El primer día soñé con tu voz, soñé en cómo sonaba, cómo fue que alguna vez sonó.
Soñé con tu melifluo tono, y tu agradable ritmo para narrar historias.
También distinguí tu acento; un británico leve, no tan marcado como creía recordar.El segundo día soñé con tus ojos, soñé con el cálido color miel que poseían.
Admiré tus pestañas, en ese color rubio que no te agradaba tanto, y tus cejas, en ese tono cafesoso que siempre quise ver en un caramelo.El tercer día soñé con tu sonrisa, soñé con el color rosa de tus labios, con la forma de ellos.
Soñé con las muecas que hacías; cuando te molestabas, emocionabas, incomodabas o sorprendías.
Con tus hoyuelos y cuan naturales de veían en ti.El cuarto día soñé con tu nombre, con las seis letras que lo conformaban.
No soñé nada más, pero desperté repitiéndolo.El quinto día soñé con tu cabello; ese rubio oscuro con pequeños rayos naturales formados por el sol
La forma en que tu melena rozaba tus hombros, y el como se iba un poco más abajo cuando inclinabas tu cabeza.El sexto día soñé contigo: con tu cara, con tu cuerpo, con tu caminar y tu braceo.
Y el séptimo día: soñé con tu tumba, soñé con tu funeral.
Soñé a quienes lloraron por ti, y te soñé triste, por no poder consolarnos.No debiste sentirte así, yo tampoco esperé que un automóvil no respetara las luces del semáforo y te arrollara: no lo esperé porque sólo eras una pequeña de diez años que cruzaba la calle para subir al auto con su mamá y conmigo; su prima.
No esperé tener que velarte, cuando tenía doce años, no esperé volverte a soñar a mis sesenta.
El octavo día: no tuve que soñar para verte, pues la enfermedad crónica con la que había lidiado los dos últimos años de mi vida, decidió que fue un día para acabar del todo conmigo.
El noveno día: fue el primer día que volvimos a estar juntas, como lo habíamos estado muchos años atrás.
Fin.
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Untitled story.
Short StoryUn pequeño diario de sueños, antes de un nuevo funeral. -One shot.