De cartas a cenizas.

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Querido señor Stark:

Lo odio. ¿Pasantías? ¿Becas, viajes escolares? Y todo para que Peter fuera a pelear con lunáticos y tipos en mallas patrióticas considerados criminales de guerra, ¿en serio?

Y sin ser suficiente, ¡hasta le regala un traje! No tenía derecho, ninguno para arrastrar a Peter a su peligroso mundo psicópata de banderas y estandartes, con medallas que sólo regresan en su mayoría en cajas y condolencias. Sé que fue por la picadura de una araña, que mi sobrino ya andaba colgando en harapos desde antes, ¿pero alentarlo? En serio.

Después de su dichosa Guerra Civil Peter casi se destruye la vida, abandonando las clases y los talleres que más le gustaban. ¡Casi abandonaba la escuela! Por querer ser un trepa-muros las veinticuatro horas del día, que conste que también lo culpo por eso, y por todo lo malo que le paso a mi sobrino los últimos meses.

Habiendo dicho esto y constar mi desagrado por usted, gracias.

Sé que también le dio una lección sobre trabajo duro y responsabilidad, llegándole a quitar sus ropas extrañas y le hizo ver que Peter Parker es igual de valioso, necesario y valiente tanto como Spider-Man. Pero aun es un niño, es mi bebé, y como se ha puesto terco en lo que respecta a ser un héroe, entonces como obviamente es su culpa, se hará responsable de su bienestar las jodidas veinticuatro horas del día mientras este respirando el mismo oxigeno terrestre. Sigo sin estar de acuerdo con esto, pero mi esposo fue un héroe hasta el final, mi cuñado y cuñada sirvieron a su país y como claramente un Parker siempre debe ser un héroe, Peter será el más grande orgullo de su familia.

Y si algo llegará a pasarle, no importa tener que enfrentarme al mismísimo Hulk para llegar hasta usted y castrarlo. Y sí algo llegará a pasarme a mí, entonces se hará cargo de Peter. No lo quiero en el sistema de las casas hogar, ni en un reformatorio o que esté solo en el mundo tan extraño que tenemos; si quiere a Peter cómo un súper-héroe, entonces lo va a querer como miembro de su familia también.

ATTE: May R. Parker.

POSS: Gracias de verdad por cambiarle el pijama por un traje de verdad, aunque las prendas no eran de él, sino mías.

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Tony sentía que todo su cuerpo se estaba moviendo a pasos lentos, en direcciones definidas en un estado automático como sus robots lo hacían. Los parpados le pesaban pero estaban rectos y atentos, hacía poco que había superado las arcadas que siempre lo acompañaban en cada hora del día pero el dolor de tripa cada que sonreía nunca se marchaba, como una nueva reacción de su cuerpo cada que fingía, ósea que sobrevivía con ese agobiante incomodidad todo el día.

Tampoco le gustaba comer y el agua la tomaba cuando sus labios estaban más que secos en su réplica por la falta de líquidos, pero ahora trataba de hacerlo con más frecuencia ya que se estaba cansando de desmayarse en cada viaje que hacía, porque últimamente estaba haciendo demasiados que no paraban de agotarlo, más de cuya naturaleza siempre presumía. Y para que Pepper y Rodhey e incluso Happy dejaran de molestar con eso de seguir bajando tallas en ropa.

Pero se sentía acabado, agotado e insufrible como el sol que iluminaba el día tan temprano y le quemaba los ojos a cada paso que se acercaba a la puerta. Suiza para pertenecer a terrenos fríos, cuando el sol mañanero decidía aparecerse sin ninguna nube por delante era como si se cobrase todo el tiempo perdido.

Los ruidos del exterior martillaban su cabeza cada vez más y seguramente ya estaban los buitres de siempre esperando a que saliera, pese a que algunas de los más grandes personajes internacionales aparecieron antes que él, todos seguían ansiosos por caerle encima. ¿Cómo es posible que haya disfrutado de eso cuando era más joven? Posiblemente ahora era más un viejo amargado que refunfuñaba y se cansaba de todo, lo cual no era una buena respuesta de todas formas.

Silencio en la líneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora