Parte única

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Dongho podía caminar por toda la escuela sin toparse con obstáculo alguno, aún si estaba distraído viendo su celular, debido a que cuando los alumnos de aquél instituto lo veían venir, pegaban su cuerpo completamente a la pared más cercana para no tener que toparse con él o simplemente para no meterse en su camino.

Todos los estudiantes le temían sin razón alguna.

Bueno, tal vez si había una razón. Y es que el ceño fruncido de manera permanente y el arquear una ceja cuando alguien se aproximaba a más de 3 metros, no eran acciones muy amables.

Odiaba ser tratado de aquella forma. No porque le gustaría tener más amigos, sino porque lo obligaba a tener una imagen que mantener, principalmente frente al chico que le sonreía todos los días y que le dirigía un buenos días alegre y un nos vemos mañana cuando finalizaba el día, aún cuando él no había respondido verbalmente ninguna de aquellas muestras de educación.

La sonrisa y la ternura del menor, junto con todas sus perfectas imperfecciones, hacían que su corazón palpitara con tal velocidad que muchas veces había pensado que moriría de un ataque al corazón sino sacaba sus sentimientos del pecho.

Sin embargo, Lee Daehwi era un chico tan común que el simple hecho de pensar salir con él era una contradicción casi evolutiva, pues en ningún momento de la historia, un chico con su reputación había salido con alguien inteligente y cariñoso como el pequeño rubio.

Para él estaba destinada una rubia descerebrada que creía firmemente que cambiar el color de su tinte la haría menos estúpida.

"No dejes que te afecte lo que dirán los demás. Dile lo que sientes antes de que sea demasiado tarde." Le había dicho Minhyun en cuanto descubrió sus sentimientos hacia el chico que se sentaba en el pupitre al lado suyo.

Aquellas palabras resonaron en su cabeza de forma constante cuando el rubio comenzó a salir con Samuel. Incluso la sensación de verlos besándose en el pasillo de forma desvergonzada y la infantil forma de empujarlos con el hombro alegando que estaban en su camino, seguía tan fresca como el primer día.

Por eso no podían estar juntos. Daehwi era el tipo de chico que se supone debería molestar.

Miró por la ventana preguntándose porqué el ladrón de sus pensamientos no había llegado aún. Él siempre solía ser de los primeros en estar en el salón de clases.

-Vi a tu novio en la enfermería. -Le dijo su amigo al tomar asiento frente a él.

-Deja de meterte con el doctor de la Escuela es asqueroso. -Hizo una mueca de disgusto.

-Se llama Aron, ¿ok? Y nos amamos.

-Deberías estar con alguien de tu edad. Jaehwan se muere por ti y tú prefieres perseguir a alguien mayor

-Como sea. -Puso los ojos en blanco. -Parece que Dae tiene un resfriado y aunque debió quedarse en casa quiso venir a la escuela.

-No debe ser tan horrib-

-Buenos días Dongho. -Dijo el rubio mientras tomaba asiento junto a él.

Era peor de lo que pensaba, la voz sonaba nasal en extremo, los ojos le lloraban y su nariz estaba roja, incluso la piel de esa zona se veía muy dañada, supuso que era debido a utilizar pañuelos de forma reiterada.

-Te ves horrible. -El pequeño volteó en su dirección y lo veía extrañado.

-Esperaba que las primeras palabras que me dirigieras fueran amables... -Rio suavemente antes de estornudar con fuerza. -... pero supongo que algo es mejor a nada, ¿no?

Never mind || DongHwi (One shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora