneció.
"Me voy a mudar, Lolo" dijo la pequeña del lazo.15 años después.
Lauren tenía 21 años, ya no era la niña pequeña que amaba jugar todo el día. La falta de Camila había vuelto su vida monótona, iba a la universidad, hacía su turno en el trabajo, estudiaba y se iba a dormir.
Cada día despertaba con la misma pesadilla, mas bien el mismo recuerdo de cuando Camz había dicho que se iba y se quedaba en la penumbra de su cuarto pensando en como estaría su pequeña amiga, hasta la hora en que su despertador soñara para prepararse para su rutina diaria.Un día, salió del edificio y caminó las treinta cuadras que llevaban hacia la universidad. Al llegar, vio a una niña bajar de una camioneta roja, llevaba una camisa blanca, pollera hasta las rodillas y un lazo, su rostro era tan familiar, le hacía recordar a su pequeña Camz.
Sin siquiera meditarlo, se acercó a ella. Cuando llegó a su destino la niña estaba dada vuelta, por lo tanto, cuando Lauren tocó su hombro se sobresaltó. Al darse vuelta, con una mano en el pecho, una bella sonrisa adornó su rostro. "¿Lolo?" Pronunció la chica del lazo, Lauren asintió muy emocionada, y eso le bastó a Camila para saltar a sus brazos y no soltarla nunca mas.