uno.

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Ariana (Stratford, 3028)

-Con cuidado, Ariana...-reprochó mi padre.

-Papá, puedo sola. Quita.-gruñí y le arrebaté mi maleta de la mano. El apretó los labios en una fina línea pero no dijo nada y lo agradecí internamente.

Tragué saliva y agarré fuertemente el asa de mi maleta entre mis dedos. Me sujeté en la barandilla y con cuidado bajé las escaleras despacio.

Era una mierda tener una enfermedad de corazón y más cuando eres una adolescente de tan solo 17 años. Te privan de cosas que normalmente hacen a los chicos y chicas de mi edad, como ir a fiestas, beber, fumar (aunque eso no debería hacerse pero por probar no pasaba nada así que, shh...), ir a parques de atracciones y muchas cosas más guays que ni yo ni el 1% de adolescentes que padecen insuficiencia cardíaca pueden.

Tener la enfermedad de un vejestorio era una completa y real mierda.

Pero esto simplemente me vino de nacimiento y con el tiempo ha ido empeorando pero los médicos han sabido como controlarlo y realmente lo agradezco. Si no ahora mismo podrían verme en un ataúd donde pondría:

Ariana Grande Butera (1998 - 2017) Tu familia y amigos siempre te recordaremos.

Sí... A mamá no le gusta mucho que haga ese tipo de bromas, se nota por el dolor de las cachetadas en la parte trasera de mi cabeza cuando las hago.

Cuando finalmente terminé de bajar los puñeteros tres pisos del hospital, llegamos a la salida. Aunque estaba contenta de poder percibir la sensación del aire fresco abanicarme la cara; tuve que sentarme en una silla de recepción. Inhalé y exhalé aire. En estos momentos odiaba ser tan débil, odiaba mi enfermedad y me odiaba a mí misma.

Puse mi mano en el pecho y cerré los ojos, intentando calmarme.

-Te dije que no deberías de haber cogido la maleta, Ariana. Estás débil y debes evitarte los máximos esfuerzos posibles.-dijo papá.

-No quiero ser una inútil toda mi vida, ¿entiendes?

-Que tengas un poco menos de resistencia que los demás no te hace más débil, solo... especial.

Suspiré y enterré los dedos en mi cuero cabelludo.

-Odio esto...-murmuré.

Durante unos segundos no oí nada hasta que sus pasos se acercaron y se sentó a mi lado. Envolvió sus brazos alrededor mía y apoyé la cabeza en el pecho de papá. Sabía que estaba siendo borde pero odiaba profundamente mi falta de energía para algunas cosas.

Quisiera tener un corazón menos débil y más resistente que este y poder subir a montañas rusas, bailar hasta que los pies me dolieran y ser una adolescente normal.

Pero claramente eso no podrá ser nunca posible.

-Se hará más llevadero, cielo...-susurró, dejando un beso en la coronilla de mi cabeza.-Eres una campeona y te admiro mucho. No todas las chicas de tu edad podrían aguantar todo lo que tú tienes que hacer todos los días y eso es admirable, aunque a veces se haga un poco tedioso.

Cerré los ojos y las comisuras de mis labios poco a poco se elevaron dejando ver una sonrisa. Escuchar esas palabras realmente hacía bien para mis oídos y cerebro. 

Me aparté suavemente y él me sonrió. Nos levantamos y él cogió mi maleta antes de que pudiera decir nada, comenzamos a caminar hacia el parking, donde estaba el coche de papá.

-¿Estás emocionada por llegar a casa? Mamá y Adelaine te han echado mucho de menos.

-Ajá. Después de dos meses sin estar en casa, estoy deseando abrazarlas...-admití.

Hace dos meses, las arterias de mi corazón comenzaron a obstruirse, impidiendo el bombeo de sangre hacia mi cuerpo y empeoré notablemente. Estuve por un mes y medio en la UCI y cuando finalmente después de hacerme todos los tac, radiografías y pruebas comprobaron que estaba más o menos estable, decidieron pasarme a observación.

Honestamente ni siquiera sé por qué de repente le dio a mi corazón el capricho de joderme el verano. Si mis arterias se hubieran comportado mejor probablemente hubiera pasado un verano sentada en el borde de la piscina o simplemente en una tumbona, leyendo uno de los libros de Jane Austen.

Pero simplemente me pasé con tubos, vías y un aparato puesto en mi nariz para ayudar a mis pulmones con la toma de oxígeno, tumbada en una cama. Únicamente viendo el exterior desde una ventana barata de el 5º piso de un hospital de Stratford.

Ya, no es agradable.

Cuando llegamos, desbloqueó las puertas del Cadillac y abrió el maletero para posar en el mi maleta mientras yo abría la puerta del copiloto y me dejaba caer el el asiento, respirando profundamente. Papá rodeo el coche y se sentó a mi lado. Puso la llave de contacto en su sitio, la giró y esta hizo que el coche tomara vida.

Mientras salíamos del parking, las gotas de lluvia comenzaban a caer en el cristal efusivamente, pidiendo entrar. Casi siempre llovía aquí pero ahora que era Septiembre lo hacía todavía más.

Papá carraspeó-Hay algo que deberías saber.

Fruncí el ceño a la vez que lamía mis labios-¿El qué...?

-Adelaine, traerá hoy a su mate.

-¿Su mate?

-Por fin lo encontró. Se llama Justin. -pausó, girando el volante-Vendrá hoy a cenar, espero que no te importe. De todas formas, no queremos demasiadas presiones para ti el primer día que vuelvas a casa, si quieres puedes quedarte en tu cuarto mientras transcurre la cena.

Rodé los ojos ante ese testimonio. En nuestro país hay una especie de ley entorno a las personas. Es muy extraño y ridículo. Cuando nacemos, a todos los niños nos hacen como una marca rectangular en una parte específica de tu cuerpo, la cual elige una máquina. Esa máquina te quema la piel y hace que esa piel se te hunda en la carne, haciéndola ver rara y asquerosa. Los gobernadores de Canadá y básicamente del mundo entero nos han sometido a los humanos a encontrar nuestras "almas gemelas".

Y se supone que en esa marca rectangular se grabará a fuego el nombre de la persona que es tu alma gemela, cuando por primera vez hagas contacto visual con ella. Lo misma pasará en su marca.

De hecho, no es realmente someterse, porque esto lleva desde hace más de millones de años en la tierra. 

Estás unido a una persona. Dependes de ella, toda tu existencia lo hace. Lo llaman "almas gemelas". Es aquella persona que es igual y completamente distinta a ti. Esa persona está hecha para ti y tú estás hecha para ella, no hay forma de escapar de ese ciclo. Es como si cuando nacieras fueras solo la mitad de ti mismo y esa persona complementara lo que queda vacío de ti.

Yo tengo esa marca y todas las personas que habitamos en la tierra también. La mía está justo encima de mi clavícula, y se supone que la persona que es mi alma gemela la tiene en el mismo lugar que yo.

¿Yo tengo un alma gemela en el mundo? Por supuesto. Todos estamos destinados a tener una.

Pero honestamente, no creo en esa gilipollez. De todos modos, ¿quién iba a querer a una estúpida chica que está enferma del corazón y probablemente muera a los 40 años o puede que a los 20, de un ataque cardíaco o de un fallo en los pulmones?

Aunque no quieran hacérmelo saber, yo tengo mis días contados, y cuando encuentre a esa alma gemela y poco tiempo después yo muriera, mi alma gemela también moriría pocos días después. Ya que él depende de mí y yo dependo de él, y si una de las almas se va, la otra sigue el mismo camino que su amor verdadero.

Soul Mates «jariana».Donde viven las historias. Descúbrelo ahora