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Choi Sol Hee nunca pedía ayuda, era una slytherin, solucionaba sus problemas sola y listo.

-¿porque estás tan encaprichada con que te salga el puto patronus?

-porque necesito puntos extras y es mi meta desde el año pasado

-te enseñaría pero bueno, no tengo mucha paciencia -comentó Yoongi tirado en el mueble de la sala común, que por suerte estaba vacía y nadie oiría su conversación.

-pero si fuera un chico de mejillas abultadas, adorable y llamado Park Jimin si me tuvieras la paciencia del mundo

-no sé de que hablas

-¿vas a negármelo? –lo miro divertida. A pesar que la guerra había terminado en el mundo mágico aun habían ciertos prejuicios entre Gryffindors y Slytherin, Yoongi era uno de esos que peleaba con cualquiera que lo jodiera o le mandara una mirada de odio, los detestaba. Hasta que Park Jimin se atrevió a enfrentarlo y su amigo cayó rendidito a sus pies, aunque no lo admitiría nunca. -¿al menos ya lo hiciste tu novio?

-acabo de conocerlo, Sol

-lo conoces desde que tenía 11, solo que recién le has comenzado a hablar 8 meses atrás, Min

-como sea, sigamos con tu problema –la esquivo y ella decidió  dejarlo en paz o terminaría poniéndolo de mal humor y lo último que quería era soportar a un Yoongi gruñón. -aun no entiendo porque se te hace difícil realizarlo

-mis recuerdos no son lo suficiente felices supongo

-puedo entender eso –lo obligo a sentarse para que ella pueda caber en el sofá, gruño con pereza pero lo hizo y Sol Hee se recostó en su hombro. El pelinegro cursaba su último año y ella el sexto, aún no sabía cómo la pasaría cuando Yoongi se fuera.

Lo conocía desde que tenía memoria, él era solo un año mayor que ella, los padres de ambos eran sangre pura y se frecuentaban todo el tiempo, tanto Sol Hee como él no habían tenido la niñez más feliz, tal vez pudieron tener todo lo que pedían y sus padres cumplían sus caprichos pero nunca recibieron mucho cariño.

Por ello a veces odiaba haber nacido sangre pura. Sus padres se preocupaban más en aparentar ser una familia perfecta ante la sociedad y olvidaban que ella era solo una niña con ganas de jugar, ser querida y no aprender a ser una "dama" a los 5 años.

Los únicos recuerdos felices que poseía eran con Yoongi, jugando en su patio, riendo y haciéndose bromas; aun así por mas que había intentado conjurar el patronus con alguno de esos recuerdos no había dado resultado.

-Tal vez deberías pedirle ayuda al amigo de Jimin

-seguiré intentándolo sola

-deja tu orgullo del lado y pregúntale a Kim que te ayude, el chico es bueno hasta donde se

-mira quien habla de dejar el orgullo –Yoongi le dio un pequeño golpe en la frente al ver que solo estaba poniendo puros pretextos para evitar a toda costa pedirle ayuda a un gryffindor.

-solo miéntele y dile que Macmillan lo hizo tu tutor –odiaba con todas sus fuerzas a ese profesor, es cierto que casi nunca le prestaba atención pero había realizado cada trabajo que había mandado y los presentaba a tiempo, pero eso no era suficiente para su profesor de DCAO. Si no obtenía esos puntos extras probablemente jalaría el curso con un "Insatisfactorio" y sus padres darían un grito al cielo al dejar en ridículo el apellido de la familia.

-de acuerdo, lo hare –murmuro fastidiada, Yoongi hizo que quite su cabeza de sus piernas y la jalo para que se ponga de pie. -¿ahora qué?

-ahorita mismo vas a ir, antes que te arrepientas

Expecto Patronum • Kim TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora