Remembranzas del día del alzamiento

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    El día seis de Agosto hubo un enfrentamiento militar en la "brigada 41 Paramilitar", lugar mejor armado de Venezuela. Se enfrentaban militares rebeldes contra militares conservadores. Rebeldes invocaron el apoyo ciudadano en las cercanías del fuerte con protestas, presencia y atascamientos. Mi madre aceptó prestar su ayuda, yo, Brandon Aponte, su hijo, decidió acompañarla a este alzamiento. Al llegar al lugar, la cálida bienvenida fue un cilindro metálico acompañado de una estela de humo blanco, una bomba lacrimógena, al parecer modificada con pimienta para acelerar el efecto ardiente en ojos, nariz, boca y garganta, consecuentemente retrocedimos junto a una multitud de protestantes. Desde los conjuntos residenciales previos a la imprenta "El Carabobeño" nos vimos forzados retroceder hasta las afueras de una tasca ubicada en la entrada de la "Avenida Valencia"; llegamos hasta ella corriendo desde la parte trasera de un restaurante llamado "La isla". La acción continuaba por la "Avenida Universidad". Llegamos, de nuevo, a la línea principal de acción cuando descendía un helicóptero, suspendiéndose en el aire a un máximo de cuatro metros sobre el suelo, ordené a mi mamá retroceder, eso hicimos, sin embargo torne mi vista a la maquina cuando ensordecí por un ruido. Disparos, disparos salían de un soldado conservador, al borde del helicóptero, con una escopeta recortada, los protestantes huían, mientras seguían disparando a diestra y siniestra desde las alturas, al mismo tiempo el aire se arremolinaba por el movimiento de las hélices, levantando polvo y basura. Ya dispersados todos, esté se retiro, los protestantes volvieron a reunirse.

Reorganizados, con el helicóptero acechando, mamá decide esperar por uno de mis tíos allí, yo avanzaría en la multitud con intención de recolectar información. En el camino hasta la "brigada", decidí ayudar a otros jóvenes con sus espalda a ras del asfalto, algunos lagrimeaban, desconozco si se debía al efecto bélico o a algún sentimiento denso en medio de la locura; ofrecerles mi agua para limpiarse, extender la mano para levantarse, ayudar a cerrar la calle con cualquier desecho o rama caída, de un árbol impactado de perdigones. Todos los protestantes, unidos, marchábamos al son de la libertad, con una sombra opaca envolviéndonos; Algunos lloraban y lamentaban, otros encolerizaban, otros colapsaban psicológicamente, unos pocos mantenían la frivolidad, aun así, avanzamos sin conocer las sorpresas del destino, ¿Moriríamos o sobreviviríamos? Bajo la premisa de esa apuesta mortal, llegué a un centro comercial llamado "Free Market".

Una gran muestra de una población joven, enérgica y esperanzada se había conglomerado, colocando retazos de concretos, grandes piedras del camino, ramas de árboles secos, como los cadáveres de los muertos en anteriores protestas, y toda la basura al alcance. Tras aquella barrera de máximo 30cm, nos hallábamos nosotros, la resistencia, nos mantuvimos a la vanguardia de la circunstancia. Al otro lado de la barrera, a lo que era un máximo de 15m, vimos el aparecer de un solo par de secciones (veinte hombres) De Guardias Nacionales Bolivarianos (GNB) Con armas en mano. La impresión no me paralizó, a diferencia de un chico, quien al ver los quince o veinte motorizados a dichas leguas, aventó sus hinojos al crudo asfalto, no solo él, la bulliciosa multitud apagó su ruido ante semejantes rivales. La división mostraba, del lado armado, confianza, del lado resistente, tensión. Nuestros latidos se aceleraron cuando el helicóptero regresó, ubicándose encima de aquellas dos secciones, otro helicóptero se abrió paso, posicionándose a la par de otro. Las unidades terrestres abrieron espacio en su centro, como el Mar Rojo cuando fue separado por Moisés, de esa abertura nacieron dos tanquetas, cubriendo ambas calles que formaban la avenida, avanzaron un poco para revelar unos pocos guardias, escoltándolas.

Un silencio sepulcral nos invadió a cada uno de nosotros, la continuidad de esa carencia de sonido fue abruptamente suspendida por una bomba lacrimógena disparada desde una tanqueta, funcionó como un corte en nuestra psique, nos vimos obligados a correr del sitio, huimos por temor de nuestra vida, aunque durante los segundos de la corrida, se podían escuchar la desesperación hecha palabra con gritos de algunos jóvenes dolientes, los cuales, con pánico y temor, evocaban - ¡Coño de la madre! Huir por nuestra vida es dejar que nos roben el futuro-, mientras voces de otros decían –Corre, pana, corre, que si nos agarran nos van a coger-, en ambos casos perdían el aliento, pero debían mantener el ritmo para no ser víctima de los guardias. Entre los gritos y el viento escuché el familiar sonido de un disparo de perdigón, volteé a mirar mientras galopaba, observé a la GNB atacando, las unidades motorizadas disparaban al aire o tiraban lacrimógenas cuando estaban quietas, las tanquetas avanzaban implacables intentando llevarnos por delante, los helicópteros, ahora a siete o diez metros de nosotros, revoloteaban en circulo como aves rapiñas, las unidades terrestres, sin vehículos, iban al frente, disparando a quien se acercase lo suficiente. Ese instante, donde mi vista estaba posicionada en zaga, un Guardia disparó contra un chico, menor de edad, el chico intentó seguir corriendo, no fue suficiente su resistencia, se fue abajo súbitamente contra el piso, con una camisa manchada de sangre; clave mi mirada en la escena, observe al chico arrastrarse un poco y al guardia acercarse, no pude seguir viendo, seguí mi plan y me refugié en un conjunto residencial de edificios cercanos a "El Carabobeño", pues los residentes abrieron sus puertas para auxiliar a los protestantes. La colisión ocurría en plena "Avenida Universidad", y se mantuvo en toda la extensión de "La brigada 41" y "La bomba Santa Ana", una estación de servicio en plena avenida, en algún punto medio entre dicha estación y el fuerte militar se hallaba "Free Market" y unas dos calles después de "Santa Ana" se encuentra "El Carabobeño", la calle siguiente a esa imprenta, hay un cuadrante de conjuntos residenciales, de las cuales solo contaré tres, los más relevantes del caso, en la calle siguiente a residencia, está el punto medio: "Free Market". En mi retroceso planeé entrar al conjunto residencial más cercano, hallado en la esquina opuesta antes de llegar al centro comercial. La puerta de esa residencia hacia un embudo, todos queríamos entrar raudos; a puerta del edificio, torpemente caí al costado de la muchedumbre, logré incorporarme rápido, permitiéndome internarme a tiempo en el edificio. Esa fue solo la primera oleada, de las tres excursiones al frente de batalla en las cuales me vi inmiscuido.

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⏰ Last updated: Sep 09, 2017 ⏰

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