Explosivos

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- Sabemos perfectamente que no eres un traidor, sin embargo queremos que seas honesto con nosotros.

La persona que lo estaba interrogando era uno de sus compañeros anbu, un hombre de mediana edad que trataba de comportarse  más amigable de lo que realmente era.

Hace menos de 24 horas, la aldea de Konoha había sido atacada por un grupo desconocido de criminales, estos de forma imprudente habían entrado a la aldea por la puerta principal. Uno de ellos, reconocido como Deidara se dedicó a repartir una larga hilera de explosiones mientras su compañero, Sasori de la arena roja, luchaba contra los ninjas mediante sus marionetas.

- Dinos la razón por la que nos atacaron. - insistió el ninja. - creeme es lo mejor para todos, no quieres ver manchada tu reputación.

- Ya les he dicho todo lo que sé - dijo con calma- estaba con Shisui hablando sobre mi condición y para cuando llegue al centro del desastre el ataque llevaba tiempo de haber empezado; me dedique a detener el incendio y evacuar civiles hasta...

- Hasta que ayudaste a los sujetos a escapar - exclamó otro miembro del escuadrón que había permanecido sentado en una silla ubicada al fondo del pequeño cubículo.

- Escucha Itachi... No queremos hacer esto, pero si no respondes  tendrás que quedarte en una celda por el resto de la noche, al menos hasta que Ibiki vuelva.

El Uchiha pudo notar el miedo que ambos sentían, jamás en sus vidas un solo miembro de la aldea había considerado los peligros que conlleva tener a Itachi como enemigo.
Ambos eran concientes de su fuerza y no se creían capaces de detenerlo si deseaba irse de verdad.

- Como ya les dije, no se nada sobre ellos que pueda serles de utilidad y tampoco estoy de su lado, mi única misión es proteger Konoha.

Ambos sujetos se miraron por unos minutos y luego de soltar un suspiro le apresaron.

El Uchiha no opuso resistencia alguna, levanto sus manos para que le colocarán las esposas, camino en silencio por la aldea hasta su celda e incluso ofreció que taparan sus ojos para que se sintieran muchos más seguros en su presencia, cosa que hicieron.

El prodigio había sido trasladado a uno de los cuartos con mayor seguridad, este permanecería en aislamiento y un único guardia se encargaría de dar rondas cada cierto tiempo.

Dentro de su celda, Itachi se puso a reflexionar en lo que había pasado.
Tal y como les había comentado a los cazadores, él había estado discutiendo con Shisui respecto a su comportamiento, sin embargo su plática fue interrumpida por una estampida de gritos y explosiones.

Ambos se encaminaron a la entrada de Konoha dónde la destrucción se estaba llevando acabo y al llegar ahí fueron testigos de un ejército formado por animales de arcilla y títeres, cientos y cientos de ambos. Shisui sugirió el despejar la zona antes de atacar y eso fue precisamente lo que Itachi hizo.

Luego de haber evacuado a casi todos los civiles, notaron que realmente el único daño era material pues no había nadie herido o muerto aún cuando el fuego se estaba propagando.  Ha Itachi se le hizo tan extraño que termino por ir en busca de los responsables, el primero de ellos era un hombre pelirrojo, lo reconoció como Sasori.

- espero no haberte hecho esperar - comento Itachi mientras pasaba a su lado.

El sujeto se limito a soltar un bufido y con su dedo índice le señalo una casa a unos cuantos metros de ahí; al entrar se topo con una extraña visión. Un templo ubicado en la cima de una montaña, por las ventanas se colaba la luz del atardecer y en el fondo un muchacho de cabellera rubia.

- eres el terrorista de bombas que colabora con los grupos opositores de países vecinos. ¿Cuál es el objetivo de un desertor como tú?  - pregunto Itachi con voz casi apagada.

- ¿Objetivo? - el chico soltó una pequeña carcajada-  No tengo nada de eso, solo quiero causar explosiones, son mis obras de arte, si.

Aquel chico se mostraba arrogante y en cierto modo eso le agrado a Itachi, le parecía un reto interesante aunque estaba seguro de que ganaría la contienda.

