bad day [ym]

bad day

Las cosas no parecían ir bien en la vida de Park Jimin. Menos hoy.

Primero que nada se había levantado tarde para ir a la universidad, donde estaba estudiando una carrera que ni siquiera le gustaba. Pero Jimin solo quiere que su familia se sienta orgullosa de él.

Llegó tarde al examen, estaba seguro que lo reprobaría ya que no tuvo mucho tiempo. No había desayunado y había corrido para llegar a tiempo por lo cual terminó desmayado en la enfermería.

Luego de eso sus amigos habían discutido con él porque no podía ir a la reunión que harían festejando sus cinco años de amistad todos juntos. Jimin tenía un hermano enfermo y tenía que hacerse cargo de él, pero nadie parecía entenderlo.

La madre del pelirosa le dio un sermón sobre que debía preocuparse más por su familia, y eso le demostró a Jimin que ni ellos lo entendían.

Ahora se encontraba en la parada del bus, esperando llegar a casa luego de haber pasado por la farmacia para comprarle los medicamentos a su hermano.

Se colgó la mochila al hombro en cuanto el bus se detuvo frente a él y subió.

Agradeció el hecho de que se encontraba casi vacío. Bueno, a las once de la noche las personas ya se encontraban en sus casas.

Se sentó en un asiento contra la ventana y apoyó su cabeza en ésta. Cerró los ojos soltando un suspiro, realmente hoy no tenía ganas de llegar a casa.

El bus se detuvo y es ahí cuando un chico pálido con el cabello azul apareció, vestía de negro y sus auriculares colocados en cada oído eran del mismo color.

De todos los asientos vacíos que habían esa noche en el bus, el pálido se sentó a su lado.

Jimin lo miró de reojo, y es que aquel chico era malditamente hermoso.
El pelirosa estaba tan absorto en sus pensamientos que no podía notar las furtivas miradas que el chico le lanzaba.

Volvió a su mundo mirando la vida pasar por la ventana, preguntándose si su madre ya estará dormida para cuando llegue. Y rayos, deseaba que lo estuviera.

El chico de azules cabellos se quitó los auriculares lentamente mientras miraba hacia delante, suspiró y miró al pelirosa:

- Hola... Soy Yoongi. - Dijo con una sonrisa sin mostrar sus dientes.

Jimin lo miró y al darse cuenta que era hacia él que hablaba, se incorporó en el asiento y sonrió tímido.

- H-Hola, yo s-soy Jimin. - Tartamudeó.

Yoongi soltó una suave risa derritiendo al menor, logrando que no se arrepienta de haber sonado tan ridículo.

- Te notas decaído. - Comentó sin dejar de mirarlo. - ¿Mal día?

Olvidándose de quién le hablaba, bufó y asintió.

- Ni preguntes, realmente hoy fue una verdadera mierda. - Lo miró asustado. - Perdón, no quise... -

- Está bien, no es algo ilegal decir groserías. Yo las digo todo el tiempo. - Lo interrumpió con una sonrisa divertida.

Jimin asintió y apretó sus labios sin saber qué más decir.

- ¿Y... uhm, cómo fue tu día?

El chico, que había puesto su mirada en la ventana para reconocer el camino en el cuál iban, posó su vista en él otra vez.

- Realmente bien... De hecho creo que cada vez se puso mejor. - Dijo, pero Jimin no comprendió la indirecta.

- Me alegro por ti, entonces. - Sonrió.