Nana

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Ya llora con cualquier canción. La lagrima traicionera se resbala por su puente de la nariz mientras escucha cualquier canción, quien sabe cuál es. Pero no está prestando atención a la música. Solo piensa en ella. En esa mujer indefensa que vive muy lejos de ella, aunque la siente en su corazón. Cuánto tiempo le quedará, piensa. No quiere que se vaya. Ni ella ni nadie. Es inevitable. Tuvo que irse todos los veranos alli, con ella. A verla hacer ganchillo, o mirarla directamente a los ojos, esos que tanto quería. Esos que le sonreían con el brillo. Tendría que haber llamado más veces, aunque solo fuese para escuchar un "ay cuando subes". Se arrepiente, mucho. Pero ahora, ahora ya no hay nada que hacer.

Las noches sin Luna(SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora