II

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El Hotel Retsnom no era precisamente el sitio favorito de los Cazadores, o incluso de cualquier criatura cuyo corazón latiera (y quisiera mantenerlo así) El inmenso hotel se encontraba en una de las esquinas más céntricas de Gangnam, y, aunque un efectivo glamour hacía que la fachada se mantuviera impecable, el interior lucía exactamente como el alma perdida de los vampiros que lo habitaban: frío, desolado y hueco.

La mayoría de las paredes estaban agrietadas, pinturas y papeles de distintas épocas hechos jirones y apenas sosteniéndose contra los muros mohosos. Las ventanas se hallaban clausuradas, con tablones y retazos de tela claveteados al descuido sobre estas, pero cumpliendo excelentemente con su objetivo: bloquear la luz solar.

Caminando alrededor del vestíbulo, Yixing pudo notar el olor de la sangre, el hedor destacándose por encima de la humedad y golpeando su nariz mientras terminaba de dibujar una runa de agilidad sobre su antebrazo. Desenfundando su cuchillo serafín, el pelinegro continuó avanzando por el lobby, sospechosamente vacío, a la vez que su mente cavilaba.

“¿Por qué no hay ningún vampiro?”

“¿Dónde están los humanos?”

“¿Serían falsos los reportes?”

Asegurándose de hacer el menor ruido posible, Yixing le comunicó su estrategia a Hoonmyun, quien rápidamente desapareció en uno de los corredores.

Divide y vencerás.

***

A Yixing le tomó algunas horas revisar la planta superior del hotel, suficientes para que el sol se ocultara totalmente y la luna comenzara a brillar en lo alto del cielo, no obstante, no encontró ningún mundano.

Arrepintiéndose por haber desperdiciado el tiempo, el Cazador guardó su cuchillo serafín, sabiendo que había tomado la peor decisión posible cuando la oscuridad lo devoró.

***

Yixing parpadeó varias veces, sus ojos tratando de adaptarse a la mínima iluminación del cuarto mientras intentaba acomodar sus pensamientos.

¿Dónde demonios estaba?

La pregunta quedó relegada a un segundo plano cuando observó que no se encontraba solo en la habitación. Dos pares de ojos lo observaban, curiosos y preocupados a partes iguales y Yixing no pudo controlar el escalofrío que recorrió su cuerpo.

Vampiros.

Decidiendo que, sin lugar a dudas, ellos tendrían algo que ver con su repentina pérdida de conciencia, el Cazador se levantó rápidamente, desenfundando su cuchillo serafín y preparándose para la pelea que sabía, estaba a punto de ocurrir.

***

Junmyeon quería patear a Sehun cuando entró a la habitación cargando un Cazador de Sombras inconsciente. El vampiro no sabía que era peor, si el hecho de que su amigo hubiera traído al Cazador a la habitación que compartían (lugar que incluso algunos vampiros desconocían), o que el chico estuviera desmayado, posiblemente acababa de romper demasiados artículos de Los Acuerdos.

Sin embargo, cualquier preocupación perdió sentido cuando Junmyeon se acercó al Cazador, cuando miró su rostro, cuando sintió su aroma.

Embriagado.

Junmyeon tuvo que contener el impulso de arrebatar al chico de los brazos de Sehun, de apretarlo contra su cuerpo y hundir sus colmillos en su cuello. Debía recordar que era un Cazador, que posiblemente no tenía idea del vínculo que compartían, que podía alejarlo con un solo paso en falso.

Sangre de ÁngelWhere stories live. Discover now