Dusk Till Dawn 《Jenzie》

Introducción

Agosto, 2002. Estados Unidos.

Los estaban buscando y cuando los encontraran, pagarian. Los Orlando habían hecho que uno de los negocios mas importantes, de esos que esperas toda tu vida, fracasara. Iban a aprovechar el momento, ellos estaban aprovechando unas tranquilas vacaciones, ya que se les había dado información falsa sobre los Ziegler. Ellos creían que sus peores enemigos estaban en la otra punta del continente, bien en el sur.

Un integrante de la familia debía pagar, la pequeña niña, Meredith o el mismo Dale Orlando, jefe de la mafia Orlando. El primero al que pudieran matar cobraría todo el mal que les habían provocado. Estaban rodeados, los hombres de negro que seguían a Mark Ziegler estaban preparados para atacar. 

Esperarón unos 20 minutos hasta que la mafiosa familia salio del lugar en el que se encontraba y fuera rodeada. Todos tenían armas, no tenían escapatoria. Gus, el segundo hombre mas importante de la mafia Ziegler y encargado de los trabajos sucios mas importantes, se adentro en la ronda y se paro bien enfrente de Dale. Lo miro a los ojos y saco un celular.

"Lamento no estar para presenciar este gran momento, Dale. Espero que nuestra ley no te moleste, pero deben pagar por lo que hicierón. En fin, buena suerte." El mensaje salio del dispositivo de Gus. Cuando este termino, un hombre tomo inmediatamente a la niña que Meredith tenia en sus brazos.

-Nooo, Lauren- Se escucho el grito de la mujer, pero todo fue demasiado rápido. La pequeña niña de 2 años había pagado el mal que sus padres habían cometido. 

Los hombres de Ziegler dejaron el cuerpo de la niña en el pavimento y se fueron tranquilos, como si nada hubiera ocurrido. Meredith lloraba y Dale trataba de mantenerse fuerte. A pesar de que su trabajo implica ser un hombre duro, acababan de matar a su pequeña hija.

-Meredith, amor, calmate.- Levanto a la mujer del suelo y la abrazo.- Debes esconderte, vamos a alejarnos de esto. No puede pasarle lo mismo a nuestro hijo.- Instintivamente Dale llevo la mano al vientre de su esposa.

-No, tienen que pagar. Mataron a Lauren, a nuestra hija. Todo por un estúpido comercio de armas.- Meredith lloraba y gritaba desconsoladamente.

-Pagaran, pero mas tarde. Debemos escondernos, luego volveremos mas fuertes que antes. La muerte de nuestra hija no sera en vano.- El agarre a su mujer fue mucho mas fuerte. Saldrían unidos de eso, como la familia que eran.

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Septiembre, 2017.

A pesar de haber pasado su vida escondido con su tía, alejado de todo el mundo mafioso, Johnny conocía completamente lo que pasaba en ese mundo. Sabia la historia de su hermana, la de sus enemigos y de lo que lo protegían. Odiaba a los Zieglers con toda su alma y deseaba algún día poder vengar a su hermana.

Sus padres siempre habían tratado de mantenerlo al margen, de no darle todos los lujos que sin dudas podían darle. Pero Johnny estaba creciendo, en unos años debía incorporarse al mundo que su padre había creado y debía empezar a entrar en el mundo del prestigio. Sus padres habían logrado conseguirle un cupo en unos de los colegios mas importantes de Estados Unidos, sin embargo no lo descuidarian. Johnny Orlando no asistiría a ningún colegio, porque Johnny Orlando no existía. Dustin Maynard asistiría en su lugar, ese nombre seria su protección y el mayor secreto que debía guardar.

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Ally Darias asistía de toda la vida al Instituto Winston, era una estudiante ejemplar. Pero sin dudas tenia potencial para ser eficiente al momento de sentarse a la derecha de su padre. Había logrado guardar el secreto por 14 años sin la menor fractura. En dos años ayudaría a su padre, seria parte importante de la mafia Ziegler.

Mackenzie no veía el momento de salir de ese instituto lleno de nenes de papá que la trataban como una celebridad. A pesar de que no tenia que llamar la atención, no podía evitar eso. Era hermosa, inteligente, popular.

Tan solo debía aguantar dos años, y cuando subiera al poder mataría a cada uno de esos insoportables. Incluso había pensado en volar el instituto. Tenia sangre fría, y un corazón de hielo. Lo justo y necesario para entrar al mundo al que pertenecia.