Prológo

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Finalmente la batalla para decidir el futuro del mundo había finalizado, la lucha entre Tsuna y Byakuran había llegado a su fin, teniendo como resultado...la victoria del amante de los malvaviscos.

Tsuna se encontraba inconsciente en el suelo, su cuerpo temblaba sin descanso y la poca fuerza que pudo haber reunido había abandonado su cuerpo como si fuera un halito aire, el último que le quedaba. Mientras tanto, la sonrisa del peli – blanco no podía ser mayor, había llegado hasta el final de su juego ¡y era el ganador!

- Nufufufu, tengo que admitir que has sido un gran contrincante Tsunayoshi – kun pero para tu consuelo, nunca fuiste ni serás capaz de derrotarme.

- E – Eres un maldito...

- Lo sé, pero tú eres más que yo.- Su mirada alegre pasó a una llena de ira, sujetando el cuello contrario con fuerza, ahorcándolo mientras una mueca de dolor aparecía en sus facciones.- Por tu culpa Yuni está muerta. ¡¿Tienes idea de lo que me costó hallar la pieza final a mi rompecabezas?! ¡Todos mis esfuerzos han sido en vano!

Su agarré se hizo mortal, viendo como el rostro del contrario se volvía azulado antes de dejarlo caer de forma dolorosa, lanzándolo varios metros hasta chocar contra un árbol, obligándole a toser sangre.

- Fue...por tu culpa...por tratar esto...como un simple juego...

- ¡la vida es un juego, Tsunayoshi – kun! Uno que tú y tus guardianes habéis perdido. Tratasteis de vencerme, ¿para qué? ¡Para nada! ¡Míralos, míralos a todos! ¡MUERTOS!

Los dedos de Tsuna se apretaron con la poca fuerza que le quedaba a la tierra, negándose a ver la escena ante él, mas Byakuran no tenía esos mismos pensamientos. Con pasos rápidos y una furia indescriptible, le sujeto del pelo, levantándolo de forma dolorosa antes de dirigirlo hacía el lugar que no deseaba ver por nada en este mundo.

- ¡Míralos, todos muertos! Tus guardianes, amigos...todos aquellos que te siguieron han sufrido el mismo destino. Nufufufu pero no te preocupes, tú les vas a acompañar en breves momentos.

Disfrutando del dolor que veía en esos ojos chocolate, lanzo su cuerpo con fuerza, logrando que cayera entre los cadáveres del que en su momento fueron el jefe de la Famiglia Cavallone y el jefe de escuadrón independiente de Varia. Pudo tocarlos, sintiendo sus frías pieles, notando la sangre manchar sus manos y los ropajes de aquellos a los que pertenecía, las muecas de dolor con las que serían enterrados (si es que lograban poder darle ese último adiós). Pero su dolor no paraba al verlos a ellos, pues sus ojos contemplaban con infinita tristeza, sintiendo como le arrancaban trozos de su propio corazón al ver a sus guardianes muertos. Todos, ni un solo superviviente.

Mukuro estaba abrazando de forma protectora a Chrome, sin notar que está había muerto escasos segundos antes de él cuando una fuerte cantidad de llamas del rayo, había atravesado su estómago, obligando a la ilusión que la mantenía con vida a desaparecer. Ambos irían juntos hasta la otra vida.

Lambo, un simple niño que había entrado en un mundo tan horrible y devastador por tener la mala fortuna de haber nacido en una familia de la mafia, se encontraba muerto, una de sus manos aferrada a la de su amiga I – Pin mientras Kyoko y Haru trataban de protegerlos, siendo ellas las primeras en morir antes de que le siguieran los infantes.

Yamamoto, Gokudera y Ryohei habían luchado contra las verdaderas coronas fúnebres junto al resto de varia, ninguno había podido sobrevivir ante un sorpresivo ataque colectivo, uno donde se veían a los seis atacando de un solo golpe. Sus rostros estaban carbonizados, irreconocibles, no quedaba nada de ellos.

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⏰ Last updated: Sep 15, 2017 ⏰

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Del futuro al pasadoWhere stories live. Discover now