i hate you.

te odio.

Sabía que debía alejarme, irme muy lejos dónde tu mirada y sonrisa no me encontraran para enamorarme.

Recuerdo que estábamos en clase de matemáticas cuando te sorprendí tratando de copiarte de mis respuestas del examen, me diste una sonrisa ancha, con dientes perfectos y hoyuelos en las mejillas. Me miraste como un niño mira un dulce y no sé por qué sentí algo dentro de mí, si sabía cómo eras enrealidad... ¡qué estúpida sonrisa! No dejaba de pensar en ella y tampoco dejaba de culparme porque estaba así y ni me dijiste una sola palabra, que tonta.

Luego te vi en la fiesta de mi mejor amiga, estabas tan hermoso y perfecto, tus hebras de cabello perfectamente risadas... Me diste mi primera bebida, ahí empecé a sentir atracción por el alcohol y un poco por ti. No era amor, claro que no. Sólo sentía que me atraías y ya.

Entonces me embriagué por primera vez, me tomaste del brazo y luego mi cintura y bailamos, me dijiste lo hermosa que estaba en mi oído, sintiendo así tu aliento cálido. ¡Oh, cariño! No debí quedarme. Me tomo por sorpresa cuando me besaste... me sentí muy especial. Me tomaste el cuello por ambos lados, con un toque suave y tierno ¡Maldición! En las malditas nubes me sentí.

Estábamos tan bien, cogimos y no fue romántico, solo duro... sexo. No me importó, ¿y sabes? Ahí, justo en ese momento, recostada en tu cama me di cuenta que estaba enamorada de ti. ¡Oh, debí dejarte!

Besos aquí, besos allá... una única sensación de pesadez en mi estómago, del amor. Tu sonrisa para mi... yo nunca vi nada malo en ti. De hecho contigo me fue mejor. Pero después no sé qué pasó y ya nada era igual, seguía siendo tu chica, pero me dejaste en el adiós, o así me sentía.

Te vi con otra chica y comprendí todo, pero ¿sabes? Tampoco me importó, porque seguías siendo mío... Me drogué para estar relajada y olvidar. En cierto modo estaba triste porque te conté mis secretos, nos contamos nuestros secretos bajo la luz de la luna y las estrellas y pensé que era yo y sólo yo, por la forma que me hablabas y me mirabas. Sé que te gustaba estar conmigo en el tejado de tu casa, a las 3am dónde la tristeza nos consumía. Esa noche "la noche de los secretos" me dijiste que te sentías que estabas enamorado, me dijiste que podíamos ser el sol en un día oscuro, me dijiste que querías cuidarme siempre y hacerme sentir bien cada día porque yo merecía reír todos los días, dijiste que te hacía bien porque te alejaba de tus demonios...

Al terminar de hablar, teníamos sexo, pero supe que con tus palabras me hacías el amor, por eso nunca te reproché.

Ahora comprendo que no tenemos nada en común, a ti te gustaba el sol y a mi la oscuridad, tu preferías el sexo y yo prefería hablar... ya sabes, la única manera en la que me hacías el amor. Pero si tenemos algo en común, sólo nuestros problemas y el dolor.

Te odié.

Odié a todos tus amigos, porque sé que frente a ellos querías ser el chico rudo y ellos te llevaban a serlo. Pasaste a otro nivel y te drogaste con harina blanca. Te odié y te odio. Porque con ellos fuiste a la infidelidad, porque ellos te convertías en algo que no eras y poco a poco te fueron alejando de mí. Tal vez ya eras así... eras así y yo solo me cegué.

A pesar de todo, siempre me decías y mantenías en claro que tu ganas, siempre. Porque afirmaste que mientras este debajo de ti, siempre estaré. Te odié porque tenías la maldita razón.

Te odio. Cada vez que te cojo.

Me siento así y cierro la puerta, porque soy joven e insegura, pero con todo y eso, recibí a otros chicos y trate de olvidarte.

Te amo, ¿qué se supone que haga? Si ahora todo es alcohol, marihuana y sexo entre tú y yo. Sólo éramos buenos para eso porque somos jóvenes e inseguros. Creí conocerte pero ahora ni siquiera te conozco y ahora tú sólo me conoces cuando estoy drogada. Eres sólo otro agujero en mi falda... que mal estamos. ¡Oh, debí alejarme! Nuestra relación solo caminaba en círculos y en el recorrido me salían moretones.

Estas marcas... en nuestro cuerpo son trofeos de nuestro amor. El trofeo de un amor tóxico.

Te odio. Cada vez que te cojo.

¿Me amaras mañana? ¿Cuando esté gritándote en la entrada de tu casa y sean las 3 am y estés con otra? Y ya sólo este golpeando a tu puerta, porque tú no escuchas y yo nunca aprendo ni aprenderé porque seguiré viéndome con otros y tu con otras, pero no deja de doler. Hay que apagar todo, bueno, ya está apagado... nuestro fuego quemó y sólo duele porque el verdadero fuego nunca quemó.

Te odio. Cada vez que te cojo.

Ahora sólo soy una visita a tu alcoba, pero no me importa y yo seguiré tratando.

No nadamos, pero tampoco nos hundimos y sólo estamos ahí. Sólo estoy ahí para odiarte y amarte. Es difícil explicar cuando nuestros corazones nos pesan. ¿Estamos bien o mal?

El agua entre nosotros ya es profunda, pero seguiré intentando porque aún queda un largo camino por recorrer.