Desde temprano el miércoles por la mañana Caitlin me había sacado del cuarto antiguo de Thomas, ya que nos habíamos quedado allí dormidos luego de esa profunda y honesta situación. Ella fue quien se dedico a enseñare parte de Londres con ese entusiasmo completamente único que ella poseía. Recorriendo y viendo diferentes preciosos famosos y no lugares se nos paso toda la mañana y gran parte de la tarde. Antes de que regresáramos a casa me pidió que le acompañara a un supermercado ya que hacían falta cosas en casa y lo que compro fue realmente la mayoría cosas como para degustar en un tiempo aburrido o viendo una película.
Llegamos a casa yendo directo a la cocina donde Georgina nos recibió contenta y comenzamos enseguida entre las tres a sacar y poner en cada sitio las compras que Caitlin había hecho mientras hablábamos de cosas variadas hasta que la conversación se volvió bastante interesante para mí: cocinar. Me gustaba mucho hacerlo, obviamente cuando tenía para hacerlo y había aprendido bastante sobre platos y comida en diferentes trabajos a lo largo de mi corta vida.
Caitlin se emociono totalmente por eso y mucho más cuando dije que la tarta de manzana era lo que consideraba que me salía mejor y me basto pronunciar eso para que ella me suplicara con todas sus infinitas ganas que cocina uno de inmediato y bueno ¿Como podía decir que no? los ingredientes estaban y esa cocina era maravillosa para poder pasar todo el día en ella cocinando. Juntamos todos los ingredientes sobre la mesa de la cocina y comencé enseguida a preparar la base de la tarta, cuando ya estaba lista la masa basto ponerla en el horno menos de 10 minutos para luego sacarlo y poner sobre la crema pastelera lis finos gajos de manzana, ya al final solo me basto "pintar" la tarta con almíbar, ponerla nuevamente al horno hasta notar que las manzanas estuvieran algo doradas, sacarla y ponerla en el frigorífico hasta esperar el momento indicado para servirla.
Al terminar dentro de la cocina y dejar la tarta ya en su última fase con Caitlin fuimos hasta el living donde nos encontramos con todos allí reunidos, incluso a Charles a quien no le había visto al llegar aquí y saludo con la misma frescura que él lo hizo. Estaban hablando de algo relacionado a política al parecer y no tome mucha atención a eso ya que me dedique enseguida a buscarle con la mirada y le encontré cómodamente sentado en uno de los sofás de un color dorado único.
---Han demorado mucho---tomo mi mano cuando ya estaba frente a él jalándome hacia su cuerpo mientras comenzábamos nuestra propia conversación. Su posición cambio sobre el sofá, poniéndose más recto mientras uno de sus brazos me presionaba hacia él y me observaba preciosamente.
---Lo sé, Caitlin me ha dado una tarde increíble---le dije bastante entusiasmada y lo estaba, me sentía muy bien en ese preciso momento.
---¡Lo hemos pasado fenomenal! Y no me habías dicho nada sobre que Allison cocinara tan bien, ha hecho una tarta de manzana la cual he probado un poco y esta maravillosa!---soltó ella con esa forma increíble que tenia de ser.
---¿Has cocinado? ¿Cuándo?---pregunto mirándome, note que eso le había tomado totalmente por sorpresa.
---Hace un par de minutos. Caitlin me ha pedido que hiciera una tarta de manzana y bueno, no he podido decirle que no---le respondí libremente. Él hizo un gesto de completo asombro, mirándome por unos minutos nuevamente con total admiración. Eso era sin duda algo nuevo para él.
Y unos minutos después entro Georgina con una gran bandeja dándome cuenta enseguida que sobre ella traía pedazos de la tarta de manzana bien cortados y cada uno bien puesto sobre sus platos. Vi atentamente como todos recibieron sus platos, estiré mi mano al recibir el mío dejándolo sobre mis muslos para volver a observar a los demás quienes comenzaban a dar la primera probada de el. Mire a mi lado observándole con claridad, él metió el primer bocado de la tarta a su boca saboreándolo luego unos segundos.
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Mía & Para Siempre
Novela Juvenil"Suele pasarme que cada cosa que me interesa, la quiero mía y para siempre, Allison". Me dijo en un murmuro. Su voz fue diferente esta vez. Algo más baja y rasposa, produciendo una cosa nueva dentro de mí hacia él. "Y tú eres una de ellas."...