C U A R E N T A & S I E T E

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Era lunes y odiaba volver a comenzar la rutina de escuela, solo faltaban dos semanas y las tendría que amar ya que serían las últimas en toda mi vida escolar y adolescente pero juro que no podía, no veía la hora de terminarlas y comenzar el verano. Me levanté de la cama, despegándome del brazo de River para ir a la ducha, me sentía pesada y cansada, un buen baño mañanero iba a ser lo que me despertaría un poco más.
Me cambié lo más rápido que pude después de terminar, estuve casi todo el tiempo libre que tenía al despertar e ir al colegio en la ducha. Así que cuando terminé bajé lo más rápido que pude hacia la cocina para agarrar un jugo de manzana y unas galletas. Lo que menos quería era encontrarme con alguien, tampoco iba a esperar a que Lucas baje y vayamos todos juntos, así que busqué las llaves de mi bebé entre los bolsillos de la mochila y cuando las encontré salí al patio.

El ruido al desbloquear la puerta con el control era casi un orgasmo para mí, sentía que había sido hace siglos que no me sentaba en esos asientos y lo manejaba, nunca lo había llevado al colegio y ser la primera vez me entusiasmaba. A penas me senté tiré la mochila hacia los asientos de atrás y abrí las galletitas para dejarlas en el asiento de al lado, no quería salir sin antes dar un trago al jugo y fue lo que hice. Antes de arrancar la puerta de copiloto se abrió y lo único que me inmuté a hacer fue agarrar las galletitas antes de que sean aplastadas.

— ¿Te ibas a ir sin mí?

— Perdón— hago una mueca y aceptó su beso— no quería cruzarme a nadie.

— Algún día vas a tener que superar eso.

— Lo sé— le respondo mientras salgo del patio y entrando a la calle— pero hoy no es el día.

— ¿Vas a decir eso todos los días de tu vida?

— Mi problema— me encojo de hombros sonriéndole tratando de no desconcentrarme de mirar hacia el frente con su hermosa sonrisa.

Llegar y estacionar a mi bebe mientras algunos, que ya se encontraban ahí, miraran me hizo sentir gloriosa. Me encantaba presumir a mi Mini Cooper y al bajar y agarrar mi bolso fue sentir todo en cámara lenta, me puse los anteojos de sol y apreté el control para que las puertas se bloquearan, River me esperaba adelante y cuando ya estaba junto a él puso su brazo sobre mis hombros, yo no me quedé atrás y le agarré la mano, con el otro brazo libre lo abracé de la cintura. También me encantaba presumir a mi lindo novio.
Caminamos juntos a la primera clase que teníamos mientras hablábamos de cosas al azar y del baile de fin de curso, me sentía triste al no tener a Amber para hablar sobre todo, especialmente la ropa y el no ir juntas, me iba a perder el baile con mi amiga y eso no era fácil para ninguna de las dos.

— Tenes que ver el color del vestido así voy con una corbata de ese color.

— No sé— le respondo entrelazando nuestros dedos— no me gusta eso mucho.

— Sos mala eh— me sonríe apretándome la mano.

— Auch— me quejo— lo qué pasa es que me encantan los hombres con el esmoquin clásico. Saco, pantalón y zapatos negros, moño o corbata también negra y obvio que la camisa blanca— me acerco a su boca— y lo que las me puede son los pantalones con tirantes y la camisa blanca— sonrío y lo doy un poco.

— ¿Fuiste con Nicole a ver los vestidos por lo menos?

— No— hago una mueca— igual faltan dos semanas.

— Se pasan volando Azul– se aleja un poco para mirarme— no entiendo cómo podes ser así, dejas todo a último momento.

— Me encanta la adrenalina— paso mis brazos por sus hombros y lo acerco para besarlo como yo quiero.

— Chicos, por favor están en una escuela— entra el profesor y ruedo los ojos— se separan o los cambio de lugar.

Ruedo los ojos y sin importar lo que este dijo le doy un último pico para después separarme.



No tenía idea lo que quería, ningún vestido estaba en mi mente para mí. Siempre iba en ventaja, y no por presumida, pero todo lo que me gustaba mayormente me quedaba, tenía el cuerpo casi como los maniquíes pero con más curvas. Había hablado con Amber el año pasado sobre los vestidos y teníamos esa idea de usar el mismo vestido pero de diferente color, ahora que lo volvía a recordar me parecí ridículo y algo vergonzoso pero no teníamos la mentalidad que ahora tenemos. Tampoco había hablado con Nicole, ni siquiera me había pedido ayuda de acompañarla a alguna tienda o algo por la panza, ella tendría que esforzarse más que todas las chicas del curso para encontrar un vestido perfecto para ella, que haga aún más linda su panza y que resalte sus curvas, dejarla una embarazada sexi.
Mi debilidad iba a ser ver a River con esmoquin, si ya los demás hombres hacían que se me cayera la baba al verlos tan formales, River me iba a matar de amor y de placer.

En este momento iba a necesitar a mi mamá, su ayuda a poder elegir, ella me conocía y sabía lo que me gustaba y odiaba. Sabía que era fanática de los escotes y vestidos cortos, los largos también pero tenían que tener un tajo en una de las piernas. Ella conocía mis gustos y siempre le pegaba con los regalos de moda, lo que más me dolía era que eso no iba a pasar, que yo no la quería ver por un tiempo. Que mi orgullo no quiere verla, ni demostrarle lo mal que estoy por todas sus mentiras.

Tenía el teléfono en la mano, lo estaba buscando entre mis contactos y ahí apareció, mis manos temblaban y mi pulgar jugaba con tocar la pantalla táctil, era yo mis impulsos no estaban claros. No me animaba, no sabía qué decir ni como comenzar la conversación.
Sabía que algún día lo tenía que hacer, tarde o temprano pero yo no quería que sea lo primero, así que no lo pensé más y apreté su nombre. Estaba marcando y cada sonidito me hacía desesperar más.

— ¿Azul?

Mi corazón se aceleró y mi garganta se secó. No podía hablar y era lo que quería, me comenzaba a desesperar así que tomé una bocana profunda de aire y hablé.

— Necesitamos hablar.

Era estúpido pero no quería hacerla larga y tener una conversación por teléfono que quería tener en persona.

— Es lo que más necesito Azul— suspira— quiero aclararte todo de mi punto de vista. Necesito verte.

— No quiero hablar nada por acá, necesito que lo hablemos en persona— cierro los ojos y trato de calmar a mi corazón, sentía que me iba a morir si mi pulso no bajaba— sé que es lo que más no va a costar, por lo menos sé que a mí si, quiero que seas la primera persona que me aclare todo, quiero poner mi confianza en vos. Necesito que alguien me ayude en este momento de mierda.

— Estoy trabajando pero no tengo problema que nos veamos ahora, puedo cancelar todo e ir.

— Si quiero que sea hoy, no aguanto más esto.

— ¿Te parece en una hora en el Starbucks del centro?

— Si me parece perfecto— suspiro— nos vemos.

No quería decir más y corté. Mi corazón comenzaba a calmarse y las lágrimas ya no iban a aguantar más y deje que las pocas salieran para limpiarlas. Sabía que River se había ido a la playa a hacer surf, no lo quería preocupar ahora así que fui a su cuarto, agarré un papel y lapicera y le escribí.

Por si venís y no estoy, hice lo que más querías. Fui a aclarar y superar todo con Pietro. Te quiero.

Inefable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora