Capitulo 1

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Aron.

Observe con curiosidad a Rachell que en esos instantes estaba preparando algo en la cocina, me reí al verla susurrar insultos por lo que me acerque y vi que preparaba un taco pero se le había desarmado, me vio de reojo y me pegó un puñetazo en un costado por lo que gemí del dolor y la mire mal. Rachell era de estatura baja y contextura un tanto robusta por lo que no era problema admitir que en fuerza siempre lleva la ventaja.

-¿Y a que ha venido eso imbécil  ?- dije de golpe, ella levanto una cuchara y me apunto con ella.

-lárgate de mi cocina ­­- Chillo ella por lo que me aleje y la deje tranquila, camine hasta la habitación de Mía, estaba recostada de una manera poco peculiar, pues su cabeza colgaba a la orilla de la cama.

-¿Qué haces?

-muriendo lentamente con el final de este puto libro! - Su mirada estaba fija en el por lo que me ubique adelante y de un rápido movimiento me abalancé sobre ella apartándolo quedando tumbada conmigo encima.

-Mi libro- gritó pero la ignore y recorte la distancia quedando así a pocos centímetros por lo que sus mejillas se tornaron rojas.

-Quítate de encima que quiero saber que pasa con Bianca - dijo casi en suplica por lo que reí y le di un rápido beso  y me aparte sentándome a su lado, tome el libro leyendo la siguiente pagina.

-le disparan y muere - dije a forma de burla por lo que ella se abalanzo sobre mi y me arrebato el para comenzar a golpearme con el mismo de lo mas furiosa, unos pocos segundos después luchar se relajo y vi como salía de la habitación conteniendo las ganas de matarme  y no pude evitar reír, que carácter tienen los italianos, pero tan adorable, Mia media 1.60, era de tez clara, ojos oscuros y cabello castaño rojizo, y cuando se enojaba no podía evitar ver como su cara se tornaba roja, era algo gracioso pero peligroso a su vez.

me quede observando la puerta pensativo cuando apareció nuevamente 

- ve a buscar a Dylan y Asuna para cenar ya-sin mirarme a la cara y yo solo reí asintiendo a lo que me decía en serio se habia enojado...

Llegue casa de Dylan en pocos minutos ya que vivía dos pisos abajo del apartamento de las chicas, me propuse a tocar el timbre pero un grito llamo mi atención, así que tome la llave escondida en el marco de la puerta y al abrir, visualice a Asuna que usaba una paleta de cocina para golpear a Dylan en la espalda mientras gritaba todo tipos de insulto, no pude evitar soltar una estruendosa carcajada haciendo que ambos voltearan hacia mí.

-Aron sálvame- suplico Dylan por lo que levante una ceja y le dedique una sonrisa mientras negaba con la cabeza, Dylan era muy alto y corpulento mientras que Asuna era solo la mitad de su tamaño, como era posible que se dejara golpear siempre con ella.

--Ya es la cena - dije dándome la vuelta para ir otra vez al apartamento de las chicas, escuche que Asuna gritaba otras maldiciones e insultos mientras golpeaba a Dylan que caminaba detrás de mí por lo que reí, todos aquí tenían mal temperamento y problemas para resolver todo a golpes. Subimos al ascensor y marque el piso, era el último donde estaba el penthouse, Mía y Rachell trabajaron duro para obtenerlo. Llegamos, salimos del ascensor y abrí directamente con la llave de Mía.

-Raiiiiii- grito a todo pulmón al ver a Rachell quien la miro con una expresión de querer ahorcarla ya que esta odiaba que gritasen. Asuna al percatarse fue a esconderse tras de Dylan como excusa ya que todos sabemos lo mucho que le encanta estar pegada a el.

-Rachell calma- dijo Dylan mientras se acercaba para saludarla con un choque de palmadas el cual correspondió.

-odio que vengan a mi casa a gritar como animales salvajes, nadie les enseño modales o que?

-¿Y Mía?- pregunta asuna ignorando los reclamos de rachell

-La llamaron y se fue corriendo, solo me dijo que ya volvía- dijo dándose la vuelta para ir al comedor seguido de Dylan y Asuna.

-Ve a buscarla, ya vamos a cenar-

Mía.

Después de esa llamada bajé corriendo a la entrada del edificio, cuando lo vi ahí parado sonriéndome quede en completo shock.

--No puedo creer, estas aquí-- grité sorprendida y a la vez enojada 

--Como estas ? Tanto tiempo y sigues estando de la misma estatura.-- me atrajo hacia el elevándome del piso 

--Sigues igual de chistosito como siempre... Ahora en serio, por que estas aquí te aburriste de tu grupito de machistas ?-- en serio que me hervía la sangre de la molestia. 

Enzo y yo éramos amigos desde niños, nuestras madres habían ido juntas a la universidad y siempre fueron buenas amigas hasta el punto de criarnos juntos y llevarnos a la misma escuela, solo hasta entrar a la universidad nos separamos ya que yo vendría a USA a estudiar y el se quedo con la idea de recorrer el mundo haciendo deportes extremos, compartíamos el gusto por hacer ese tipo de cosas pero al final yo si me quise centrar.

--Me quise tomar unos días para venir a verte y pasar tiempo juntos como antes , hasta te traje tus chocolates favoritos, para que me perdones por lo de la ultima vez-- se quedo mirándome con expresión de perrito triste, estaban tan acostumbrada a esa cara pues siempre hacia lo mismo, desaparecía por meses y luego venia a pedir perdón como si nada.

 --Me quede esperando por ti, ese viaje estuve meses planeándolo porque hace varios años que no nos veíamos y tu solo apareces un mes después como si nada pidiéndome disculpas ?

--Yo lo se que no estuvo bien y no tengo como excusarme pero por eso estoy aquí ahora. Sabes lo que cuesta conseguir estos chocolates y los pedí solo para ti... Quiero compensar lo hice, perdóname por favor tu y yo somos casi una misma persona no puedes estar molesta contigo misma -- Y caí otra vez en sus manipulaciones, siempre decía lo mismo cuando quería que lo disculpase. me tomo de las manos y me dio un beso en la frente sabiendo que eso calma mis molestias 

--Bueno bueno, esta bien, igual me vengare de alguna manera... quieres subir ? así te presento a mis amigos -- dije mientras el asentía, aun tomados de la mano giramos hacia la puerta y me percaté que Aron estaba atrás mirando nuestro agarre. Antes de poder decir algo el se fue muy enfadado ignorando mis llamados 

--Quien es el y porque nos miró así?-- pregunto Enzo con curiosidad aun sin soltar nuestro agarre 

--te voy contando, vamos te presentare.-- Necesitaré una larga charla con él... Y Vaya que muy larga, mientras entrábamos a la casa y Enzo me tomaba por los hombros.

Tuyo & MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora