Corazones rotos

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Jamie descansaba en un sillón en la habitación del hospital donde estaba Charly. El pequeño ya estaba estable pero lo tendrían en observación por cuarenta y ocho horas, la doctora Lee, su pediatra y el cardiólogo Adler habían acordado ajustarle la medicación y dejarlo en observación por cualquier cambio.

Charly podía vivir con esa afección cardiaca, si respondía al tratamiento médico y a sus ajustes, de lo contrario debía ser sometido a una cirugía, que aunque estaban en Londres, sería mucho mas exitosa si se la hicieran en Houston pero era la última opción para el pequeño.

Tampoco era la primera vez que padecía una crisis de esas, las había tenido y con mayor frecuencia, la primera a los días de nacido, que fue cuando sea detectaron, después al cumplir los seis meses pero gracias al tratamiento, la crisis anterior había sido justo el día de su cumpleaños, curiosamente el primero de febrero.

Las ventajas de ser enfermera, eran que sabía qué hacer y podía resusitar al niño, aun asi debía llevarlo con el médico pero esta vez ella no estuvo con él y por eso se sentía culpable. Maura, la doctora Lee y Kitty trataron de convencerla que no era así, podía pasarle estando en la guardería o mas grande, en la escuela pero no había poder humano que la convenciera de lo contrario.

Apagó el móvil, tenía llamadas y mensajes de Luke y de Harry y no había contestado ninguno, se hizo la promesa de que al salir del hospital Charly, buscaría trabajo mas arduamente, asi fuera en otra ciudad o incluso volver a Irlanda.

Pero por mas que quería, no podía evitar recordar como había sucedido todo esa tarde.

Terminaron de comer y antes del postre, Harry decidió que debían irse a otro lado, ya había otro fotógrafo afuera y Paul le aviso que ya estaban en Twitter, cogió de la mano a Jamie y salieron del lugar rumbo al auto de Harry, se acomodaron en el asiento trasero y Paul los sacó de ahí.

Llegaron a un local donde vendían helados, ya conocían a Harry por lo que no tuvieron problemas en ubicarlos unas mesas al fondo y cerrar las persianas con el pretexto de que se colaba la luz del sol y molestaba a sus clientes.

-Harry, cariño, que vas a ordenar y quién es esta linda chica?- la dueña del local lo saludaba con un fuerte abrazo y un beso en la mejilla, era amiga de sus abuelos.

-Ella es Jamie, una amiga a quién quería mostrarle este lugar y voy a querer lo de siempre, tu Jamie?- volteó hacia ella que estaba en brazos de la señora en un abrazo.

-Lo de siempre está bien.- Jamie sonrió y luego se dio cuenta de que Harry no dejaba de mirarla.

-Esta muy bien. Dos de "lo de siempre" de inmediato. Pero sientense....- la señora los condujo a su mesa y antes de irse le susurró algo al oído a Harry que Jamie no escuchó, sólo vio como él bajó la mirada completamente sonrojado.

-Asi que... Aqui vienes seguido?- preguntó ella.

-Creí que deberías de saberlo tu ya que eres mi fan- Harry se hizo el desinteresado mirando hacia el interior del local, Jamie lo imitó.

-Cierto, cierto... Y también se que nunca has traído a una chica a este lugar.

Harry se sonrojo furiosamente y trató de aclarase la garganta, justo lo que Marie le había dicho al oído, que debía ser una chica muy especial.

Harry jugaba nervioso con sus manos, se quitaba y se ponía los anillos, pasaba sus manos por su cabello y se rascaba el cuello, Jamie cogió su mano y le sonrió, el se sintió relajado en ese momento.

Marie llegó con los helados y los dejó sobre la mesa y se alejo tarareando El amor está en el aire. Harry y Jamie se sonrieron y comenzaron a comer helado, Jamie le embarró un poco en la mejilla y él en venganza le puso un poco en la nariz, estaban riendo. Jamie estaba conociendo a Harry, no a Harry Styles el cantante o actor, si no al chico de Holmes Chapel de veintitrés años.

She's a good girl (she's such a good girl)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora