Chocolate and candy.

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"¡Ni loco!"

Esa fue la respuesta que ambos jóvenes dieron a sus padres cuando fueron reunidos con sus familia para ser informados acerca de su futuro, el cual aparentemente ya estaba planeado desde incluso antes de sus nacimientos sin que ellos supieran nada hasta ese momento.

La familia de los Park y los Jeon desde hacía siglos atrás contaban con un inquebrantable trato para mantener a sus empresas en lo más alto de la sociedad, y que era un deber a cumplir con las normas y reglas del mismo.
Las omegas habían engendrado y traído a la vida a sus hijos con el objetivo de que cuando estos crecieran, deberían enlazarse, vivir juntos y formar su propia manada con cachorros.
No importaba si se oponían, si no se querían, o no se gustaban, incluso si no llegaban a amarse; ese era el destino que se les había deparado, y no había marcha atrás, debían cumplirlo, o de lo contrario serían sacrificados. Una buena sentencia para el que se negara, aunque años atrás, descendientes de parte de los Jeon habían pasado por la guillotina al querer escapar de su indeseable futuro.

Y está demás decir que ambos chicos al enterarse de esto se odiaron mutuamente sin siquiera conocerse.

Ninguno tenía en mente morir, pero tampoco querían unirse a alguien que ni siquiera conocían.

"¡Los odio! ¡Los odio a todos! Sabían que ya estaba siendo cortejado por alguien y me agradaba, pero no, ustedes tenían que joderme todo y por eso tendré que entregarme al estúpido de ese lobo que nose quien es, pero estoy seguro de que será un ¡horrible y repugnante animal!"

Los gritos de Jimin aumentaban con mayor frecuencia hacia sus padres, caminando de aquí para allá en la sala de su casa, mientras esperaba la desagradable llegada de quien sería su  afortunado alfa.
Estaba nervioso, enojado, frustrado, pero también tenía mucho miedo.

Kim Taehyung era un buen chico, un alfa común y corriente, pero sin dudas era el correcto para él, ya que ya estaba en edad de conseguir pareja. Su primer celo se acercaba y le causaba terror lo que conllevaba a eso. Pensaba que con Tae todo sería mejor, lo conocía de hace años, y sabía que no le haría ningún daño. Pero ahora, por culpa de sus padres, debía entregarse a alguien que no conocía, que no sabía si al menos sentirían un mínimo de atracción el uno por el otro; ni como llevarían a cabo su relación no deseada desde un principio, o al menos no deseada por él.

Se escucharon unos golpes en la puerta de entrada, lo que hizo a Jimin detenerse en medio del salón y sentir como sus piernas comenzaban a temblar.
Su padre se levantó para ir a recibir a los ansiados invitados, pero antes de seguir su camino se giró y le dirigió una mirada seria.

"Te conviene no hacer ninguna estupidez, y actúa como es debido." Dijo antes de abrir.

La puerta fue abierta y los ojos de Jimin también se abrieron a más no poder al ver a la persona que estaba ingresando en su casa y saludaba con una respetuosa reverencia a sus padres.

Según lo que le habían contado sus progenitores, el muchacho tenía 22 años, pero su cuerpo decía totalmente lo contrario.

Era alto, metro ochenta tal vez, con unas firmes y musculosas piernas, brazos tonificados y espalda ancha, lamentablemente su remera ocultaba su abdomen, pero no dudaba que estaría al igual que una rica barra de chocolate.

Mmmm... Chocolate... -pensó.

El rubio no se había dado cuenta de que no estaba respirando por la sorpresa de lo sexy que era el cuerpo de la persona que sería su alfa, así que cuando sus pulmones rogaron por oxígeno y respiró del aire que lo rodeaba, sus pupilas se dilataron increíblemente al percibir un aroma inusual en el ambiente.

ADDICTIONS ◇ (Kookmin) O.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora