One-shot ❤WinterWitch❤

¡Papá!

Advertencia: N/A
Parte: 1/4
Nota: One-shot corto

¡Papá!

Wanda y James llevaban casados tres años, durante ese tiempo habían tratado de tener un bebé pero al parecer ser padres no estaba en su destino...

James había salido a una misión junto con Steve. Una misión de dos semanas, dos semanas en las cuales Wanda habia estado sumamente preocupada.

- Wanda tranquila - le dijo Natasha con la pequeña Sarah de un año en brazos - llegarán pronto.

- ¿Cómo puedes estar tan tranquila? - le preguntó a su amiga - ¿No te da miedo?

- Claro que si - respondió - y el miedo creció cuando ella nació...pero se que Steve va a regresar con nosotras, no puede dejarnos solas...Y también se que James no te dejaría sola, mucho menos ahora.

- Lose, es que... No puedo evitarlo - dijo tomando asiento junto a ella - nose como decircelo...

- Claro que sabes, lo tienes todo planeado - le dijo la pelirroja - sólo tienes que esperar aque... - fue interrumpida por el sonido del Queenyet al llegar.

- ¡Llegaron! - dijo poniéndose de pie - Natsha...

- Tranquila, ponte tu abrigo y cuando lo veas lo harás - la trato de tranquilizar - ahora vamos.

Ambas fueron hacia la nave y el  primero en salir fue Steve quien de inmediato fue hacia Natasha y su hija para abrazarlas, dos semanas sin ellas no es nada fácil.

Mientras que Wanda estaba parada frente a la nave esperando a que James bajará. Una vez salió este fue directo a los brazos de ella, pero cuando estuvo se frente Wanda se quitó su chaleco dejando ver una camisa que al James leerla comenzó a llorar mientras se arrodillaba frente a ella y la abrazaba.

- Te amo - le dijo el mientras la abrazaba aún llorando - Te amo...

- Yo te amo más - le dijo ella mientras lloraba de felicidad.

Mientras ellos lloraban de felicidad y se abrazaban Steve y Natasha los observaban con la pequeña Sarah en brazos de su padre.

- ¿Wanda esta...? - preguntó Steve al ver como su mejor amigo abrazaba a Wanda de rodillas quedando su cabeza a la altura de la barriga de la castaña.

- Si - respondió Natasha sonriendo.

- ¡Por fin! - exclamó - ya era hora.

- Todo pasa cuando tiene que pasar.