Special Times, Last Times.

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-Que niño tan lindo, y tan jodido.

Una mano áspera y regordeta se escabulló entre mis cabellos azabaches. El silencio era ensordecedor, y el ambiente húmedo y oscuro. Aunque no veía nada, sabía que esa habitación ya era de tonos verdes.

-Te dije que le afectaría demasiado, es su primera vez con esto. Te dije que no se la dieras.

Yo negué, negué mareado. La distorsión de la realidad ya era notoria, dejándome flotar en nubes tornasol. Esas nubes que tanto amaba.

-¿Por qué cierras los ojos entonces? pareces primerizo.- esa ronca voz ya me había hartado, solo se la pasaba molestando. A penas llegó y arruinó mi sesión con el regordete de Mark.

-Porque así... -después de varios minutos en silencio, mi voz salió distorsionada. Mi garganta se escuchó seca, y mis labios también lo estaban.- Así puedo brincar sobre las nubes.

Me recosté mejor en ese sofá que tanto amaba. Que tanto conocía.

-Chico, eres muy joven para andar en estas cosas, ¿no lo crees?

-No.- sonreí, inconscientemente al sentir el dolor punzante en mi brazo por tercera, octava, segunda, quinta vez.- Ah...

Las nubes comenzaron a crecer, y el placer invadió aún más mis venas. Las voces se escucharon distorsionadas. Estaba a nada de poder volar.

-¡Joder, Mark, no puedes hacerle esto a un niño! ¡¿Qué edad tiene?! ¡¿15?!

-Andy, cálmate, ya es mayor y él decidió meterse en esta mierda.- Sí... yo decidí. Una risa se escapó de mi garganta cuando distinguí su discusión.- Sus problemas no me importan, su dinero sí.

-Eres un imbécil, voy a sacar a este niño de aquí. No puedes seguir con esto, ni tú, ni él.- Unos pasos firmes se acercaron a mi. A mi y a... a mi mundo.- ¿Cuántas dosis lleva?

-No lo sé, cuando llegué el chico ya estaba aquí. Me pagó por 15, pero no sé que haya hecho antes de que yo llegase, yo aún he podido meterle las 15.

¿Sueño? ¿tengo sueño?... entonces quiero soñar, algo mejor que ahora.

-No lo conoces Andy, ha aguantado más de lo que crees. Llegaste de la nada, estás molestando a mi cliente y a mi también. Te rogaré que te retires.- Mark, mi salvador.

-No Mark, estás enfermo si crees que dejaré a un chico tan joven morir así. ¡Abre los ojos, está muriendo de sobredosis!

Uh, ¿qué, sobredosis? ¿otra vez? no lo creo niño bonito. Niño bonito... bonito... bonito ¡bonito!

Su niño bonito rostro se me hizo cada vez más bonito cuando me cargó en sus fuertes brazos, y me abrazó. Un hospital de nuevo...

Quiero dormir, me gusta olvidar cómo respirar.

**

Kellin Quinn Bostwick, paciente 471.

Hombre.

Clase media, familiares: Padre, Jeuse Bostwick. Madre, Mary Bostwick.

Estado: Crítico.

Causa de Ingreso: Sobredosis.

-¿Ya puedo pasar? -el joven Biersack se encontraba sentado en esas incómodas sillas de hospital. El trasero le dolía de las horas que llevaba ahí.

Peredozirovka - Kandy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora