petite mort ☠ SooKai | Top!Soo

A vodka and a sprite

[la] petite mort ﹔ referencia al periodo que ocurre después del orgasmo, para describir a la pérdida del  estado de conciencia o desvanecimiento post-orgásmico que sufren las personas en algunas experiencias sexuales.

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  'Vacante' estaba iluminado, los huéspedes estaban registrados.

El conserje era frío.

Las tuberías de agua tenían moho sobre sí.

La habitación era apta para dos personas.

Los pasillos apestaban a cigarro y alcohol, pero el olor que quemaba las fosas nasales de Jongin era el del sexo; subían pisos a tropezones, recorrían habitaciones infestadas de gemidos y rechinidos de camas contra la pared, sin embargo estaba tan acostumbrado que incluso añoraba ese lugar. No le importaría vivir ahí porque la mano de Kyungsoo lo sostenía con fuerza de su cintura, pegaba la nariz a su cuello y restregaba su erección con el elevador en movimiento.

Recuerda cuando conoció este lugar y la pena de tocar hasta las paredes le distinguían fuera de ahí, muy distante a su ambiente habitual. El Jongin con olor dulzón y mirada baja ahora destilaba adicción y lujuria. A pesar de eso Kyungsoo se encargaba de decirle lo bien que olía cada vez que se pegaba a su cuello u olisqueaba sus muslos desnudos cuando sus piernas colgaban de los hombros del mayor. Admitir que aquello pasaba demasiado seguido lo habría escandalizado, ahora es otro cuento. Ahora toma a Kyungsoo por el cuello de su camisa y muerde sus labios, lame y deja al hombre con su excitación quemando su ropa.

La cama fue dejada en ruinas.

El vecino estaba llamando, sí.Pero nadie lo dejaría entrar.

No recuerda los minutos u horas que lleva ahí, pero puede sentirlas por sus músculos adoloridos y su cuerpo envuelto en sudor. A pesar de eso el tiempo no era impedimento para que se deslizara por el pene del mayor una vez más, tomando sus hombros y este sujetando sus caderas. Se sienta sobre él una y otra vez, no tiene el pudor para callarse y gemir a lo alto, para golpear con fuerza sus glúteos contra la pelvis de Kyungsoo, retorcerse entre sus brazos y maldecir al aire.

Ambos ignoran las voces bulliciosas.

Es Jongin, el niño bueno recién graduado para entrar a la universidad jamás visto de esa forma, arqueando su espalda y jadeando el nombre de un hombre doce años mayor, por eso Kyungsoo le sostiene con fuerza y se hunde en su interior caliente por segunda vez en la noche. Podría vivir junto con él, junto con la fuerte sonrisa de Jongin y sus pasos suaves en su habitación, colgando sólo una camisa que le queda demasiado suelta. Es moreno, alto y delgado, tan diferente a los brazos gruesos y robusta apariencia de él, piel blanca y estatura debajo del promedio. Y sabe que es una suerte tenerlo entre sus brazos, repitiendo tantas veces su nombre que es devastador. Quizá por eso es demasiado precavido [posesivo] y no deja que alguien sospechoso se le acerque. Las posibilidades de que se enamoren de su joven amante eran tan probables como la mañana en la que lo conoció; sólo bastaron miradas y roces para que al día siguiente lo siguiera como un perro. Parecer un acosador no estaba en su interés, mas al ser la forma en la que podía estar pendiente en cada paso del menor no le quedaba de otra, incluso le comenzó a gustar seguirlo camino a casa y detrás de sus cortinas. La suerte hizo que Jongin lo volteara a ver y que con un suave "hyung" perdiera un poco más la cabeza por él.

Tócame, sí.
Quiero que me toques ahí.
Hazme sentir como si estuviera respirando.
Sentir como si fuera humano.

Deseaba tanto sacarlo de ahí, hacerle el amor en un lugar decente y acariciarlo pícaramente en presencia de otros; la realidad era otra y Kyungsoo estaba atrapado en las paredes de ese tormentoso lugar. Excepcional, con Jongin siente sus pulmones esforzarse y su piel quemar cuando follan, cuando Jongin besa suavemente sus labios o le dirige una mirada cualquiera. Siente su carne, su sangre, su corazón y su ser funcionando, como si le devolviera la vida.

Entierra los dedos en sus glúteos y deja en el interior del moreno todo su semen, llenando y marcando, Jongin era todo suyo y amaba con locura eso.

Bailar toda la noche
Un vodka y un sprite
Un vistazo de las siluetas
Una noche que ellos nunca olvidarán.

Se arropan en invierno y echan las colchas en primavera, nunca separan sus cuerpos.

⎯Bebé, eres hermoso.

Esta estación es diferente, Jongin mueve las caderas al compás de la canción que precipita su corazón. Su piel morena resplandece bajo la luz de la luna y Kyungsoo no puede quitarle los ojos de encima. Es lo más precioso que ha visto en su [no] vida.

Disfruta la mirada sobre él, tan cargada que estremece cada fibra, puede sentirlo hasta en su alma, la que tiene grabada el nombre de Kyungsoo y es sorbida por sus labios cada vez que se besan. Se esfuerza, poniendo empeño especial en esa noche para seducir, para tener el mejor sexo como si fuera la última vez para entregarse mutuamente. Sabe que no, ellos están hechos para la eternidad.

Baila un poco más, festejan con vodka y una Sprite, una sesión más y están de nuevo en las sábanas.

Jongin buscó la muerte en una cama de matrimonio.
Y Kyungsoo le dijo: "Cariño, tu aspecto puede matar... entonces ahora estás muerto".

Las voces fuera se convierten en golpes y se multiplican en murmullos ajenos. Sabe que han venido y Jongin lo siente también, porque se acuesta sobre su pecho y le besa ahí, miradas conectadas y un "te amo" acompañan las últimas sonrisas antes de que ojos cerrados conviertan aquella escena en una trágica demencia.

Jongin está acostado, con las sábanas revueltas y el cuerpo desnudo frío, nadie se explica las marcas en él cuando ha estado solo ahí, en la habitación.

Tócame, sí

Quiero que me toques ahí

Hazme sentir como si estuviera respirando

Siento que soy humano, de nuevo.

Kyunsoo susurra cada noche en su oído, cuando se entregan infinitamente el uno al otro, Jongin sostiene su palma sobre el pecho del mayor, justo donde debería latir su corazón. No lo siente, pero sabe que está ahí al igual que sabe amarlo, aún cuando tienen los labios fríos, su amor está inmortalizado entregado al pacto con su mal; un Kyungsoo de alas negras que se desenvolvió ante él y le ofreció la eternidad.