CUATRO

77 6 0
                                    


Max

No hay nada mas importante para mí que la familia, y aunque tengo un padrastro y una hermanastra, los quiero como si fueran de mi misma sangre. Se han portado muy bien con mamá, con Emma y conmigo, lo mas importante, las hace feliz, y si ellas son felices yo también lo soy.

Mi vida, en resumen, es casi perfecta, y digo casi porque, al igual que todos, tengo que estudiar, no es que me queje, la verdad es que, como todo, tiene sus pros y sus cóntras. Lo bueno de los estudios es que en la mayoría mis compañeras son sexis, y tienen en claro que no obtendrán ningún tipo de formalidad conmigo, salvo un buen polvo.

Saben que no busco relaciones amorosas, siempre les dejo en claro lo que pienso y nunca les miento, no tengo porqué.

Lamentablemente hay chicos que engañan a las chicas, les prometen una relación estable, cuando solo las buscan para meterlas a la cama, y luego dejarlas.

Josh lo sabe.

Es por eso que me pidió que cuide de su hija Bella en la universidad, me dijo que es una chica que aun no conoce del todo el manejo del mundo. Y como es mi nueva hermana, la voy a cuidar al igual que Emma.

Me alegra que la familia crezca. Cuando Josh me dijo que su hija menor se mudaría con nosotros me alegró. Tanto él como Lili son muy buenas personas y estoy seguro que Isabella será igual a ellos.

Lo que no me esperaba era que la pequeña de los Weaver, que no se ve nada pequeña, sería tan hermosa.

Rubia, de hermosos ojos celestes. No pude evitar recorrerla con mis ojos. Tiene hermosas curvas que se aprecian aun cuando tiene puesta una pijama suelta. Subí a ver su rostro que me mira un poco asustada y confundida.

Diablos...creo que se dio cuenta que la comí con la mirada, o tal vez está confundida porque no sabe quien soy. Pero es que es jodidamente hermosa con esa carita inocente que tiene. La sigo observando asta que escucho su bella voz.

-Tu eres Max? - es la primera en hablar.

-Si...y tu debes ser Isabella - le pregunto, tratando de ocultarle fascinación al conocerla.

-Sí, es un placer conocerte - me sonríe, ignorando que ese gesto me des concentra.

No!...basta!! Es tu nueva hermana, tu hermana! No puedo pensar de esa forma por ella.

- También me da gusto conocer al fin a mi hermanita - sí, así esta mejor - que haces paseando sola por la casa a esta hora? - la interrogo, debería estar durmiendo.

- No lose, que hacías paseando a estas horas en la calle? - enarca una ceja, se cruza de brazos mientras me sonríe divertida.

Me río, ella también lo hace. Sin duda no es tímida ni tonta.

- Tenía sed y vine por un vaso con agua - prosigue con su explicación.

- Descuida, lamento no haber estado para tu llegada - me disculpo - se me presentó un imprevisto y no pude llegar a tiempo.

- No es necesario que te disculpes, al final ya nos conocemos no?

- Así es, mejor tarde que nunca.

No dejamos de vernos.

- Eh...ya es tarde, deberíamos ir a dormir - dice inocente, sin saber que lo que acaba de decir puede ser malinterpretado.

Parece darse cuenta porque pone los ojos como plato y se sonroja.

- No quise decir eso - niega con las manos repetidas veces - digo que tu te duermas en tu habitación y yo en el mío...no digo que creo que pienses mal, yo solo...solo lo digo por las dudas. Eh...mejor me voy a dormir, buenas noches.

Mi Bella Hermanastra © (PRÓXIMAMENTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora