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Estoy destrozada.

He estado encerrada en mi habitación por varios días. No quiero comer, no quiero salir.

Terminé con Keith.

Fue lo más difícil que pude haber hecho hasta ese día. Lo cité en el campo y le terminé de la manera más cruel que pude. Le dije que me acosté con otro durante todo el tiempo que estaba conmigo y que jamás lo amé. Hipé en todo momento.

De verdad quería que me insultara y me gritara. Deseaba con todas mis fuerzas que me gritara diciéndo que era una perra y puta. Prefería eso a que se pusiera a llorar. Cayó de rodillas y dijo que se odiaba a sí mismo, porque aún sabiendo lo que le dije, seguía amándome. En ese momento, mi corazón se hizo trizas. Estuve seria y neutral en todo momento, hasta que desaparecí de su vista y me puse a llorar como una bebé.

Todas mis emociones me abrumaron y simplemente lloré.

Dos días después me encontré con Naomi. Al verme, me propinó un bien gancho en mi rostro. Dejé que me golpeara y me gritara.

- ¡Te dije que si le hacías daño ibas a pagarlo! ¿¡CÓMO SE TE OCURRE ENGAÑARLO?! ¿Sabes como me sentía cuando los veía juntos? ¿Sabes cuánto deseaba estar en su brazos? ¿Sabes cuánto amor deseaba regalarle para que una cualquiera como tú lo destruya? Keith está hecho trizas, maldita perra. No viene a sus prácticas. Lo encontré en en un bar de mala muerte. Está tan destrozado...¡Le confesé mis sentimientos! Lo besé y él simplemente me dijo "No eres Dakota" ¿Tienes idea de cuánto me dolió escuchar eso?- su voz se le fue apagando - No voy a rendirme fácilmente. Voy a sacarle de ese agujero y cuando eso pase, no te vuelvas a acercar a él jamás en tu puta vida.

Mis labios temblaron. Un nudo se formó en mi garganta - Sí, por favor. Aléjalo de mí. ¡Aléjalo para siempre! No permitas que si quiera me vea. Haz que me odie con todo su ser. Hazlo feliz, por favor.

Dejé a Keith en manos de Naomi. Sé que es una buena chica, confío en ella. Lo demostró. No iba a permitir que Keith esté con otra chica, a menos que sea Naomi.

Creo que eso implica el amor verdadero. Dejarlo, por más que estés sufriendo, en manos de alguien que sabes que le hará feliz, porque sabes que a tu lado no podrá serlo. Dejarlo ser libre para que no se hunda en el Infierno contigo.

Y luego está Luis.

Él me conoce tanto que sabía que estaba mintiendo. Le dije con el dolor de mi corazón, que era un gay despreciable y que me daba asco todo de él, incluido sus gustos asiáticos. Él me miró un rato y luego sonrió diciéndome "Perramentirosa, mejor dime que te pasa para ayudarte". No lo evité, y me puse a llorar histéricamente. Le mentí diciendo que necesitaba mi espacio y quería que se alejará por un largo tiempo, para pensar acerca de que hacer con mi vida y mi madre.Él me comprendió, pero me dijo que después de ese tiempo volvería.

Salí de mi cama y me alisté. Ya fue una semana que falté al instituto. Necesitaba superarlo, necesitaba seguir adelante.

Rogué a todos los santos no encontrarme con Keith. No podría mirarlo a los ojos, rompería a llorar otra vez.

- Necesitamos hablar- su voz ronca y cansada arrasó con mi corazón. Cerré mis ojos y me calmé. Puse la cara más seria que pude y volteé a mirarlo.

Mi corazón se rompió otra vez en cuanto lo vi. Tenía una grandes ojeras debajo de esos hermosos ojos. Su linda sonrisa amable que siempre traía, ahora era una línea fina. Su rostro estaba decaído y cansado. Sus ojos hinchados y desaliñado. Traté con todas mis fuerzas no derrumbarme otra vez.

- ¿Qué? - pregunté cortante.

El dolor cruzó por sus ojos.

Lo siento, lo siento...

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⏰ Última actualización: Apr 13, 2019 ⏰

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