Capítulo 10

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Jugaba con la tela de la sudadera de Guillermo, a Victoria le gustaba lo suave que se sentía y de alguna manera le tranquilizaba mantener sus manos ocupadas. Se encontraba en territorio masculino, era la primera vez que entraba al dormitorio de varones, y justo como esperaba no había gente en el vestíbulo (algo muy común en un domingo por la mañana) salvo a un chico sentado en uno de los sillones más alejados, leía un libro de física avanzada que le ocultaba el rostro.

Victoria se acomodó en el sillón aguardando a que Guillermo apareciera.

El guardia apreció en la puerta.-Ya viene.

Victoria le agradeció por avisarle, no había pasado ni un minuto cuando unos pasos amortiguados por la alfombra se escucharon en el pasillo, después la puerta se abrió. Guillermo entró en pijamas, era un pants con pelotitas de futbol por todos lados y una camisa básica blanca, el cabello más despeinado de lo normal (lo cual era asombrosamente posible). Victoria se paró colgando su mochila en el hombro.

-Tori ¿Te encuentras bien?- preguntó examinándola. Se podía ver que acaba de despertar, más bien el guardia lo había despertado y Victoria era la responsable.

- Sí- dijo apresuradamente.- Vine a devolverte la sudadera.

Guillermo se relajó, claramente había pensado lo peor, y Victoria no lo culpaba, era la primera vez en la vida que iba a verlo al dormitorio de varones.

Victoria le tendió la sudadera y él la tomó.

Una sonrisa perezosa se extendió por su boca.-Sabes que hoy no hay escuela ¿verdad?- bromeó apuntando a la mochila de Victoria.

Victoria rodó los ojos.- Y tú sabes que ya no eres un niño de secundaria ¿verdad?-bromeó apuntando a su pijama con pelotitas de futbol.

Guillermo rió.- Fue regalo de mi madre.-Se encogió de hombros.-No suelo salir así.

El chico del libro carraspeó audiblemente llamando la atención de Guillermo.

-¿Gus Gus? –preguntó Guillermo asombrado.

El chico bajó el libro a su regazo, dejando ver finalmente sus facciones. Era un adolescente, tenía los ojos verdes y el cabello café obscuro, tenía cierto parecido con los gemelos pero sin el aura alegre y extrovertida. Era intimidante y apuesto. Victoria quería felicitar a los padres de los Ferraez por su fantástica genética.

-Guille, me sorprende que estés despierto.- dijo Gustavo dejando ver un atisbo de una sonrisa.

-Yo también estoy sorprendido.-dijo Guillermo honestamente.-Ella es Victoria Navidad.

Gustavo fijó la vista en Victoria, la observó como un científico observa un nuevo invento, con curiosidad. Asintió levemente- Lo sé. Tienes el quinto mejor promedio de toda la escuela 9.5.

-¿Quién tiene el primero? .- preguntó Guillermo.

Gustavo sonrió por primera vez.- Yo.

La boca de Victoria calló abierta, era muy joven para tener el mejor promedio. Si Guillermo y Gabriel eran inteligentes su hermanito era un genio.

-Vale, vale, Einstein, fue suficiente de alardeos.-dijo Guillermo con los brazos cruzados.

Gustavo se encogió de hombros.-Tú preguntaste.-tomó su libro y se levantó del sillón.-Un placer conocerte Victoria.

-No te acabes los libros de la biblioteca GusGus.-bromeó Guillermo.

Gustavo salió del vestíbulo con su libro en la mano.

Victoria miró el reloj del vestíbulo, en cuestión minutos el taxi estaría en la perta principal, esperándola.

-¿Vas a algún lado?.- preguntó Guillermo.

La danza del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora