A la mañana siguiente, cuando Rose despertó en la cama con Heechul, no se sobresaltó, sino que se sintió cómoda y contenta. Él ya estaba despierto y la estudiaba con aprecio. Ella estaba desnuda, sin nada encima, pero no experimentó pudor, lo cual la sorprendió. Heechul había sacado a la luz una parte nueva y desinhibida de su personalidad que no sabía que poseía. Le encantaba y tenía la intuición de que era su yo verdadero, no aquel otro cauto y aburrido de Chicago.
—Buenos días —saludó él con una sonrisa.
—Buenos días —le alegró que no pareciera lamentar lo de la noche anterior—. ¿Has dormido bien?
—Muy bien.
—Yo también.
—Vamos a despertar sintiéndonos sublimes cada mañana — se besaron.
—¿Sí?
—Ayer aceptaste quedarte conmigo el resto de tus vacaciones —volvió a besarla—. No habrás cambiado de parecer, ¿verdad?
—No —repuso, feliz de que se mostrara tan ansioso por no acabar su nueva relación. Lo de la noche anterior le hizo comprender que había estado avanzando por la vida por el carril lento. Mientras ambos supieran el terreno que pisaban, ¿qué daño podía causar tener un romance salvaje en un paraíso tropical?
—Hoy tengo que ocuparme de algunas cosas — bajó un dedo por su estómago y se detuvo en el ombligo—, pero volveré esta tarde a eso de las seis. Cenaremos en algún sitio en la ciudad y luego te llevaré a la casa donde voy a alojarme. ¿Podrás tener la ropa guardada?
—Claro —sentía curiosidad por lo que tenía que hacer, pero no formuló preguntas. En cierto sentido tampoco quería saberlo. Si iba a pasar los siguientes doce días y noches viviendo una fantasía sensual con un hombre sexy como su guía privado de placer, cuantos menos detalles conociera, mejor. Le acarició el vientre—. No tienes que irte ahora, ¿verdad? —bajó a su virilidad hasta que creció ante su contacto.
—Te has convertido en una gatita sexual de la noche a la mañana —rió complacido y aferró su maliciosa mano.
—Es culpa tuya —murmuró con un mohín.
—Tengo que irme, cariño —le retiró la mano y la besó—. Lo siento, pero nos hemos despertado muy tarde, y he de ir a un sitio. Esta noche nos saciaremos.
Como para impedir que lo siguiera tentando, la besó fugazmente en la boca y se levantó de la cama. Mientras se duchaba, ella encontró el camisón y se lo puso, luego preparó tostadas, huevos y café. Vestido y afeitado, sonrió al ver la mesa puesta.
—Gracias —dijo, sentándose. Comió deprisa y con ganas. Antes de que ella finalizara, se levantó y apoyó una rodilla en el suelo junto a su silla. Le rodeó la cintura con los brazos y le besó el cuello—. Después de hoy —prometió—, no habrá más interrupciones. Dios, me encantaría hacerte el amor ahora. Esta noche nos meteremos en la cama y nos quedaremos días en ella... y apuesto que aún no tendremos suficiente el uno del otro —rió—. ¿Qué está pasando entre nosotros?
Rose se sintió halagada y excitada por el modo en que prácticamente la adoraba. Ningún hombre la había deseado de esa manera.
—Eres tú —pasó los dedos por su pelo—. He florecido justo para ti... eso es tan especial.
—Nunca he tenido adicción a nada, pero ya me siento adicto a ti —volvió a besarla con ardor y ella respondió con el corazón—. Maldita sea —se apartó a regañadientes —. He de irme. Cuando vuelva a las seis, empezaremos por donde lo hemos dejado y no pararemos. ¿De acuerdo?
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I Will Never Marry You (Con Heechul)
FanfictionRose no podía creer que su suerte había cambiado. El millonario Kim Chang Min le prestaba su piso en Hawái, le regalaba el billete de avión y ponía un coche a su disposición. Todo era demasiado perfecto. Pero... había una condición: debía ir a visit...