« Siete »

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Mientras los días pasaban tú te ibas deteriorando, tu mente comenzaba a ser consumida por la linda muchachita de permanente sonrisa. Ella te seguía a todas partes, incluso fuera de la aldea. Ya no estabas seguro en ningún lado, ya no había un límite entre su cordura y su tormento.

¿He dicho que estabas cansado? ¿He dicho que llorabas como bebé cuando la luna llegaba a la cima?

Sufrías cuando la veías. Llorabas cuando no soportabas más el cargo de consciencia por haberla matado, por haberle fallado a Obito, a tu maestro y a la dulce Kushina. Le fallaste incluso a tu padre, aquel que rechazabas en tu niñez y hoy pedías por él para que te consolara.

No eras el niño impertérrito de hace años, eras un pobre desecho suplicando dejar de sentir. 

  

In my mind | KakaRin [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora