Porque romperlo todo también es un arte.
El hecho de sentarte a mirar como todo a tu alrededor se cae a pedazos, todo lo que antes era tu vida poco a poco se desvanece hasta que ya no queda nada. Solo silencio. Un silencio profundo y tranquilo. Y tu estás ahí, sentado, escuchando el silencio. Ahora que vas a hacer?
Ya no hay nada, ya no queda nada, solo tu y un inmenso vacío al que un día llamaste vida.
Es hora de volver a empezar.
Levántate, mira a tu alrededor y piensa en lo que quieres, en cómo quieres ser, en lo que quieres tener en tu vida. Amor? Felicidad? Dinero? Da igual, tu solo pide, créalo. Llena de pequeños pensamientos la infinita nada que tienes delante. Y sí, añorarás tu anterior vida, pero no hay que atarse, ahora eres libre y todas las cosas que has vivido ya han dejado su huella en ti.
No te preocupes, todo irá bien, a partir de ahora tu decides. Y tal vez te equivoques, y no pasará nada. Date permiso para equivocarte, para caer, para tropezar, hasta que te canses y apartes la piedra del camino, porque no es más que eso, una piedra.
