Parte única

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JinYoung contuvo la respiración por un momento, capturando la imagen frente a él con su cámara.

El viento soplaba suavemente y revoloteaba los cabello del muchacho frente a él, que parado en el borde del puente sonreía a las aves que ahí se encontraban. Él lo había escuchado minutos antes cantar para ellas, con voz dulce y melodiosa, haciendo al corazón del castaño bailar en su pecho.

Él desconocido se fue sin notar su presencia, y JinYoung lo agradeció, porque no hubiera sido capaz de verle a los ojos sin sonrojarse. ¿Cómo hacerlo cuando era tan guapo? No estaba seguro.

Observó al extraño irse, hasta perderlo de vista y él retomó lo que había estado haciendo antes de fotografiar al muchacho. Se dedicó a tomar fotografías del hermoso paisaje que le rodeaba, se perdió en su propio mundo.

JinYoung está en su último año de preparatoria, pronto entrará a la universidad. Tan sólo tiene 17 años, pero siente una gran pasión por la fotografía. No podía evitar el querer capturar cada uno de los momentos que vive día a día en una imagen duradera, de esa manera permanecerán con él para siempre.

— ¡Vamos JinYoung! — la voz de su amigo le hizo volver a la realidad, y sonrió al menor, asegurándose de caminar hacia él.

—Espera YoungJae— solicitó cuando el contrario echó a correr, pero de igual manera salió corriendo tras él.

Ellos hicieron su camino hasta la entrada del parque y esperaron por el resto de sus compañeros, el profesor había asegurado que daría más indicaciones cuando todos estuvieran reunidos.

—Mi hermano tiene un juego este fin de semana ¿podrías acompañarme?— sonrió ante el tono meloso del contrario, sabía que hablaba de aquella manera sólo para convencerlo.

—No estoy seguro, quizá Mark me llame— se excusó, sin embargo, sabía que YoungJae terminaría por convencer al final. Siempre lo hacía.

—Necesito alguien que tome fotos por mí ¿por favor?— el menor se encontraba haciendo un puchero, mientras le daba aquella mirada de cachorro a la cual le es imposible negarse.

JinYoung suspiro, dejando caer sus hombros con derrota, lo tenía. Siempre podría avisar a Mark que estaría fuera y así su mejor amigo lo llamaría después.

—Tu ganas, iré— YoungJae lo abrazo bruscamente, con aquella violencia y vivacidad que le caracteriza, sonriendo con alegría mientras daba pequeños saltos. JinYoung tuvo que rodearlo con los brazos o el menor terminaría por caer.

~ ♠ ~

JinYoung se encontraba parado fuera del estadio universitario junto a un alegre YoungJae, quien no paraba de hablar mientras sonreía. Lucia tan feliz, que JinYoung se alegró de ir con él.

Tomo fotografías a su paso e ingreso por el inmueble, encantado con la magnificencia de la estructura del lugar. Sería una tarde productiva, y algo le decía que obtendría excelentes tomas.

—Mi hermano había estado queriendo conocerte, dice que todo el tiempo estoy hablando maravillas de ti y desea juzgar por sí mismo qué tan grandioso eres— JinYoung se sonrojo ante las palabras del contrario, no sabía cómo tomar aquello. ¿YoungJae habla con su hermano sobre él? ¿Con qué objeto?

—Dios YoungJae, ¿y si no le agrado?— el contrario sonrió ante las inquietudes ajenas. ¿Cómo es que no se daba cuenta de lo lindo que era?

—Vas a gustarle, te lo aseguro.

Unos minutos más tarde ellos se encontraban sentados en las gradas, esperando a que todo diera comienzo. El menor no paraba de gritar, mientras que JinYoung se dedicaba a fotografiar cada momento. Documento desde el calentamiento, hasta el inicio del juego.

Conocía las reglas básicas y cómo funcionaba el baseball, sin embargo, lo que le fascinaba sobre todo aquello, era la dedicación con que se movían todos en el diamante.

Separó los labios suavemente, incredulidad bañaba sus perfectas facciones mientras sus ojos se encontraban con el desconocido del parque, aquel al que retrató. No pudo detenerse de sonreír y capturar el magnífico perfil una vez más, esta vez no sonreía ni tampoco cantaba, pero se veía igual de impresionante a los ojos de JinYoung.

Portaba un uniforme de baseball, mientras esperaba al borde de la banca a que fuera su turno. JinYoung fue incapaz de parar, capturando cada uno de los movimientos del desconocido con su cámara hasta que el juego finalizó e incluso después de eso, mientras seguía a YoungJae hacia donde estaría el hermano de este, no pudo bajar la cámara y parar de disparar en dirección del atractivo desconocido.

En una última instancia sus ojos se encontraron, JinYoung contuvo la respiración y apartó la vista, se había sonrojado. Su cara se encontraba caliente.

— ¡JaeBeom!— escuchó a su amigo gritar, y cuando enfoco la mirada en él, lo encontró parado frente al desconocido, sonriendo ampliamente mientras le jalaba de la mano, caminando hacia él.

JinYoung no cree en el amor a primera vista, muchos menos en el destino y no obstante, las casualidades tampoco son reales para él. Todo pasa por algo.

—Hyung, déjame presentarte a mi amigo, JinYoung— todo se detuvo por un momento, mientras por fin era consciente de que ese era el hermano mayor de su amigo.

El corazón de JinYoung latía a prisa, golpeteando una y otra vez sin detenerse, se encontró a sí mismo masticándose el labio inferior cuando el apuesto extraño extendió una mano hacia él.

—JaeBeom— había dicho él, dedicándole la sonrisa más hermosa que jamás haya visto.

Y JinYoung estaba a punto de hacer a un lado todas sus creencias.

Quizá el amor a primera vista era real, porque de otra manera no podría explicar la extraña sensación que revoloteo en su interior.

Encajaron a la perfección, al punto de rayar en lo extraño y poco común, JinYoung no podía parar de sonreír mientras JaeBeom le contaba sobre anécdotas del pasado. Le escuchó atentamente, sumergido profundamente en las palabras ajenas, al grado de no haber sido consciente del momento en que YoungJae se había ido, dejándolos solos.

—¿Puedo?— preguntó repentinamente el pelinegro a la par que apuntaba la cámara que cuelga del cuello del menor, este simplemente asintió y se la entregó al contrario.

~ ♠ ~

Se dedicó a hacer círculos sobre el pasto, mientras el otro daba un vistazo en su trabajo. Se sonrojo en más de una ocasión mientras recibe buenas críticas por parte del mayor. Se sentía bien que alguien fuera capaz de apreciar su trabajo.

Una sonrisa suave se deslizó por sus labios, y después los frunció cuando el flash le cegó momentáneamente. ¿Qué había sido eso?

—Tu sonrisa es hermosa, así que no pude detenerme— JinYoung se cubrió el rostro con ambas manos, avergonzado ante las palabras del contrario y aun así, no pudo parar de sonreír.

—No soy nada fotogénico— murmuró quedamente, sin embargo, recibió una negativa por parte del mayor.

—Claro que lo eres, mira— y JinYoung se quito las manos de la cara, abriendo la boca con sorpresa ante la cercanía del rostro ajeno al propio.

JaeBeom se encontraba muy cerca, demasiado en realidad.

—No me gustan los retratos en que estoy so... — comenzó y sin embargo, fue cortado por el sonido del flash, mientras que los labios del contrario se posaban sobre su mejilla.

—En esta no estás solo ¿ves?— JinYoung se sonrojo ante la imagen capturada por la cámara.

—Mi expresión es algo rara— JaeBeom sonrió ante sus palabras, acercándose cada vez más a él.

Él mordisqueó el interior de su mejilla, conteniendo la sonrisa que amenazaba con surgir.

— ¿Deberíamos tomar otra?— JinYoung simplemente asintió, con las mejillas cada vez más rojas.

Así que así se sentía tomarse una fotografía con alguien de aquella manera, por primera vez formó parte en algo que siempre había retratado a la distancia.

Quizás JaeBeom pudiera enseñarle muchas otras cosas más.


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