Se había pasado la última noche en vela pensando en todo lo que había traído consigo sus recientes decisiones, en todo lo que había perdido, en lo que había dejado escapar. Había llegado a la conclusión de que su interior estaba completamente enredado, partido entre dos personas que quizás no merecía seguir teniendo en su camino y que parecían estar a años luz de ella. No los culpaba, había actuado mal con ambos, tan mal que uno de ellos ni siquiera la miraba y la otra se había marchado de Buenos Aires a la ciudad de Córdoba. No era mucha distancia, pero sí la suficiente como para que ésta sintiese que había una grieta enorme que las separaba. Hacía un par de días que Jazmín había dejado el hotel, su puesto de trabajo y su apartamento para iniciar una nueva vida lejos de ella. Le costaba asimilarlo, pensar que quizás la marcha de su mejor amiga había sido su culpa; su culpa y la de sus sentimientos.Se tapó la cara con la almohada y probó a respirar hondo. Todavía le costaba admitir que sentía algo por una chica, por alguien como Jazmín, por quién había sido su mejor amiga desde que ella y sus cuatro hermanas decidieron montar el Hotel Estrellas. Suspiró por décimo sexta vez en lo que llevaba de noche y se volteó hasta acabar boca arriba en la cama. Ella no podía sentir nada por una chica, y mucho menos por Jazmín. Ella nunca había sufrido confusiones sexuales, nunca había tenido que replantearse su sexualidad. Desde siempre, Florencia Estrella había tenido claro que le gustaban los chicos, exclusivamente los chicos. Vale que había tenido mala suerte con ellos, que sus relaciones no habían sido excesivamente largas, pero se había pasado media vida culpando de ello al karma, al Universo y al destino. Quizás había estado equivocada durante todo ese tiempo, quizás lo que fallaba era ella y su sexualidad, quizás no estaba hecha para estar con ningún chico. Lo que sí tenía claro era que quería a Dani. Lo quería lo suficiente como para seguir sintiendo aquel horrible nudo en el pecho que apenas la dejaba respirar. No era para menos. Lo había dejado plantado en el altar, delante de sus familiares, de sus hermanas, de sus amigos y conocidos. No se imaginaba lo que tenía que haber sido para él aquel desplante, y aun así, Dani había buscado la forma de intentar conversar con ella, de entenderla, de comprender su decisión. Pero no tenía la respuesta acertada ni siquiera para desenredar un poco de su confusión. Le echaba la culpa al miedo, pero en realidad el miedo había jugado un papel mínimo en todo lo que hizo días atrás, cuando decidió que quizás lo más acertado era no casarse con el que creía que era el hombre de su vida. Se mentiría así misma si no admitiese que gran parte de la culpa era de Jazmín, porque desde que le confesó lo que sentía por ella apenas había podido sacársela de la cabeza, porque aquella joven de pelo anaranjado y labios rosados se había agarrado a fuego en su mente y parecía no querer salir de ahí.
Agarró su teléfono móvil de la mesilla cuando quiso darse cuenta de que quizás seguir dándole vueltas al tema era absurdo y sin quererlo terminó por mirar la última conexión en WhatsApp de su mejor amiga. Se mordió el labio inferior al comprobar que estaba "en línea" y luchó contra sus instintos para no enviarle un mensaje, para no preguntarle qué tal le iba en su nueva vida, si ya se había instalado en un apartamento, si había empezado a trabajar, si la echaba de menos...Un pequeño sonido fino y corto atravesó su garganta y supo que el tourette que padecía desde hacía años amenazaba con entorpecer la poca tranquilidad que parecía tener hasta el momento. El pestañeo incesante e incontrolable de sus ojos y el movimiento espasmódico de su hombro eran también señales infalibles; se estaba poniendo nerviosa. Así que decidió bloquear de nuevo la pantalla de su móvil para después tirarlo contra el colchón de la cama sobre la que estaba. Se llevó las manos a la cara y trató de respirar hondo, de tranquilizarse. Desde la marcha de Jazmín del hotel su tourette se había disparado con más intensidad si cabía, lo que la llevaba a la terrible conclusión de que su mejor amiga le hacía quizás demasiado bien. Era algo obvio de cualquier forma. Jazmín siempre había sabido como tranquilizarla, como cuidarla, como entenderla. Quizás ese era el problema, quizás por eso se sentía tan confusa respecto a ella.
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Ven hasta aquí, dentro.
FanfictionFanfiction basado en la telenovela argentina "Las Estrellas". Muchos de los personajes que aparecen en ésta historia no me pertenecen. El resto y parte de las tramas son inventadas. #SupportLGBT