- debes irte ahora - dijo con infinita paciencia- vendrán mas de mis compañeros, todos ellos superiores a mi, te tomarán prisionero y jamás te liberarán.

El joven se mostró cauteloso y parecía no confiar en su palabra, al menos hasta que el Uchiha jugo su carta definitiva.

- Tu arte no debería acabar aqui, aún hay muchas obras que debes crear y por el bien de estás debes irte ya.

Tras decir aquellas palabras, el rubio se mostró abiertamente orgulloso y salió casi dando brincos de la estancia.

Tal y como lo había dicho, los cazadores anbu y el Hokage se dirigían ya a la escena del crimen, sin embargo no pudieron llegar a tiempo pues el Uchiha les mostró a sus "invitados" un camino por dónde huir.

Su acto de benevolencia fue presenciado por Shisui y algunos chicos de la academia quienes más tarde intentaría apoyar a Itachi a pesar de sus reportes dónde confirman que el dejo escapar al enemigo.

Puede que no lo pareciera, pero este encierro le venía muy bien Uchiha, sobre todo para pensar en que es lo que debería hacer; cientos de preguntas sobre lo correcto o malvado se arremolinaban en su cabeza y el extraño silencio de la prisión le dejaban ondar en lo profundo de su ser.

Así pues, permaneció alrededor de 7 horas solo tratando de entender que era lo que realmente estaba ocurriendo, hasta que un extraño ruido le alarmó.

A lo lejos podía escuchar perfectamente unos pasos sobre los tejados, estos era constantes y parecían venir de diferentes personas, cuando menos unas cuatro. Al estar tanto encerrado sabía que no faltaban ni cinco minutos para su guardia, por lo que seguramente aquel grupo se toparía con el vigilante.

Al menos eso creía pero este no fue el caso, el guardia paso tranquilamente observando la celda y se marchó sin dejar rastro. Una vez estuvo lejos, los infiltrados aprovecharon para sacar a Itachi de su encierro.

Las maniobras fueron sorprendentes, uno de los miembros del grupo uso una extraña habilidad para crear figuras de papel, estás destrozaron una parte de la pared sin crear un gran estruendo. Cuando estuvo fuera, la espada de Kisame se encargó de absorber el chakra que mantenía cerradas las esposas.

Dentro de la habitación, Sasori ya había colocado un señuelo, un titere muy parecido a Itachi; y en el cielo Deidara esperaba junto a su gran pájaro de arcilla listo para partir.

- Creí que iban a ocasionar un desastre, jamás pensé que pudieran ser tan cuidadosos - confesó con alegría el Uchiha.

- Kisame nos advirtió que si causavamos más desastre no vendrías con nosotros. - comento la única mujer. -  además eres parte del grupo, debemos ayudarte.

Itachi miro a Kisame quien se negaba a observar le.

- En ese caso debemos irnos antes de que alguien nos vea.

Con un pequeño movimiento Sasori mando un par de marionetas al costado de Kisame e Itachi, estás los elevaron por los cielos de modo que quedarán sobre el que ahora sería su transporte.

- Bienvenido - comento con recelo el rubio - espero que disfrutes de mi arte, algún día te lo haré probar de nuevo.

El prodigio de Konoha no pudo contener su risa, ver lo animado que estaba aquel chico le hizo sentir inmensamente feliz. En un movimiento poco usual, se acercó a este le revolvió los cabellos dejando en claro que tenía cierto afecto por el.

- ¡¿Que diablos haces?! - dijo Deidara, su rostro había tomado algo de color.

El Uchiha no respondió.

En la parte tracera del ave, Kisame estaba observando en silencio mientras sonreía.

- Deja de pelear Deidara, nos van a descubrir - susurró Sasori al momento de hacer su aparición. - pinte en marcha, tenemos una junta importante con Nagato.

Ante la mención de dicho nombre todos guardaron silencio, pero no por miedo, sino más bien por respeto. Dicho silencio no duró mucho pues el grupo estaba contento, estar juntos era deleite, incluso para Konan que volaba cerca de ellos de forma independiente. 

Tal era su alegría que ninguno  noto que alguien los seguía.

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2020 ⏰

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