Fuga |j.b.|

Capítulo 6. "Hazlo."

Narra Justin:

"Creo que los guardas voluntarios tienen algo que ver." Me susurró Carlos al oído.

"¿En serio lo dices?" Pregunté algo confuso.

"Te lo digo muy enserio." Volvió a susurrar.

"¿Qué te hace pensar eso, pues?" Le devolví el susurro.

Las chicas y los chicos estábamos en el salón, sentados y esperando a que Mike apareciese por la puerta, o Lucy o simplemente una simple llamada o mensaje de texto, algo que nos dijese que estaban bien. Por supuesto que Carter estaba aquí, lo llamo Carlos.

"Carter, ¿conocías a todos los que has contratado?" Pregunta Carlos en alto.

Miré a Carlos confuso, se había puesto de pie y miraba fijamente a Carter, el pobre tenía una cara que le llegaba al suelo, siempre se comía lo peor y sólo quería ayudar.

"Es obvio que no, Carlos, ¡no soy un relaciones públicas!" Se quejó. "No me eches las culpas de que haya pasado esto, yo cumplí con mi palabra. Tapé todos los huecos de vuestra maldita casa y he conseguido a gente. Conozco a mucho, pero no todos, algunos son recomendados que trabajan en otros restaurantes."

"¿Has leído sus fichas?" Preguntó Carlos tranquilo y sereno.

"¿Crees que si necesitabais a todos estos tíos tan pronto, me daba tiempo a leer todas las fichas?" Preguntó. Nadie respondió. "¿Lo hubieseis hecho vosotros?" De nuevo el silencio reinaba. "Eso creía."

Carlos se sentó, tranquilo, parecía no preocuparle nada.

"¿Alguien sabe por qué se ofrecieron a acompañarla?" Preguntó.

"¿Porque es su maldito trabajo? Joder, Carlos, no seas estúpido, no hay tiempo para eso, para de una vez." Se quejó Jionny, dando un golpe con su bastón en el suelo, aunque estaba sentado.

"Siempre elegimos quién acompaña a las chicas o a nosotros, ellos se han ofrecido." Dijo Carlos.

"¿Y qué si se han ofrecido?" Replicó Jionny.

"Que no les tocaba trabajar, el cambio de turno ya se hizo y los vi esta mañana cuando salía con Vanessa. Antes de la doce, la hora en la que se hace el cambio. Deberían de estar durmiendo o haciendo lo que fuese, pero no vigilando." Respondió con una sonrisa de satisfacción.

Miré a Carlos como si acabase de descifrar el mismo Código Da Vinci en unos segundos.

"¿Qué intentas decir, Carlos?" Dijo ____ sentándose al borde del sofá, impaciente por oír lo que ella estaba pensando.

"El secuestro estaba preparado." Confesó. "Sino, ya lo veremos."

En ese mismo instante, la cerradura de la puerta sonó, abriéndose la puerta seguidamente y entrando Mike con la cara roja de la furia, para cerrar la puerta de un portazo detrás de él.

"Mike, hermano." Dije levantándome. "¿Qué ha pasado?"

"No están." Dijo sollozando. Se llevó una mano a la cadera y dejó todo el peso de su cuerpo en esa misma, llevándose la otra mano a la cara para tapársela mientra lloraba.

"¿Dónde no están?" Pregunté acercándome a él.

"La tienda tiene los cristales rotos, las flores rotas, todo tirado, las luces estaban encendidas y decidí entrar." Hizo una pausa para tomar aire y secarse las lágrimas que caían por sus mejillas. "Subí las escaleras que dan a la casa y no había nadie, ni estaba Lucy, no estaba mi suegra, no había nadie, no sé dónde están."