Aquella noche de sábado, en la que estaba yo ya cansado, iba para casa, por capricho de la vida, terminé a tu lado...
Recordándolo hoy en día, parece que el destino, lo tenía preparado.
Sin saberlo parecía el comienzo de una historia que íbamos a vivir, sentir, reír, sufrir... y por qué no decirlo, muchas veces, querernos morir.
Tu amiga nos presentó y... así empezó...
Desde nuestra timidez empezamos a quedar, lo que empezó como un juego, lo íbamos a pagar...
En una sociedad en la que las cosas son caras, personas baratas, sentimientos en rebajas y valores en liquidación, parecía que habíamos encontrado esa persona que sobresalía del montón.
Todo fue muy complicado, pero aún así, parecía que la vida, quería que estuviéramos al lado, si algo he pensado en cualquier aspecto de la vida, lo fácil será pasajero y lo difícil duradero.
Solíamos vernos cuando estaba anocheciendo y sin darnos cuenta, otra vez... estaba amaneciendo, cada hora parecía un minuto y cada minuto un segundo, en realidad, estábamos en otro mundo (en nuestro mundo).
Perdíamos la noción del tiempo, prueba inequívoca de que... si, por qué no decirlo... nos estábamos queriendo.
Estos años vividos, a la vez muchas veces sin vivir, tantas coincidencias, casualidades... nunca creí en el destino, para bien o para mal estoy convencido que fue él, quien nos puso en el mismo camino.
Tenías un boleto de avión, debías de partir, marchaste a oto país, esperando que volvieras, llegando y como tantas otras veces, volviéndote a ir.
Éramos como dos actores en una película, en la que la directora era la vida y ni tú ni yo sabíamos cuando ni como terminaría, el guionista era el destino, de él iba a depender, que nos volviéramos a ver.
A pesar de la distancia había algo que nos unía, no sé si para bien o para mal, lo que está claro es que era mas allá de lo normal.
Venías y nos volvíamos a ver, pero... llegaba el día, otra despedida, volvíamos a entristecernos,
sin saber si volveríamos a vernos.
Paradógicamente esas idas y venidas cada vez nos unían mas, parecía que la vida nos estaba diciendo "si aguantan esto podrán con el resto"
Me empecé a preguntar si el precio que había que sufragar, iba a compensar, o incluso yo mismo aceptar, por una historia que ni tú ni yo sabíamos el final, lo que está claro es que lo empezamos a pagar, noches de insomnio era ya lo mas normal.
Decidí cortar esa "amistad" ya que ésto llegó a un punto que no se podía soportar.
Pasaron los meses, yo no solía frecuentar ese bar, nos vimos, la vida parece que otra vez nos quería juntar.
Nos volvimos a ver, es curioso, parece que la última vez había sido ayer... Otra ida y venida tenía preparada la vida, ya sabes, otra dura despedida.
Pasaron los años, viniste, me llamaste, te volviste a asentar pero ahora era yo el que tenía que marchar...
¿Pesadilla o real? si tuviera que elegir, sinceramente, no sabría que decir.
El error creo que fue al principio, pienso que por miedo a perder ya perdimos, por miedo a arriesgar no arriesgamos, y es curioso que por no arriesgar nada lo perdimos todo...
Tú tomaste el camino de la derecha, yo el de la izquierda... pero olvidamos algo, .el mundo era redondo...