Capítulo 2.

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Luego de la pequeña noche de fogata que hicimos, Jake se ofreció llevarme a casa a lo que no pude negarme, pues vivía bastante lejos de donde nos encontrábamos. Lynn se despidió y me dijo que me avisaría cuando llegara a casa.

—Gracias, Jake —dije mientras me bajaba de su auto y seguí caminando.

—Nos vemos mañana Char, descansa, te quiero —volteé a verlo y sonreí.

—Yo igual —susurré sin que pudiera escucharme, él me devolvió la sonrisa y con un gesto me dijo que entrara a la casa.

Cuando recién nos mudamos a California, conocí a Jake en primaria a la edad de 8 años, no es la primera vez que a mi papá le pedían que se mude por trabajo, por lo que tuvimos que venir a California y a decir verdad no recuerdo mucho porque era una niña pequeña, pero lo que sí no he podido olvidar es esa chispa que sentí al verlo por primera vez. No sabría decir si a esa edad uno se puede enamorar, pero no puedo negar que sigo sintiendo esa chispa cada vez que lo miro y me abraza. En ese momento estaba super feliz con el trabajo de papá porque lo conocí a él y a Lynn, pero así como los hizo llegar a mi vida, ahora me los va a quitar.

Gracias, papá.

Al llegar a la puerta me despedí por última vez de Jake y entré a la casa tratando de ser lo más cautelosa posible, pero deseché ese esfuerzo al segundo que vi a mi familia sentada en la sala.

—¡Hija, mira la hora! —mi mamá me enseñó el reloj que marcaba las dos de la madrugada —Estábamos preocupados —se acercó a abrazarme.

—Mamá, perdón, pero saben que siempre paso con ellos, no es la primera vez —me soltó y me percaté de que habían varias cajas de cartón por toda la sala
Ignoré eso y caminé hasta la cocina para coger un poco de cereal.

—Con quien sea que estés debes avisarnos, sabes que afuera es peligroso y peor aún siendo... —papá puso su mano encima del hombro de ella casi como si la estuviera callando.

—¿Siendo qué? —miré a ambos sin entender nada.

—Siendo mujer —respondió mi papá —Tú sabes que hay secuestros por todos lados, no queremos que te pase nada.

Suspiré —Lo sé y tienen razón, discúlpenme. No volverá a pasar —me acerqué a la mesa y me senté cerca de ellos.

—Claro que no volverá a pasar, las cosas en Londres van a ser diferentes —papá me dio unas palmadas en la espalda antes de desaparecer de la sala  junto con mamá. ¿Las cosas van a ser diferentes? Claro que sí, estaré todos los días encerrada gracias a que no conozco a nadie y todos en ese estúpido colegio nuevo me verán como bicho raro pues porque tienen dinero y una pésima educación y no me refiero a la escolar.

—Hey, sabes, te esperé casi dos horas en el parqueadero del colegio —mi hermano me lanzó una mirada de odio y se sentó a mi lado.

—Lo siento por no avisarte, no estaba en mis planes escaparme del colegio hoy —sonreí y me metí una cucharada de cereal en la boca. Chase negó con la cabeza riendo.

—Que ni se enteren de que te escapaste porque sino te matan —soltó riendo —Escuché lo de la fiesta de Jake, ¿Irás?

—Supongo que sí, ahora que les conté, es como mi despedida.

—Te llevo entonces porque es la fiesta de mi equipo, ladrona—se levantó de la mesa —Descansa —dijo y salió de la cocina.

—Hasta mañana —le dije y me levanté de la silla a guardar mi cereal. Con las últimas fuerzas que me quedaban subí a mi cuarto y me tiré a la cama sin importar dormir con la ropa que tenía puesta. Estaba muerta del cansancio y me prometí a mí misma que me ducharía por la mañana. Quizá tenía los dedos cruzados. ¿Qué estoy diciendo? ¿Por qué soy tan puerca? Qué horror.

Vampire Academy (Una decisión podrá salvarlos) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora