Han pasado unas semanas desde que esta historia no es contada, en cuanto a su salida, cierto mechón rojo, se repetía a sí mismo una y otra vez que no fue una cita, por lo tanto, luego de eso las vidas de ambos podían continuar normalmente....
¿No?
6:00am en el estudio de 31 minutos, gran parte del personal se hallaba en las oficinas mientras que Juanín, se encontraba arreglando el estudio antes de comenzar la programación matutina.
---Ah, señor Abelardo, ese contenedor con ácido va en la bodega de atrás, no, esos papeles páselos a Benjamín. ---Su nuevo empleo hacía que se ocupara fácilmente, además del trabajo extra que el conductor lo obligaba a hacer disfrazándolos como "favores".
Pasaba la hora, la tarde se hacía monótona y el pequeño Juanín, se hallaba revisando unos papeles para más tarde, estaba muy concentrado. En eso entra Bodoque, que se acercó un poco y quedó tras suya.
---¿Oye tienes tiempo?
---¡Ah! ---A la madre los papeles, Bodoque llegó.
---Ya va a ser hora de almorzar ¿Quieres ir al casino? ---Esperó a que recuperara el aire. ---Yo invito...
---¿Ah? oye, no, siempre invitas tú, guarda lo tuyo para otra ocasión, esta vez déjame gastar mi dinero...Estoy recién pagado.
---...---Pero Bodoque no prestó atención a lo último, pensaba gastar el dinero del almuerzo en una apuesta pendiente con el conserje.
---¿Me escuchaste?
---Ah, si como quieras...
Bodoque se retiró, la mañana era agradable, a pesar de ser una ciudad donde lo bonito no era una palabra que encajara mucho, era así para Juanín, los pájaros cantaban/tosían, el sol y las nubes hacían un hermoso/horrible ying-yang que adornaba el cielo de una manera simplemente sublime/asquerosa, Juanín siempre había visto todo color de rosas.
Los minutos pasaban y los empleados llegaban, Juanín indicaba puestos y arreglaba los contenidos del día, a lo que llegó otro mono tiñoso para molestar, era Tulio quien se acercó para preguntar algo que el albino no estaba preparado para responder.
---¡Juanín! ¿Planchaste mis corbatas?
---Si, Bodoque te dije que si iría...
---¿Qué?
---¿Ah? ¡Ah!, perdón Tulio ¿Qué decías?
---Te pregunté si planchaste mis corbatas, el viernes te las dejé todas.
---Ah, sí, te las dejé en una caja en tu oficina, apresúrate que ya vamos a empezar.
Y el conductor fue hacia la aventura, la búsqueda de las corbatas planchadas.
Los segundos se transformaban en minutos y en un atraso del programa que ya había empezado. Tulio no regresaba, y mientras todos lo esperaban, a Juanín se le ocurrió ir en su búsqueda.
Apenas llegó a la oficina, unos sonidos bruscos se oían tras el escritorio, un revuelco de cajas y corbatas regadas en el piso, otras sobre el fierro de las cortinas y otras siendo arrojadas misteriosamente por los aires. Hasta que alguien decidió aparecer de su escondite.
---¡Este es el fin de mi carrera! ---Lloriqueaba y se lamentaba posando el dorso de la mano en la frente.
---¡¿Tulio qué ocurre?!
---Corbatas Juanín, Corbatas...
---¿Corbatas?
---¡No encuentro ninguna corbata que combine con mi saco! ---Y seguía con el llanterío lastimoso.
ESTÁS LEYENDO
Just One Minute | Bodoque y Juanín | 31 Minutos [Editando]
Fiksi PenggemarJuanin Juan Harry es un chico muy ocupado, acaba de conseguir un empleo en el canal 31 minutos, uno de los noticieros más importantes de la televisión, en donde conocerá a Juan Carlos, un misterioso reportero ludópata de 30 años, adicto a las carrer...