Parte 1 Eterno vacío

8 0 0
                                    

Hoy, una vez más vuelvo a escribir en este formato horroroso que no hace más que mis ideas salgan tan rápido como se van. Me tiemblan las manos y me siento justo como cuando entre a la universidad y tenia que enfrentarme a una realidad sin ti. A una realidad en la que tenía que cerrar mi corazón por miedo a que entraran y que me rompieran una vez más desde dentro.

"Tengo que sanar, ciérrate al mundo y eventualmente estarás bien" - Una vez me dije. Hoy en día no estoy tan seguro de que aquello suceda.

Muchos dicen que nada dura para siempre y tal vez sea verdad, pero hoy, día a día, cada vez que postergamos cosas que van directo a nuestros sentimientos, a nuestro corazón, hacen que ese "nada dura para siempre" se vuelva eterno. Se vuelva un reloj petrificado al que no le quitamos la vista y esperamos con ansias a que camine, y nos aferramos a el de tal manera que no observamos nuestro alrededor, incluso, nosotros mismos, dejando a la eternidad incrustada dentro de nosotros.

La eternidad nunca es algo físico que podamos presenciar, nunca es algo tangible que se pueda demostrar con una ecuación o que se pueda observar como un atardecer. Es una idea humana tan complicada como el simple hecho de preguntarnos sobre nuestra existencia. La eternidad va más allá de una simple palabra, es un sentimiento...

De niño, cuando mi madre me llevaba consigo a la iglesia me tenía siempre a un lado de ella y me hacía creer que aquello que hacíamos era algo bueno, no lo juzgaba, iba, hacia lo que los demás y regresaba a casa como si aquel fuese un paseo casual, un acto intrascendental. Entraba sin cuestionarme nada y salía sin cuestionarme nada.

Años más tarde cuando entré a catecismo en aquella misma iglesia comencé a razonar todo lo que hacían en aquel lugar. Parecía un lugar bueno que buscaban un fin en común. La salvación del espíritu. La maestra nos hacía preguntas de todo tipo respecto a las cosas que veíamos en nuestro cuadernillo acerca de dios, de jesus, o incluso de satanás. Antes había oído hablar de satanás cuando era niño, pero no le tomaba mucha importancia porque yo era bueno y no iba a caer en sus garras jamás.

Un día, la maestra comenzó a tomar los temas del diablo y entonces apareció la pregunta de un amigo:

- Maestra, ¿qué es el infierno?

Sabía que era algo malo, pero no sabía en realidad qué era.

-Es un lugar donde, si te portas mal durante tu vida, iras a arder para la eternidad...

Y entonces comenzó a describirnos aquel inhóspito lugar...

Regrese a casa y entonces comprendí lo que aquello era... "Arder en la eternidad"...

Eternidad...

Y entonces pensé, si me porto mal durante esta vida me iré al infierno por la eternidad, pero si me porto bien me iré al paraíso donde mi alma descansará para la eternidad... Me estremecí, sentí como si un hueco se abriese en las entrañas de mi estomago.

Ese día la eternidad se incrustó en mi.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 14, 2017 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

EternidadWhere stories live. Discover now