Marzo 2015.

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Primeros días de marzo, y como cada año Thomas ya tiene lista su mochila y uniforme para comenzar este año escolar de perfecta manera. Aún que el no fuera un alumno que sacaba calificaciones muy buenas, siempre era optimista y pensaba en superarse así mismo.
Ya es cinco de marzo y es hora de que Thomas entre a clases, el muy tímido como siempre se sienta en el primer asiento, lo más cerca del pizarrón, su primera clase de día lunes, Lenguaje, materia que a él no le gustaba pero tampoco la odiaba, solo hacía lo que debía y ya. Prueba de diagnóstico para ver que era lo que recordaban del año pasado, para variar en el verano Thomas no había estudiado nada, ni siquiera miro sus cuadernos, asta que tuvo que ir a comprarlos para este semestre, pero aún así él respondió todo en aquella prueba, con lo que había aprendido en clases.
Pasó la semana y Thomas estaba ansioso por saber aquel resultado de su prueba, sabía que no sería el mejor, ya que sus compañeros le comentaban que sus padres los habían tenido estudiando en el verano y él les mentía diciendo que también lo había hecho, solo para no quedar como un desobediente y despreocupado alumno, frente a sus compañeros. Jueves segunda hora y llega el profesor de lenguaje con los resultados en sus manos, empezó de mayor a menor diciendo los resultados, pasaban los 6,0 de sus compañeros y la nota de el aún nada, luego bajó al 5,0 y nada todavía, luego él profesor llegó al 4,5 y dijo que no quedaban más notas, pero aún no salía la de el, por lo cual debió ir donde el profesor, al llegar allá el profesor lo miro y dijo, lo siento mucho debes empezar a esforzarte si quieres ser algo en la vida y le entregó la prueba, la cual era un rojo, un 3,0. La nota más baja de su salón. Como era de esperar Thomas se sintió muy mal, ya que a sus amigo del salón les había ido excelente, a parte sintió que le había fallado a su mamá. Su tristeza por su nota llegó a tal punto que llamó a su madre para que lo retira de clases, la madre extrañada lo fue a buscar, sin saber qué pasaba, al principio ella pensó lo peor, ya que nunca la llamaban para que él se retira, menos en tan poco tiempo de haber entrado a clases. Ella pensaba que le podría haber sucedido, ya que cuando Thomas salió de casa iba muy contento y tampoco se sentía mal o algo por el estilo. Si que ella salió rápidamente de casa y tomó la primera locomoción que encontró para ir a buscar a su hijo.
Una vez que llego al colegio pregunto por su hijo quien se encontraba esperando en una esquina de la sala de profesores, lo vio muy triste y de inmediato le pregunto qué había pasado, si le habían hecho algo malo o si es que estaba enfermo, pero Thomas no podía hablar debido a su pena, si que sólo le logro decir a su madre que se fueran a casa.
Una vez que llegaron el más relajado le contó todo a su madre, le dijo su nota y le pidió disculpa por no haber estudiado en verano cuando ella lo mandaba. La mama al principio lo retó bastante, luego acepto sus disculpas y lo hizo prometer que de ese momento el estudiaría todos los días, aún que sea 25 minutos pero que pusiera atención en ese momento, claramente Thomas aceptó. El aún se sentía mal y no sabía por qué, ya que la prueba no era una nota directa al libro, y ya había conseguido que su mamá lo disculpara.
Luego de que mamá lo retirara del colegio, y después de una larga conversación debido a su nota, salió un rato a jugar fútbol para distraerse y tratar de olvidar aquella vergüenza que había vivido y de la cual sacaría muchas fuerzas para superarse.
El deporte que más le gustaba a Thomas era el fútbol, tenía talento a pesar de su corta edad y podía estar horas jugando en un cancha que era completamente de tierra, muchas veces llegaba a su casa con las rodillas rasguñadas y la cara llena de tierra, pero a él nada le importaba con tal de correr detrás de un balón y poder anotar goles, al hacer eso el decía que se olvidaba de todo, solo se concentraba en lo que hacía en ese momento, cuya acción no lograba en sus demás cosas como en el colegio, le costaba concentrarse y no siempre le iba bien como en el fútbol.
Una vez que Thomas había salido a jugar fútbol y luego de una falta que le hizo un amigo, tenía que patear al arco que estaba aproximadamente a 12 metros, antes de patear el recordó lo que le había pasado en el colegio y se prometió a convertir en el tiro libre que estaba próximo a patear y junto a ese gol se iría lo mal que se sentía y además, estudiaría cada día y entrenaría fútbol para convertirse en alguien mejor y no defraudar más a su mamá. Así fue como Thomas logró anotar un golazo y llamar la atención de todas aquellas personas que están cerca de la cancha, quienes quedaron completamente boquiabiertos, ya que no podían comprender como un niño de 11 años podía haber patiado un balón con tal fuerza y de tan lejos sobrepasando la barrera de sus pequeños amigos y anotando el gol, tal fue la impresión que se le acercó mucha gente a preguntarle su edad y nadie le creía que tan solo tenía 11 años, sus amigos corroboraban su edad a las personas que no le creían, un vecino que pasaba por la cancha y fue testigo de la actuación de Thomas lo llamo y le dijo que fuera a entrenar a su club.
El día de Thomas partió tan mal, pero nunca pensó que a medida que pasaban las horas y con la motivación de superarse en sus notas iba a notar ese gol, en la cancha cerca de su barrio, el cual le cambiaría la vida.

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⏰ Última actualización: Nov 20, 2017 ⏰

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