En el departamento, Lizeth trataba los golpes de la cara del rubio.
-Que estoy bien.
-No es cierto, ahora cállate.- La pelirroja acercó un algodón con alcohol a la mejilla del rubio.
-Arde...- Este se quejó del dolor.
-Si, eso pasa si te peleas a media calle.
Alexy, Kentin y Armin observaban la escena desde la cocina.
-¿Tu lo sabías?- le preguntó el azabache a su hermano.
-Si... Me lo dijo hoy.
-¿Cómo pudo hacer eso?
-Están mal... Entiendela...
-Los escucho.- Habló Nathaniel.-Y no quiero detalles de como...
Bajó la mirada y suspiró.
Lizeth dejó a un lado el algodón y lo abrazó.
Todos guardaron silencio. Alexy corrió a Kentin y se abrazaron.
-Lo siento Nath... Yo... Tienes que entender que Sucrette tiene miedo de que cambies...- Alexy se alejó de Kentin y se acercó a Nathaniel mientras hablaba.
-¿Y por eso me bota, se va con Castiel y luego me dice que me ama?
Alexy suspiró.
-No digo que haya hecho las cosas bien... Solo que a pesar de todo, se aman ¿no?
Nathaniel se levantó.
-No es tan fácil... Besó a Castiel ¡Castiel! Tú sabes los problemas pasados que el nos trajo.
-Lo sé, se lo dije... ¿Hubieras preferido que no te lo dijera? ¿Qué te mintiera?
Nathaniel negó.
-Ya... Mañana nos vamos a la convención. Te ayudará a enfriar la cabeza y regresando hablan.- Opinó el azabache y Lizeth asintió.
-Tiene razón.
-Si.-Nathaniel sonrió sin ganas.-Voy a mi recámara... Descansen.
Nathaniel caminó a la recamara.
-No puedo creer que Sucrette haya hecho eso... Eran la pareja más genial.- Habló Armin.
-¡Oye!-Alexy se quejó.
Rieron.
Kentin se acercó a Alexy y lo abrazó.
-¿Qué dices si vamos a dormir?
El peliazul asintió feliz.
-¡No hagan ruido por favor!- Armin hizo una mueca. Todos rieron y la pareja se alejó.
Lizeth y Armin se observaron.
-Debería irme...
-¿Y si te quedas a jugar? Tengo smash.
La pelirroja rió.
-Está bien.
.
.
.
.
.Nathaniel salió a las 6:00 am con una pequeña maleta a la sala. Armin lo esperaba impaciente.
-¡Será genial!- Armin enseguida abrió la puerta y salió.
Nathaniel revisó su celular, toda la noche había sonado por llamadas y mensajes de Sucrette.
Abrió el ultimo mensaje.
Su ❤- Se que debes de estar asimilando lo que Castiel dijo y pensando lo peor... Necesitamos hablar... Nathaniel, te amo. Te juro que no es lo que parece... Pero tenemos que hablar en persona. No quiero perderte.
El rubio suspiró.
-Iré con Armin a una convención hoy, mañana en cuanto llegue te aviso.
Guardó su móvil y salió del lugar.
Fuera del edificio, Lizeth sonreía con una pequeña maleta. Nathaniel la observó sorprendido.
-Hola rubito lindo.
-Hola...
Armin sonrió.
-Resulta que Lizeth tenía el día libre y la invité.
Nathaniel asintió.
-Muy bien. ¿Vamos?
Los dos amigos asintieron.
Los tres caminaron hacia la central de camiones y tomaron el suyo.
.
.
.
.
.Lizeth se sentó sola y los amigos atrás de ella.
-No sabía que te llevabas tan bien con Lizeth.- Habló el rubio.
-Es buena onda.- Armin sacó su consola portátil.-¿Cómo sigues con lo de Sucrette?
Nathaniel suspiró. Cada que pensaba en Sucrette y Castiel besándose, se le volcaba el estomago y algo en el quería matar a todo el mundo.
-¿Cómo debería seguir? No se que hacer, decir, pensar... Ni siquiera quiero hacer decir ni pensar nada referente a eso...
-No puedes dejarlo así.
-Ya lo sé...
-Sucrette te terminó... Era libre de hacer lo que quisiera.
Nathaniel observó molesto a su amigo.
-¿Y puede terminarme, besarse con alguien más y luego decirme que me ama y todo bien? Lo siento, pero necesito alguien que se tome enserio lo que es una relación.
Armin asintió.
-¿Pensabas mucho en futuro con Su?
Nathaniel asintió algo irritado.
-Tengo que hablar con ella, pero no se que diremos y me asusta, a pesar de todo el tiempo que llevamos, no tengo idea de lo que piensa.
Armin observó a su amigo.
-Si son para estar juntos, lo arreglaran.
-¿Y si no?
-Siempre me tendrás, también a Lizeth.- Armin sonrió.
Nathaniel asintió.
¿Que podía decir? No quería terminar con Sucrette... Pero se había besado con Castiel. Castiel... ¿Cómo Castiel había podido hacerle eso? Él sabía sus sentimientos por Su, él lo vio sufrir al dejarla cuando se quedó en Francia.
El ex delegado suspiró mientras veía por la ventana.
Sucrette... ¿Aún valía la pena luchar por esto?
Sonrió mientras sacaba su celular.
Hizo un repaso de su relación, de los buenos momentos y los malos. De todo lo que habían vivido en este tiempo... Claro que valía la pena.
Lucharía contra Castiel y quién fuera necesario. El no dejaría a Sucrette por nada, mientras ella también lo amara, el lucharía.
Abrió los mensajes de sucrette y escribió.
-Yo también te amo Sucrette.
ESTÁS LEYENDO
Juntos Contra Todo.
FanfictionSegunda parte de "Mi Delegado" Nathaniel y Sucrette viven lejos de París, en la hermosa España, estudiando y trabajando con sus amigos y nuevos conocidos, pero, todo se complica, siempre es así...